David Trueba: “Era mejor la televisión española durante el franquismo que ahora”
David y Fernando Trueba han analizado en el Museo Thyssen el estado de la cultura y del cine español en los últimos 25 años.
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Decía el gran José Sacristán en Toro, la película de Kike Maíllo, que España era un país de malos hermanos. Eso es porque no había conocido a David y Fernando Trueba, los directores de cine que en tres frases destrozan el tópico. Se admiran y respetan y sólo hay que fijarse en cómo Fernando -el mayor- escucha y mira a su hermano para darse cuenta. Lo dice siempre en las entrevistas: “David es la persona más inteligente que conozco, podría ser presidente del gobierno”, y ayer lo dejó claro en la charla que ambos tuvieron en el museo Thyssen para analizar cómo había cambiado la cultura en nuestro país en los últimos 25 años.
La excusa es el cumpleaños de la pinacoteca, y lo primero que ambos quisieron es evitar el estigma de quejicas de los miembros de la industria española, creen que hasta para dar una noticia buena de nuestro cine se recurre a un contrapeso malo, y eso hay que acabarlo. Para demostrar que no todo está peor Fernando recordó que justo hace 25 años “tuvimos que irnos a Portugal para rodar porque no conseguíamos financiarla y allí los costes eran más baratos. Aquí no era posible, así que no recuerdo ese 92 como el año de esplendor que todos dicen”, explicó el director de Belle Epoque que añadió que entonces “no existían las ayudas al cine español, ni derechos de antena, sólo había una televisión... así que era muy difícil financiarla”.
La primera parte de la charla pasó entre anécdotas, con David Trueba recordando el rodaje de Belle Epoque y cómo todos los actores jóvenes se montaban en su renault cinco amarillo los viernes para irse por los pueblos de fiesta. “No sabían de nosotros hasta el lunes y me decían, por favor que tienen que rodar”, contaba riendo el también director que confesaba que en una ocasión tuvo que rescatar a Jorge Sanz que se animó a correr delante de las vaquillas de un pueblo, o a Penélope Cruz y Maribel Verdú “en una discoteca a las cinco de la mañana rodeados de estibadores del puerto de Lisboa”. “Había un círculo de tíos gigantes y en medio estaban ellas bailando como si no hubiera un mañana. Tuvimos que intervenir todo lo dialécticamente que pudios para salvarlas y que el cine español pudiera beneficiarse de ellas porque eran antros portuarios”, añadió.
Rodar y contar historias en España te convierte en una especie de patriota artístico, frente al otro patriota que dicen todo el rato lo mucho que quieren a su país, pero quieren cobrar por ello
Ambos destacaron que siempre han trabajado en España, a pesar de que Fernando, especialmente tras ganar el Oscar tuvo varios proyectos en cartera a los que dijo que no para no caer en un “sistema donde manda el dinero y tienes que someterte a lo que quiera”. Por ello admite que cuando ve un director interesante le da pena que llegue a Hollywood, porque cree que es venderse. Su hermano añadió que dirigen y escriben aquí “por el deseo de hablar de cosas que son cercanas”. “Podríamos hacer una película de vaqueros en el oeste, pero no te sale sentarte a escribirla, te salen cosas de tu mundo, y eso te convierte en una especie de patriota artístico, frente al otro patriota que dicen todo el rato lo mucho que quieren a su país, pero quieren cobrar por ello”, dijo en una respuesta ingeniosa a las críticas que tuvo su hermano por el discurso al recoger el Premio Nacional de Cinematografía.
Una cartelera "basura"
Fernando Trueba se considera optimista por naturaleza, y cree que “las cosas siempre van a mejor aunque casi nunca lo parezca y la gente se empeñe en que todo va a peor”. “Hemos hecho conquistas sociales que ahora no las discute nadie, y creo que eso ocurre en la sociedad y en el arte, que se enfrenta las mismas dificultades que otra actividad pero magnificadas y en el cine más, porque los conflictos con el dinero se ven de una manera mayor”, explicaba.
Es difícil hablar de qué es arte… ¿Todos los libros de una librería son arte? No, el 80% es malo, igual que el 80% de la cartelera actual es basura
Para él su principal problema es el “divorcio entre la gente y el arte”. “Se profesionaliza, se hace para las galerías, los comisarios y los críticos y el que intenta conectar con el público hablando de la vida nunca va a tener la consideración de un artista oscuro. Luego está el arte o el cine puramente mercantilizado. Es difícil hablar de qué es arte… ¿Todos los libros de una librería son arte? No, el 80% es malo, igual que el 80% de la cartelera actual es basura y eso genera confusión, porque ¿quién da los certificados de qué es arte y qué no?”, especulaba el director.
En donde ambos coinciden que se ha ido a peor es en la importancia de las televisiones en la vida actual y en la producción de cine. “Aquí llegan las cadenas privadas en el 91 y el Gobierno se da cuenta del poder que han concedido a sus amigos y las televisiones se hacen dueñas del país. Las dueñas de la sensibilidad nacional, de la cultura, de la formación, de los valores de belleza, de los valores de transgresión… eso se crea en la programación televisiva. Y ocurre también en la televisión pública, que también está masacrada, y ocurrió cuando los políticos se dieron cuenta de que habían dado el poder a unos grupos con las cadenas privadas y corrieron a manipular las públicas a su favor porque es lo que les quedaba”, opinaba David Trueba.
Marta Sánchez comparado con lo que hay ahora me parece Nietzsche, al menos es cantante y fue al Golfo y cantó 'Soldados del amor'
El ejemplo llegó con el antiguo programa de la recientemente fallecida Paloma Chamorro, “que hoy no se podría hacer”. “La televisión española era mejor en el franquismo y en la época de Adolfo Suárez que ahora mismo. Ahí conocí a los Smith, a Almodóvar, a Radio Futura… la cultura importante de mi país, no como estos personajes piltrafa que pueblan la televisión. Marta Sánchez comparado con lo que hay ahora me parece Nietzsche, al menos es cantante y fue al Golfo y cantó Soldados del amor", dijo el menor de los hermanos con ironía. También alabó la educación cultural durante la Transición. “Entonces si se censuraba algo había un escandalazo, una denuncia, quedabas como un mierda. Ahora se censura de diez de la mañana a doce de la noche y a nadie se le cae la cara de vergüenza. La gente pensaba que la cultura era fundamental, el dinero era para eso, para formación y eso era fantástico porque la sociedad española soñaba ser como otros países, pero una vez lo logró, la cagó. Cuando ya tienes todo, lo siguiente es cagarla”, dijo crítico.
Para Fernando Trueba todo empezó a decaer cuando la cultura dejó de “estar asociada a un sistema de valores”, y recordaba su primera experiencia viendo Pulp Fiction, cuando pegaron un tiro en la cabeza a una persona y toda la sala empezó a partirse de risa, “ese día decidí que nunca más vería una película suya”.