Kristen Wiig con un minion en Madrid.

Kristen Wiig con un minion en Madrid. EFE

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Kristen Wiig: “Debería haber más personajes femeninos fuertes en el cine de animación”

La actriz presentó junto a Steve Carell la tercera entrega de 'Gru, mi villano favorito', una de las películas animadas demás éxito de los últimos años.

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En 2010 la taquilla vivió una de esas sorpresas que nadie espera. Una pequeña película de animación, de un estudio prácticamente desconocido, arrasaba con todo. La premisa era sencilla, un villano torpón que se ve redimido gracias a tres pequeñas niñas que quedan a su cargo. Poca novedad en la trama, un estilo visual muy vistoso y unos secundarios graciosos y enternecedores fueron suficientes para que Gru, mi villano favorito, le comiera la tostada a decenas de superproducciones y amasara más de 250 millones de dólares sólo en EEUU.

Con semejantes resultados -había costado sólo 69 millones-, las secuelas eran cuestión de tiempo. Ahora llega la tercera parte con la que se espera que supere los datos de su antecesora. En esta ocasión, Gru y Lucy, su novia, se enfrentan a un villano ochentero, a la pérdida de trabajo y a un hermano gemelo con un tupé rubio que recuerda a cierto presidente de EEUU con formas de malo de película.

GRU 3 - MI VILLANO FAVORITO

Una de las claves del éxito de la saga en EEUU es la labor de doblaje que realizó Steve Carell, y a la que en la segunda parte se añadió Kristen Wiig. Ambos han estado en España para presentar el filme. Los dos son los reyes de la comedia, y entre pregunta y pregunta ellos bromean o ponen caras, aunque a la hora de las respuestas prefieren la contención al desbarre. Demasiada seriedad para los responsables del mejor gag de la última edición de los pasados Globos de Oro.

Pese a ser famosos por sus papeles humorísticos, es cuando cambian de registro cuando reciben sus mejores críticas y los premios se acuerdan de ellos. Carell fue nominado al Oscar por Foxcatcher y olvidado por filmes como Virgen a los 40. Wiig, por su parte, recibió una candidatura por el guion de La boda de mi mejor amiga, pero fue ignorada como protagonista del mismo título. Ambos coinciden en que se ignora al género en Hollywood. “No recuerdo ni la última comedia que ganó el Oscar, creo que fue Annie Hall”, dice Carell, a lo que su compañera añade que “por eso en los Globos de Oro separan comedia y drama, a lo mejor los Oscar deberían hacerlo”. El actor tira de gag en vez de profundizar en el asunto: “A lo mejor nominan a Gru 3 este año”.

Feminismo animado

Si uno echa un vistazo al cine animado de 2017, todas las películas están protagonizadas por hombres, niños o personajes masculinos. Gru no es una excepción, pero desde su segunda película intentan compensar el desequilibrio dando protagonismo a Lucy, la pareja de Gru, que es capaz de patear culos a los villanos y demuestra una fuerza alejada de las princesas Disney. Pese a ello es el único personaje femenino del filme, algo que a la propia Wiig le gustaría que cambiara.

“Sí, claro que debería haber más protagonistas femeninos así en el cine de animación. Sería genial. Me gusta que Lucy es fuerte, determinada y que nunca se la ve sólo como alguien que hace cosas de mujeres. Es libre, divertida y buena madre”, cuenta la actriz.

Kristen Wiig y Steve Carell en la presentación de la película en Los Ángeles.

Kristen Wiig y Steve Carell en la presentación de la película en Los Ángeles. EFE

Para los dos, una de las claves del éxito de Gru es que toca el lado humano de los personajes y eso conecta con el espectador, algo que no siempre se ve en el cine de animación. “Los guionistas capturan comportamientos muy humanos, momentos muy reales en las relaciones humanas, y eso es algo que no es normal encontrarse en películas animadas y que hacen muy bien las películas de Pixar”, opina Carell.

Ninguno se ha cansado de doblar a los dos protagonistas, y creen que hay cuerda para rato, sobre todo si la taquilla sigue sonriendo. Lo que habrá que ver es qué idean los responsables para mantener viva la saga. En esta ocasión han recurrido a un hermano gemelo desconocido que es “el otro lado del espejo, la otra cara de la moneda”, y que tiene un tupé rubio que recuerda al pelazo de Donald Trump.

Creo que a partir de ahora, a cualquier persona con tupé rubio le van a mirar como si fuera Donald Trump

Carell y Wiig se ríen cuando se menciona el parecido, y confiesan que la gente ya se lo había comentado. “Creo que a partir de ahora, a cualquier persona con tupé rubio le van a mirar como si fuera Donald Trump”, asegura la actriz que prefiere no meterse en más líos.

Villanos simpáticos

Mientras que Trump no cae bien a casi nadie, Gru y el resto de villanos de la serie tienen ese componente gracioso que hace que empaticen con los espectadores. Quieren destruir el mundo, pero siempre de una forma torpona e inocente. Además, siempre “están marcados por una infancia trágica”, como ocurre con ese Balthazar Bratt. Un juguete roto de Hollywood que ataca con todo su arsenal ochentero, ya sea en forma de canciones o de cubo de rubik.

Para Carell es normal que los malos de la película caigan bien. “Ocurre también en las de acción real. Los espectadores empatizan y les parece el personaje más atractivo, porque quieren hacer cosas malas, y lo hacen a través de los malos. En este caso, además, es tan tonto y con buen corazón que se potencia eso”, cuenta. Y de fondo, siempre están ellos, esas criaturitas amarillas que roban el protagonismo a los mismísimos Steve Carell y Kristen Wiig. Unos minions que aquí hasta irán a la cárcel y que esperan seguir con su propia saga cinematográfica e independizarse de su villano favorito.