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En el cine español las cosas van a su ritmo. Levantar una primera película es complicado, y la segunda un acto casi heroico. De vez en cuando surge algún nombre que entra con buen pie en la industria y consigue que le produzcan sus filmes con facilidad. El éxito de Tesis hizo que Amenábar tuviera carta blanca para hacer Abre los ojos. Lo mismo pasó con Bayona. Tras reventar con El orfanato consiguió rodar una superproducción española como Lo imposible. Sin embargo hay un director español mucho más precoz que ellos, aunque no haya tenido tanta repercusión mediática.

Dani de la Orden no llega a los 30 años (29 exactamente) y el viernes estrena su cuarta película, El mejor verano de mi vida, remake de una película italiana que viene de la mano de Atresmedia y su desembarco mediático para intentar repetir el éxito que el verano pasado lograron con Señor, dame paciencia. Este joven nacido en Barcelona debutó con Barcelona, noche de verano a los 22 años. La película se convirtió en un pequeño sleeper y pudo rodar una secuela dos años después.

Su nombre empezó a sonar y Antena 3 lo vio claro. Un director joven, con ganas, maneras y que cumple a la perfección. Un artesano que además desprende vitalidad y alegría por hacer lo que le encanta. Así que a él le encargaron la dirección de El pregón, su comedia protagonizada por Andreu Buenafuente y Berto Romero. Ahora han recurrido a él para una fábula sobre un padre muy cuñado que se redime al llevar a su hijo de vacaciones tras quedarse en la ruina en plena crisis. Un cuento blandito con toque social inofensivo que él niega que sea menos personal porque se trate de una versión del filme italiano.

Dani de la Orden presenta El mejor verano de mi vida Carmen Suárez

“Yo no hago una película si no me la puedo hacer mía. Tengo que saber por qué la hago y entender qué significa para mí más allá de pagar el alquiler. El cine para mí sólo puede funcionar así, si trabajas con emociones. Remake es una etiqueta, pero para mí no es un remake al uso, si no una adaptación libre o básicamente copiar una premisa legalmente” , cuenta a EL ESPAÑOL y termina su exposición de forma clara: “me la pela de dónde venga cada película”.

A pesar de ser el niño prodigio del cine español, asegura “no darle importancia”. “La primera con 22 años sí que fue como...pero ya no, es un trabajo. Cuando tenga 40 años ya no dirán lo mismo. Ahora sólo pienso en las pelis que quiero hacer y cómo contributo al imaginario colectivo con ellas”, añade.

No sólo ha hecho ya cuatro filmes, también es profesor de dirección en la Escuela de Cine de Cataluña, de donde salieron nombres como Bayona o Mar Coll. Lo de dar clase sí que le impone más, y todavía “me da cosilla”. “He aprendido a saber explicarme, a ver un guion y saber qué es lo que no funciona y encontrar razones. Además con mis alumnos hay poca diferencia de edad, seis años, así que realmente no es que tengo mucho que enseñarles, pero he estado en rodajes, he dirigido, he narrado y puedo explicar mi experiencia. Yo intento ser como un árbitro y lograr que los alumnos se critiquen entre ellos. Si alguien pone un corto todos suelen decir que qué bien, y yo les digo: ¿nadie va a decir que es un desastre? Intento que tengan la libertad de decirse las verdades, tiene que saber criticarse y construir”, dice a pocos días de estrenar su nuevo filme.

Ya no le doy importancia a ser joven. La primera con 22 años sí que fue como...pero ya no, es un trabajo. Cuando tenga 40 años ya no dirán lo mismo.

En El mejor verano de mi vida recurre a Leo Harlem, inesperada estrella del cine español reciente, y que según Dani de la Orden en ese factor sorpresa radica su éxito. “Es el antiprototipo de estrella y por eso es una estrella. Los héroes de Hollywood son inalcanzables físicamente y hacen cosas imposibles. Aquí ves a una persona que es un ‘cuñao’ al que todos hemos conocido alguna vez”, opina.

También en Netflix

Lo próximo del director no estará en cines, sino en Netflix. El gigante del streaming le ha fichado junto a Ramón Salazar para dirigir su segunda serie española, Élite. Salazar ha sido el que entró desde el principio, y De la Orden se unió después y se ha encargado de la realización de tres capítulos en lo que ha bautizado como “una masterclass por la que encima me han pagado”. De él ha aprendido a trabajarlos guiones y a sacarlo mejor de los actores. Encima se muestra rendido ante su última película, La enfermedad del domingo, que cree que es “una de las mejores películas del año y a lo mejor de la década”.

Dani de la Orden en el rodaje.

Quizás por haber conocido a Netflix desde dentro, se opone a los agoreros que creen que la plataforma destruirá el cine, y apunta que este tipo de sitios de streaming “están produciendo series y películas que de otra forma no tendrían salida para un público comercial”. “El otro día en el estreno de Paquita Salas, Enrique López Lavigne dijo algo maravilloso, y es que era el primer estreno en el que no miraba la taquilla y creo que eso puede hacer una dinámica positiva que no va a hacer qie se pierda la dinámica clásica, aunque cambien cosas”, zanja.

De momento no ha perdido la ilusión por rodar. Aunque ya no es un novato sigue mostrando la alegría del que se sabe afortunado, aunque pide también una pausa “para leer un poco, o ir más al cine”, algo que cree que no sólo le aporta en lo personal, sino que contribuye a que “no se reduzcan mis miras”.

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