D. B.
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Era un de los momentos más esperados de la noche. Lady Gaga y Bradley Cooper, solos sobre el escenario e interpretando Shallow, el temazo de la película que ambos protagonizan, Ha nacido una estrella. El resultado, como no podía ser de otra forma, fue el esperado: su actuación se colocó entre lo más destacado de la gala y el dúo se llevó el Oscar a Mejor Canción.

Gaga y Cooper trasladaron al Teatro Dolby de Los Ángeles la complicidad que muestran en la película, dirigida por el propio actor y que solo se ha llevado una de las ocho estatuillas a las que estaba nominada. Con una puesta en escena cuidada, la pareja comenzó a cantar la balada el uno frente al otro para terminar sentados juntos, mejilla con mejilla, al piano. Ambos se fundieron en un bonito abrazo que emocionó a todos los presentes en la gala.

Gaga, ganadora de varios Premios Grammy y que consigue gracias a Shallow su primer Oscar, se mostró emocionadísima al recoger la estatuilla. Desbordada por las lágrimas, la cantante le quiso dedicar unas cálidas palabras a su compañero de reparto: "No hay una personas en el mundo que hubieran podido cantar esta canción como tú". No pudo llevarse, sin embargo, el premio a Mejor Actriz, que sería para Olivia Coman por su papel como la reina Ana Estuardo en La favorita. Tampoco se hizo Cooper con el mismo galardón, que le correspondió a Rami Malek por transformarse en Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody.

Aún sin recomponerse, Gaga recordó que ha trabajado "durante muchísimo tiempo" para lograr todo lo que ha conseguido y es que "no es cuestión de ganar sino de no abandonar", si tienes un sueño "lucha por él, si algo te apasiona da igual cuantas veces te rechacen o te caigas, se trata de seguir adelante y levantarse".

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