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Violeta tiene 11 años y lleva una vida acomodada y feliz con sus dos padres separados, que se desviven por ella. Ambos son conocidos para los espectadores del cine pornográfico, ya que se tratan de Nacho Vidal y su expareja, Franceska Jaimes. Son el ejemplo ideal de un divorcio amistoso y hablan y luchan juntos para dar lo mejor a Violeta, que nació como un niño, aunque a los seis años comenzó a pedir vestirse como una niña y comportarse como tal. La pareja se tuvo que enfrentar a la posibilidad de que su hijo fuera transexual.

Su lucha, y la normalidad con la que han tratado el asunto es el centro de Me llamo Violeta, un documental dirigido por David Fernández de Castro y Marc Parramon en el que la pareja cuentan el proceso de aceptación y las pequeñas conquistas que tardan años, como conseguir que se cambie el nombre en el DNI. El trabajo se ha presentado en el Festival de Málaga, desde donde el actor de cine para adultos ha hablado con EL ESPAÑOL rodeado de su familia antes de la premiere de esta noche.

El documental no está dirigido por usted, pero es uno de los motivos por los que se hace.

Bueno, es que si no estoy yo, esto no arranca eh!

Qué pensó cuando le ofrecieron este documental sobre su hija y usted, ¿le asustó?

No, no, viniendo de quién venía fue un honor. Es una gran productora y sabía que sería un proyecto muy bonito.

¿Nunca pensó que era exponer demasiado su intimidad y la de su hija?

No, no... hay cosas que son importantes que sean tratadas para que tengan una visibilidad y que haya una empatización con este tema. Que no sea algo escondido, que los padres que viven esto que se den cuenta de que tienen dos oportunidades, aceptarlo y apoyarlo o destruirlo y martirizarlo.

La transexualidad no puede ser algo escondido. Los padres que viven esto tienen dos oportunidades, aceptarlo y apoyarlo o destruirlo y martirizarlo

Me sorprendió su primera reacción, que decía que ojalá fuera gay porque ser trans ya era mucho más complicado.

Más que nada fue por la poca información que hay, por esos son maravillosos estos documentales, para mostrar que existe otro mundo, el del niño transexual que es aceptado por sus familias, y no el dela niña que se tiene que ir a la calle porque la echan sus padres de casa porque no la aceptan, y la calle para ella es prostitución, son drogas.

Quizás lo que opinaba sobre la transexualidad estaba condicionado por lo que usted vio en su profesión.

Claro, yo me dedico a la industria del porno, y como productor produzco películas gay, trans… y las historias que escuchaba de las mujeres transexuales eran de vidas muy duras, muy fuertes y muy tristes, y eso es lo que yo pensaba que iba a ser la vida de mi hija. Pero conozco también hay transexuales abogados, emprendedoras que han sido apoyadas por su familia, o quese han armado de valor han mandado a la mierda a su familia que no las apoyaba y tienen otra vida que no es la calle y la prostitución. Que todo es aceptable no quiero decir que si eres prostituta tienes una vida de mierda, conozco prostitutas que no, es lo que han elegido.

Aquí no hay que proteger a nadie, hay que dar visibilidad y no protección. Visibilidad para que haya educación, y educación desde casa, que los padres enseñen estos documentales

Una de las luchas del documental es la de lograr el cambio de nombre en el DNI, ¿cree que institucionalmente queda mucho por hacer?

Bueno, te puedo decir que no ha sido un camino de rosas, tendría que ser mucho más fácil para las familias y para la niña , que cada uno pueda elegir en su vida cómo se quiere llamar y qué quiere ser, sin que nadie le diga lo que es cómo se tiene que llamar. Cada uno es responsable de sí mismo y de su vida, y si yo me quiero llamar Pepa me voy a llamar Pepa tu no puedes tener un poder en mí para decirme que no. Me hubiera gustado que hubiera sido más fácil, que la fiscal me lo hubiera dado a la primera, y no se hubiera levantado con mal pie y tuviera que esperar a que el año siguiente la fiscal se levantara con buen pie. Este libre albedrío de yo te lo concedo yo no es acojonante que jueguen de esta manera. La ley es la ley, y tendría que estar marcado que sí o que no, no que si me da la gana te lo doy, y si no me da la gana no.

También se prohibió que Violeta mostrara la cara en el documental, mientras que en otras películas hay menores que la enseñan.

Yo creo que es una manera de proteger a los menores que al final no acabo de entender, porque ella no tiene que protegerse de nada ni esconderse de nada. Ella en el colegio es la delegada de clase, querida por toda la clase, es muy empática, y sabe lo que es. Así la hemos educado y así es ella, por lo que esa decisión no debería haberla tomado un juez, sino sus padres o ella misma. Dicen que es que es muy pequeña y no sabe lo que va a pasar después, si seguimos así nunca vamos a avanzar y vamos a seguir escondiéndolos, yo he visto documentales de otros países y había niñas de seis años que lo contaban y se veía su cara. Ahora te dicen que la escondas para protegerla y aquí no hay que proteger a nadie, hay que dar visibilidad y no protección. Visibilidad para que haya educación, y educación desde casa, que los padres enseñen estos documentales para que empaticen, porque si lo escondemos seguiremos igual, en la penumbra, en lo prohibido.

Violeta empieza una época más difícil, la adolescencia y todos los cambios que trae. Además cada vez tendrá que tomar más decisiones, ¿le asusta este nuevo panorama?

No, a mí eso no me da miedo, todos tenemos hijos adolescentes y vamos a pasar por ahí, yo no soy diferente a otro padre. Luego depende de cómo salga la niña o cómo la hayas educado lo va a pasar mejor o peor. No tengo miedo por mi hija, tengo más miedo por mi hijo, porque es muy empático y bueno, no puede ver ni vídeos de gente que se cae porque se ha hecho daño, y la gente abusa de la gente tan buena.

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