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El refrán dice que a la tercera va la vencida, aunque en el caso de Pedro Almodóvar puede que haya que cambiarlo por la sexta, porque es la sexta vez que compite por la Palma de Oro en Cannes, uno de los pocos premios que se le resiste y que rozó con los dedos en 1999 con Todo sobre mi madre y en 2006 con Volver. En la primera ocasión dicen las malas lenguas que fue David Cronenberg el que impuso su ley de presidente del jurado para que triunfaran los hermanos Dardenne y su Rosetta en vez del manchego.

Y eso que, aunque parezca lo contrario, la relación entre el festival y el director empezó con mal pie. “Mujeres al borde de un ataque de nervios la rechazaron, Átame también; Tacones lejanos también… así que Agustín y yo decidimos no mandar ninguna película más a Cannes. Francia es el país que más tarde me adoptó. Me tomaron en serio después del éxito de Mujeres en EEUU, no fue amor a primera vista como sí fue en Italia. Aquí se resistieron, como eran comedias disparatadas no estaban seguros si eran buen cine o una petardez momentánea”, ha contado el director desde Cannes y a pocas horas de proyectar por primer vez Dolor y Gloria con público extranjero.

Por eso considera que esta noche es “la gran noche”, y que ahora no se pone nervioso, pero que estará “histérico” el próximo viernes, cuando el jurado haya tomado una decisión y los directores recibirán la llamada que les dice si deben volver a Cannes porque han entrado en el palmarés: “En ese momento te encuentras en esa situación de… ¿preparo el esmoquin?, y si lo haces es porque piensas que debes ser recompensado y eso es absurdo, porque no lo sabes, así que los nervios los dejo para esa noche”.

Fotograma de Dolor y Gloria, la película de Pedro Almodóvar.

Ha querido dejar claro que por mucho que se diga, “no estoy loco por una Palma de Oro, aunque la aceptaría encantado”, pero que su cine no va a cambiar por este premio, no tampoco su vida. Tampoco ha hecho locuras por estar en Cannes, como pegarse palizones para estar en Sección Oficial o incluso cortar y remontar sus filmes después de tener una acogida fría aquí. “Los festivales no son tan importantes. Lo son, y sobre todo este, pare el cine de autor, que es una especia casi en extinción, pero eso no debe cambiar el modo en que uno hace cine. Yo nunca lo he hecho, y creo que sería una actitud muy peligrosa”, ha añadido.

Su experiencia en Cannes también pasó por ser presidente del jurado hace dos años, un momento en el que entendió mejor la mecánica de cómo se elige una Palma de Oro y que define como “una gran experiencia democrática. “Yo fui un presidente muy democrático. Fue una experiencia dura esa democracia. Descubrí que un presidente debe saber negociar, y yo no quise negociar en ningún momento. Si a alguien no le gustaba, yo le daba mis razones, pero no negociaba. Creo que no esta en mi carácter”.

El resultado de las pasadas elecciones sí que ha revelado que esta es la España democrática que conozco y en la que vivo. He respirado tranquilo

Y de una experiencia democrática a otra, ya que antes de venir a Cannes, Almodóvar manifestó públicamente su apoyo a Manuela Carmena. Ahora ha contado cómo ha vivido estos últimos años convulsos en nuestro país. “Yo creo que, como todos los españoles, he estado horrorizado por la última legislatura. Creo que en ninguna profesión la gente llega a esos niveles de crispación e insultos, y los políticos se lo permiten en representación nuestra. Ha sido deplorable. Para mí estas elecciones han sido un respiro. Yo no tenía nada claro, y creo que nadie, cuál iba a ser el resultado y respiré, porque no sabía en que país estaba viviendo. No era el país en el que yo pensaba que vivía y por el que todos trabajamos, no era ese. Afortunadamente el resultado sí que ha revelado que sigue siendo la España democrática que conozco y en la que vivo. No sólo he respirado, creo que estamos delante de cuatro años que van a ser siempre mejores que los anteriores, en los que ni ha habido gobiernos”, ha confesado.

También se ha mostado “escandalizado con el asunto Iceta”, y ha reafirmado su intención, “como votante de izquierda” de apoyar a Carmena, porque cree que “sería lo mejor para Madrid”, y más en un momento de ruido de la extrema derecha, algo que le parece espantoso, y de cuyo auge ha culpado también a los medios: “Les dais tanta cancha… es que parte de la promoción se la hacen los medios de izquierdas, hay que tener cuidado con eso. Yo ahora, socialmente, creo que estamos en una situación mejor que hace un mes, y eso lo celebramos”. A ver si dentro de una semana también podemos celebrar la Palma de Oro para Dolor y Gloria.

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