J.B.
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El 5 de agosto de 1962, a los 36 años de edad, fallecía una de las actrices más reconocidas del siglo XX en extrañas circunstancias. A día de hoy todavía existe división de opiniones de si la actriz estadounidense se suicidó o fue asesinada.

Ahora, 57 años después de la muerte de Marilyn Monroe, se ha desvelado que un fotoperiodista consiguió infiltrarse en la funeraria y fotografiar el cadáver de la actriz gracias a un soborno en alcohol al personal de la morgue. El fotógrafo en cuestión era Leigh Wiener, conocido por haber realizado retratos a diferentes personalidades del pueblo estadounidense como Harry Truman o Ronald Reagan.

Wiener, que falleció en 1993, se encontró con el cuerpo descubierto de Monroe y decidió captar aquel momento. Sin embargo, consciente de lo duras que podían llegar a ser dichas fotografías, solo envió tres de los cinco rollos a la revista Life. Así lo cuenta el hijo del camarógrafo en el documental de Fox News titulado Escandaloso: la muerte de Marilyn Monroe. "Los últimos dos rollos los llevó a su propio estudio y según dijo, los procesó, los examinó, y los colocó rápidamente en una caja de seguridad", explica.

De esta manera, Devik Wiener confiesa no saber el paradero de los dos rollos restantes ya que su padre se llevó el secreto a la tumba. De las imágenes que se publicaron destaca una en la que se dejan ver los pies desnudos de Monroe, aún en el interior de su cámara funeraria.

Fotograma del documental 'Escandaloso: la muerte de Marilyn Monroe'. Fox

 

Imágenes de su rostro

Leigh Wiener es el personaje principal del documental de Fox News, pero no fue el único en adentrarse en la cámara número 33 —lugar donde se encontraba el cuerpo de Marilyn Monroe—. Se filtró una impactante imagen que no tomó Wiener en la que aparecía el rostro pálido de la actriz fallecida a medio tapar con una sábana blanca.

Dicha imagen resalta por su extrema dureza. Por ello, teniendo en cuenta que las fotografías perdidas de Leigh Wiener podrían contener detalles sensibles, es entendible que el fotoperiodista decidiera no sacar a la luz los rollos que más podían herir la privacidad de Marilyn Monroe.

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