Publicada
Actualizada

Esta no es otra película de drogas; o al menos no pretende serlo. En mil pedazos, basada en la novela de James Frey, en la que el autor narra sus memorias en una clínica de rehabilitación, llega a la gran pantalla este viernes 13 de septiembre de la mano de Sam Taylor-Johnson. El filme, a diferencia de otras producciones que tratan la adicción como puede ser el caso de Trainspotting, no romantiza el consumo de drogas duras.

Es lo que han pretendido hacer desde el primer momento Sam y su marido Aaron Taylor-Johnson, quienes han escrito el guion de la película. "Queríamos crear una atmósfera real, sin darle glamour a las drogas", explica a EL ESPAÑOL la directora. "El propósito era mostrar de la manera más realista posible el sufrimiento que genera la adicción", añade. Por su parte, Aaron también interpreta al protagonista de la historia. James Frey es un joven que, tras un accidente bajo los efectos de estupefacientes, entra en rehabilitación empujado por su hermano Bob (Charlie Hunnam): "Estás destrozando a mamá y a papá".

La clínica y su estancia allí se convierte en el epicentro del relato: el mono, sus compañeros y una mujer llamada Lilly, interpretada por Odessa Young, forman parte de sus experiencias en la travesía hacia una vida sana. Así, la relación entre Lilly y James se transforma en una conexión de ayuda mutua, en la que ambos necesitan un apoyo constante que podría resultar tóxico a largo plazo.

Tráiler oficial de 'En mil pedazos'.

Sin embargo, la clínica les prohibe tener contacto entre ellos. Y es que, tal y como comparte Aaron con este periódico, los pacientes deben curarse por sí solos. Nadie debe depender de nadie. "Te vas a morir de lo asustado que estás", dice Leonard (Billy Bob Thornton) a un James incapaz de seguir los consejos de los médicos. Poco a poco, entiende que "el camino hacia la luz es oscuro". De esta manera, el atormentado Frey tiene que decidir si debe mantener su relación con Lilly como pilar fundamental de su rehabilitación pese al peligro que puede acarrear depender de alguien tan volátil.

Risas y llantos

El largometraje, grabado en apenas 20 días con un presupuesto limitado, destaca por un guion trabajado que se transmite perfectamente mediante la actuación de los personajes, en donde Aaron Taylor Johnson apunta a lo más alto con su papel de drogadicto —el guion tardó en escribirse casi dos años—. "Durante su estancia en la clínica hay risas y llantos; hay un largo camino hasta salir de la adicción y la depresión, eso es lo que celebramos", declara el actor estadounidense.

Sam Taylor-Johnson y Juliette Lewis. eOne

 

En mil pedazos ofrece una trama realista pese a jugar con el surrealismo en escenas concretas donde las drogas juegan un papel principal. Pero, quizá a diferencia de otras películas del gremio, la producción de Sam Taylor-Johnson busca personificar un problema vital en el que se suele criminalizar a la víctima por haber caído en las drogas. "Es fundamental confiar en los profesionales para que los adictos puedan recuperarse", concluye la directora.

Noticias relacionadas