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'Pares y Nones' (1982)
Con esta película empezó todo. Después de unos cuantos trabajos para televisión Cuerda saltaba al cine con esta comedia de enredo sobre las dependencias sentimentales protagonizada por Antonio Resines y producida por Tesela, a la que volvería con su último filme.
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'Total' (1983)
"Yo me libré del fin del mundo corriendo, incluso dos o tres veces estuvo muy cerca", decía Agustín González en esta maravillosa película para televisión que sentaba las bases del humor surrealista del director.
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'El bosque animado' (1987)
El primer éxito de Cuerda fue esta magnífica adaptación de la novela de Wenceslao Fernández Flórez que supuso su primer y único goya a la Mejor película -aunque lo ganó dos veces como productor de Amenábar- en su primera colaboración con uno de los hombres de su vida, Rafael Azcona.
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'Amanece que no es poco' (1989)
Y llegó su cima, la película que se convirtió en una religión. Un clásico instantáneo que descubrió su surrealismo cañí a todo el mundo. Una sátira ácida llena de dardos que sigue siendo actual y moderna más de 30 años después. Sus frases se recordarán de por vida.
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'La marrana' (1992)
Cuerda conseguía sacar lo mejor de sus actores, y en especial de Alfredo Landa, maravilloso como un prisionero que tras pasar su cautiverio en Túnez a finales del siglo XV regresa a su tierra extremeña con la ilusión de comer su manjar preferido, el cerdo.
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'Así en el cielo como en la tierra' (1995)
Secuela espiritual de 'Amanece que no es poco' que no tuvo tanto éxito pero que mantenía su esencia y su peculiar sentido del humor. Una desternillante visión de la vida después de la muerte.
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'La lengua de las mariposas' (1999)
La película más emotiva del director es un retrato de los momentos previos a la Guerra Civil y la amistad de un maestro y un niño en un pueblo. Su escena final es de las más emocionantes de la historia del cine español. Su última colaboración con Azcona es un filme tan triste como hermoso.
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'Tiempo después' (2018)
Su despedida fue el cierre a la trilogía comenzada con 'Amanece que no es poco'. En esta ocasión Cuerda viaja al futuro para dar un tortazo de realidad al presente. Una crítica feroz al capitalismo y a la pérdida de valores delirante y divertidísima. Un gran broche final.
