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Hay miradas que no se olvidan, de esas que se clavan dentro y uno las recuerda siempre. No siempre están en la vida real. En el cine y en las series el poder de un primer plano de unos ojos puede conmover tanto como la escena más dramática. Este año se ha comprobado en uno de los fenómenos sorpresa que han estallado en Netflix. Se trata de Unorthodox, serie alemana que se ha convertido en una revolución en estos meses de confinamiento por la crisis de coronavirus. Uno de los motivos por los que ha enamorado a tantos millones de espectadores en todo el mundo es la maravillosa interpretación de su, hasta ahora, desconocida protagonista: Shira Haas.

Unorthodox cuenta la historia de Esty Shapiro, una joven que se rebela contra las normas de la comunidad judía ultra ortodoxa a la que pertenece. Una mujer que escapa de una vida en la que estaba condenada a vivir bajo el yugo machista y de tradiciones reaccionarias y que descubre la libertad en Berlín, una ciudad que tenía casi prohibido pisar por asentarse sobre los cuerpos de los judíos muertos en el holocausto. Una serie poderosa, que muestra una realidad que normalmente no se muestra y que se basa en las memorias de la autora, Deborah Feldman, y que gracias a su sensibilidad a conquistado al público.

Pero nada funcionaría si detrás de todo no estuvieran los ojos de Shira Haas. Dos focos que iluminan la oscuridad de la realidad que la rodea y que sobresalen en su cuerpo menudo, frágil, que rompe esas cadenas de la tradición que la ataban. Vemos todo a través de la mirada del personaje de Esty, y Haas es capaz de emocionar con poco. Una interpretación que la ha puesto en el foco y que ha hecho que todos se pregunten: ¿Quién es esa actriz? Ahora todos hablan de ella, y esperemos que los premios también se acuerden de esta actriz que nació en Tel Aviv el 11 de mayo de 1995 y que con 25 años ha acaparado todos los titulares.

Shira Haas en uno de los momentos más emocionantes de Unorthodox.

La infancia de Haas no fue fácil. Descendiente de un superviviente del Holocausto, a los tres años le diagnosticaron un cáncer de riñón que superó tras dos años de tratamiento. Un pasado que rara vez saca a relucir ella, que en las entrevistas prefiere centrarse en cómo se convirtió en actriz profesional casi por un golpe de suerte. Ella había estudiado teatro y participado en alguna obra profesional, hasta que llegó la serie Shtisel, donde había tenido un papel secundaria. Tenía 16 años, y no pensaba que aquella serie, también sobre los judíos ultraortodoxos, cambiaría su vida para siempre.

Esther Kling, una importante directora de casting de Israel,la vio en la serie mientras buscaba una actriz para un personaje complicado, el de la película Princess. No dudó y escribió a Shira Haas por Facebook para explicarle quién era y si le interesaba hacer una prueba para un filme. La joven tenía 16 años y muy poca experiencia, de hecho se encontraba formándose en una escuela de artes localizada a las afueras de Tel Aviv. Clavó la prueba, se llevó el papel y dejó a todos con la boca abierta con un papel complejo, en el que daba vida a una niña de 12 años que tiene una tormentosa relación con el novio de su madre.

Fue la primera vez que dejó a todos sin palabras. Desde que Princess se presentara en el Festival de Sundance de 2014 ella se llevó todos los elogios posibles y una proyección que hizo que ganara el premio a la Mejor Actriz tanto del Festival de Cine de Jerusalén como del Festival Peace & Love. Mientras continuaba con su secundario en Shtisel y gracias a su éxito por Sundance participó en el debut como directora nacida en Israel, Natalie Portman, que le dio un papel en A Tale of Love and Darkness en 2015. Una adaptación de la novela de Amos Oz a la que siguieron otros papeles en Hollywood como La casa de la esperanza o María Magdalena. También en la joya israelí de 2017, Foxtrot, una crítica al servicio militar para jóvenes en Israel que la propia Haas tuvo que hacer.

Hasta que llegó Unorthodox, el punto de inflexión en su carrera aunque nadie pudiera preverlo. Para el papel de Esty, por el que ha saltado a la fama mundial y por el que ha enamorado a todo el mundo, tuvo que hacer cásting. De hecho, ella misma ha colgado en sus redes cómo interpretó el Hallelujah de Leonard Cohen en la audición dejando a todos sin palabras. De hecho, una de las creadoras de la serie contó al 'Jewish Journal' que ella fue siempre la primera opción: “Hicimos un casting y vimos como a 60 chicas, pero a la gente de Netflix sólo le mostramos a ella”.

No era un papel fácil, y Shira Haas lo preparó a conciencia. Mejoró su ingles, aprendió idish, idioma de los judíos ultra ortodoxos, para lo que tuvo un profesor con el que practicaba cada día y con el que se obsesionó para sonar real cuando lo hablara en la serie, ya que era un pilar fundamental en su construcción. Se obsesionó con Esty Saphiro, se leyó varias veces las novelas, habló con la autora, tomó clases de canto y piano y hasta dejó que la raparan el pelo. Un papel por el que le pueden llover premios este temporada. De hecho ya ha ganado uno, pero por su nuevo filme Asia, en el festival de Tribeca.

Está claro que 2020 es su año, pero de momento Shira Haas se niega a convertirse en una estrella al uso. Sigue viviendo en Tel Aviv, y prefiere viajar constantemente a EEUU que mudarse a Los Ángeles. Seguro que Hollywood llamará a su puerta dentro de poco, porque el futuro es suyo, y no van a desaprovechar una de esas miradas que te llenan una serie.

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