La comedia que se ha convertido en el último fenómeno sorpresa de Netflix
'Work it: al ritmo de los sueños' es una sucesión de clichés: inadaptados, institutos y amor, aderezado con unas buenas coreografías.
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La gente tiene ganas de desconectar. En un verano como este, tras tres meses encerrados en casa y con las noticias hablando de rebrotes todo el tiempo, la gente no quiere más ‘dramas’. Así se puede entender el top ten de Netflix, donde casi todo lo que entra en estas últimas semanas parece destinado a la desconexión mental propia de estos meses de calor. Lejos queda ese confinamiento cuando productos como Unorthodox o el documental de Jeffrey Epstein ocupaban los primeros puestos de forma sorpresiva.
En ese top ten tan lúdico sigue habiendo espacio para las sorpresas. Estaba claro que ficciones como la segunda temporada de The Umbrella Academy iban a estar en el podio, pero nadie contaba con una película como Work It: al ritmo de los sueños, una comedia más destinada al público adolescente que, sin embargo, ha estado imbatible en el número uno durante días y que sólo se deja asustar por la serie de la familia con poderes. Nadie conocía, hasta ahora, Work It, pero se ha convertido en un pequeño fenómeno y muchos dicen que podría ser el comienzo de una nueva y lucrativa franquicia para la plataforma.
El nombre más potente detrás de Work It: al ritmo de los sueños, no es de la directora Laura Terruso, sino el de la productora, que es, ni más ni menos, que la cantante Alicia Keys. Eso se nota en la apuesta por la música y el baile, que es lo que diferencia esta película y la diferencia de otros tantos productos destinados a los adolescentes. De hecho, su banda sonora, se ha convertido también en un pequeño fenómeno. La película bebe de otro fenómeno adolescente, la serie Glee, donde una panda de inadaptados se juntaban en torno a un club de canto y hacían un canto a la diversidad envuelto en grandes éxitos pop. Aquí se cambia el canto por el baile (aunque también hay canciones para reventar Spotify), pero se apuesta por esa línea de reivindicar a los diferentes, a los apartados del instituto. Las protagonistas no son las cheerleaders, ni el quarterback, sino dos chicas normales que no encajan en las guays del instituto.
La protagonista es Quinn Ackerman, una joven cuyo sueño es ir a una de las universidades más prestigiosas del país, pero para lograrlo debe sumar actividades extracurriculares, algo hasta ahora desconocido para el público, que siempre ha visto las películas americanas y cómo el único requisito para entrar eran las notas y el dinero. Pero en Work it a la 'prota' decide que entre esas actividades esté el baile. Por eso intenta apuntarse en el grupo de su colegio, pero como es un pato mareado la rechazan. Con ayuda de su amiga Quinn, que por supuesto es una máquina bailando, montarán un grupo de baile lleno de ‘losers’ para conseguir entrar en la universidad. Así se enfrentarán al orden establecido en el instituto y reivindicarán a los nerds.
La película no pretende reinventar la rueda. Son todo clichés y da lo que se espera de ella. Mensaje bienintencionado, bailes, canciones, un poco de historia de amor, exaltación de la amistad y una estrella recién salida de la factoría Disney y a la que Netflix quiere convertir en su nueva estrella: Sabrina Carpenter. Elementos que puede que en otra época del año no funcionaran, y que provocarían que esta película fuera sólo una más dentro del catálogo de la plataforma, pero que ha llegado en el momento perfecto y en el año ideal para convertirse en uno de esos placeres culpables que arrasan entre los más jóvenes. Tenemos Work It para rato.