Kristen Stewart: “Sé lo que es dar una imagen que no tiene que ver con cómo te sientes en realidad"
Kristen Stewart y Laura Dern son las protagonistas de ‘J.T. Leroy: Engañando a Hollywood’, una película estrenada directamente en Amazon Prime Video.
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Han pasado quince años desde que se reveló el pastel: Jeremiah Terminator LeRoy, una de las grandes revelaciones de la literatura estadounidense en el cambio de siglo, no existía. Corría el año 1999 cuando una novela -Laura- y una serie de relatos cortos -El corazón es mentiroso (y que lo digas)- puso en el mapa a un joven escritor que se hizo un nombre en los círculos literarios de la época gracias un crudo retrato de la juventud en el que había espacio para el travestismo, la prostitución, los intentos de suicidio, los abandonos familiares o el VIH. Pero todo era mentira.
JT LeRoy (último nombre con el que se identificó el autor) no era más que un personaje inventado por Laura Albert, una teleoperadora que se había ganado la vida contestando al teléfono erótico hasta que descubrió que sus historias - algunas reales, otras magnificadas por el arte de la narrativa - tenían un público a pesar de que ella era literalmente incapaz de presentarse ante él. Para mantener la farsa, decidió ponerse en contacto con un joven desorientado que se haría pasar por ella en público. Y ahí entra Savannah Knoop, la otra protagonista de un relato fascinante que se alargó durante seis años y responsable de las memorias que han inspirado J.T. Leroy: Engañando a Hollywood. Kristen Stewart y Laura Dern son las encargadas de insuflar alma y verosimilitud a la adaptación al cine de una de esas increíbles a las que solo podemos dar crédito cuando aparecen cuatro palabras delante de ellas: basada en hechos reales.
La película escrita y dirigida por Justin Kelly (responsable de otra polémica historia basada en hechos reales, I Am Michael, sobre un hombre homosexual que se obligó a vivir como heterosexual) acaba de llegar a España a través de Amazon Prime Vídeo dos años después de nuestra conversación en el Festival de Toronto con sus protagonistas. Allí se mostraron cómplices, felices de volver a rodar juntas dos años después de Certain Women y dispuestas a hablar de las relaciones de amor más atípicas, las máscaras que nos ponemos (o no) para vivir en sociedad y la evolución de nuestra sociedad en su relación con las etiquetas y la identidad sexual.
La relación de Laura y Savannah recuerda a Clarence y Alabama de Amor a quemarropa, aunque aquí hay un mayor desequilibrio de poder.
Kristen Stewart (KS): Es una historia de amor, totalmente, lo cual es extraño porque si miras la historia desde un nivel superficial, puedes hacer suposiciones que podrían llevarte a pensar que Savannah fue manipulada y fue devorada por algo mucho más grande que ella. En realidad había una extraña figura parecida a Svengali [en referencia al clásico de 1931 en el que un profesor de música que utiliza a las mujeres, controlándolas por medio de poderes hipnóticos y telepáticos] detrás de la cortina. Laura y Savannah tienen una conexión especial y se dejan llevar por ella. Se entendieron mutuamente y se protegieron. Todavía lo hacen. Pasaron tantas cosas y tanto tiempo juntas que quedaron algo exhaustas, e incluso enganchadas y codependientes hasta cierto punto. Eso, obviamente, nunca es saludable. Fue muy divertido conocerlas como pareja.
Laura Dern (LD): ¡Fue increíble!
KS: Laura dice eso todo el relato. (Imitando a Dern en broma) "¡Todo fue increíble!"
LD: Kristen y yo tuvimos que encontrarnos en esa conexión, y fue en gran parte gracias a una persona tan generosa e increíble como Savannah. Con Kristen todo fue fácil. (La mira) Abres tu corazón, me dices la verdad con tus ojos. (Vuelve a mirar al periodista) Eso no se obtiene ni siquiera de los mejores actores. Ser abierto requiere algo más.
(KS) No somos de esos actores les encanta decir que en las entrevistas que adoran trabajar con su compañero de reparto pero creo que me gustaría hacer con ella todas mis películas. Ninguna de las dos somos muy teatreras. Hay actrices que son muy talentosas de diferentes formas, pero con Laura nunca he sentido que no estuviera entendiendo por qué hacía lo que hacía con un personaje. A no ser que se ponga se desate y saque su lado más salvaje, claro (risas). Incluso en esos momentos en los que se deja llevar por el personaje es casi iluminador poder verlo desde dentro.
(LD) Creo que esa delicadeza en la relación era muy importante. Para Savannah lo que había pasado con Laura era como una historia de amor, y así la interpretamos. Esa es la razón para hacer una película con esta historia. Puedes ver el documental [Author: The JT LeRoy Story está disponible en Filmin] y descubrir esta historia tan increíble, pero la película te enseña las emociones que hay detrás.
Las protagonistas de J.T. Leroy deben comportarse como alguien que no son en realidad. ¿Habéis experimentado eso como personas que tienen una imagen pública?
(LD) Las dos hemos tenido experiencias similares. Hemos crecido en la industria porque empezamos a trabajar siendo jóvenes. Creo que nunca hemos intentado pasar por otra persona. Ni en nuestra vida personal ni con la prensa nos hemos inventado una personalidad pública, para bien o para mal. Tuvimos suerte de no haber crecido en la cultura de los seguidores y las redes sociales. Ni siquiera Kristen, que es más joven. Ahora no sé cómo pueden hacerlo. Tenemos suerte de tener que convertirnos en otras personas para el trabajo, pero no en una alfombra roja o en nuestra vida privada.
(KS) Conozco a un montón de gente a las que se les da genial dar la impresión de ser agradable. Se mueven muy bien en esos ambientes, son encantadores y todo el mundo les adora. Son elocuentes y dicen las cosas adecuadas, y muy a menudo es todo mentira. ¡Es tan irónico! Siempre me ha chocado muchísimo, incluso cuando era más joven y veía a otros actores de mi generación crear esa pantalla entre ellos y el mundo real. Me asustaba un poco cuando ellos me decían “relájate, dales lo que quieren, sonríe, dales juego”. ¡Y yo era incapaz! No podía. Me encantaría. He tenido compañeros que se inventaban todas las respuestas en las entrevistas pero yo no soy capaz… y es muy aburrido. ¡No me gusta vivir así! Es una posición vaga y me da miedo moverme en esos ambientes.
El caso real fue muy comentado y polémico cuando estalló. ¿Qué fue lo que más os llamó la atención de esta historia tan rara?
KS: La historia se desarrolla durante unos seis años. Cuando conoces a Savannah es una especie de animalito del bosque encantador, frágil y delicado. Era fascinante ver a alguien así ser sometido por algo mucho más grande que ella y que luego pudiera dejar atrás la situación de la forma en que lo hizo. Fue muy guay enfrentarse a esa clase de autoexploración y a esa investigación de la propia identidad. Creo que quería proteger ese viaje. No quería que nadie viniera y fingiera eso, porque tengo experiencia con eso. Sé lo que es presentarte al público de una forma que necesariamente no tiene que ver con cómo te sientes por dentro en realidad.
La experiencia de vivir en el ojo público puede ser una batalla con una misma. Era algo muy meta, sentía que sabía por lo que pasaba el personaje. Quería contar esa historia con sinceridad. Y además creo que la dinámica de Laura y Savannah, esa historia del "arte como salvador", también es algo que corre por mis venas. Yo sería una persona diferente si no hubiera encontrado cómo expresar mis inquietudes. Creo que esta es una historia de supervivencia a otro nivel, además de una historia de amor muy particular y una parte de la cultura pop increíble.
(LD) Como actriz me pareció un reto delicioso poder meterme en la mente de alguien que no tenía nada que ver conmigo. Mi proceso fue opuesto al de Kristen. Si leo un guion y no soy capaz de encontrar de primeras una conexión con el material, me hace tener más ganas de hacerlo y de querer entender por qué el personaje hace lo que hace. Quiero entenderla, descubrir por qué alguien está tan desesperado por ser visto u oído.
La película está basada en las memorias de Savannah Knoop. ¿Llegó a estar Laura Albert involucrada en algún momento con el proyecto?
(LD) Como Justin Kelly se basó en el punto de vista de Savannah es a ella a la que acudimos con dudas y preguntas. Era su historia. Creo que Laura ha preferido mantenerse al margen. Espero que se sienta vista en la película. Eso haría muy feliz a Savannah. Puede ser muy interesante conocer al sujeto cuando vas a interpretar a alguien real y que está vivo. Seguramente lo hubiera hecho si Laura hubiera querido, pero creo que es probable que Savannah haya sido más generosa con Laura de lo que lo hubiera sido ella misma.
La identidad y orientación sexual también es uno de los misterios que persiguen a Savannah.
(KS) Me ha encantado hablar con ella de estos temas. Creo que todavía no tenemos el vocabulario para explicar ciertas cosas. Nos peleamos con etiquetas porque nos gusta tener un nombre al que llamar a las cosas. A mí me pasa, soy una persona muy literal. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que tenemos muchas historias por contar. Cuando veo películas de época siempre acabo preguntándome: “¿dónde está la gente queer? Están ahí detrás y sus historias están por contar”. Sería interesante llegar a un punto en el que todos estemos cómodos con nuestra identidad y al mismo tiempo seamos conscientes de las de los demás. Es una revolución que está en marcha y llegará. Creo de verdad que no hay tantas diferencias entre lo femenino y lo masculino, tenemos tanto dentro de nosotros…
(LD) Kristen tiene una relación muy cercana con mi hijo. Yo le he visto crecer y ahora es alguien de 16 años que se niega a identificarse como un hombre a pesar de que tiene una novia a la que quiere mucho. Por cuestiones políticas no deja que nadie le ponga una etiqueta. No hay espacio para la homofobia en su vida.
(KS, emocionada) Las nuevas generaciones lo están viviendo de una forma muy distinta a cómo lo viví yo. Crecí viendo cómo la gente de mi edad no tenía problema alguno en usar la “palabra f” [en referencia a faggot, “maricón” en castellano). No le daban más importancia. Ahora si alguien lo dice, la reacción es muy opuesta. Ha cambiado muy rápido. Yo tengo 28 años, él tiene 16 años y su experiencia es radicalmente diferente. Ni siquiera parece ser consciente de que antes eso sí fuera un problema. Han cambiado mucho las cosas.