La vuelta de 'Sexo en Nueva York' levanta pasiones encontradas.

La vuelta de 'Sexo en Nueva York' levanta pasiones encontradas. HBO

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A favor y en contra: el regreso de 'Sexo en Nueva York' (y sin Samantha)

¿Regreso innecesario u oportunidad para eliminar el mal sabor de boca las películas? Javi Zurro y Dani Mantilla discuten sobre la vuelta de un clásico de la televisión como 'Sexo en Nueva York'. 

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La confirmación de que Sexo en Nueva York volverá en HBO Max con diez nuevos episodios con una serie limitada llamada And Just Like That... ha provocado reacciones apasionadas entre los seriéfilos y los fans del clásico protagonizado por Sarah Jessica Parker. También en la redacción de SERIES Y MÁS, por supuesto. 

A FAVOR

Daniel Mantilla: Es una oportunidad de arreglar el mal sabor de boca de las películas y hablar de la sexualidad y del deseo de la mujer en los 50. 

'Sexo en Nueva York' se adentra en los cincuenta.

'Sexo en Nueva York' se adentra en los cincuenta. HBO

La confirmación del rumor dejó un rastro de apasionadas reacciones en las redes. “¿Por qué no la dejan morir?”, dijeron algunos. “Sin Samantha no es Sexo en Nueva York, se lamentaban muchos. Otros celebraban el regreso de una serie icónica que se merece un lugar tan relevante en la historia de la televisión como Los Soprano, la otra gran protagonista de la revolución creativa del medio en el cambio de siglo. Mi primer instinto fue mucho más básico que todo eso: un mundo con nuevos episodios Sexo en Nueva York siempre va ser mejor que un mundo sin nuevos episodios de Sexo en Nueva York.

Michael Patrick King, showrunner de las cuatro últimas temporadas de la serie original y director y guionista de las dos películas, tiene la oportunidad de quitarnos el mal sabor de boca que dejaron sus dos adaptaciones cinematográficas, especialmente esa secuela que parecía hecha para dar la razón a aquellos que, equivocadamente, creían que Sexo Nueva York solo era un producto frívolo, superficial e histriónico. Que por momentos lo es (y damos gracias por ello), pero también es mucho más que eso. 

Quien haya vuelto a ver viejos capítulos de la serie se encontrará con unos inspiradísimos guiones tan adelantados a su tiempo y divertidos como honestos con una realidad que entonces simplemente estaba siendo ignorada por el mainstream. No es que a finales de los 90 las mujeres no hablaran de sexo, es que nadie se había preocupado por enseñárnoslo. Por supuesto que algunos de sus pasajes han envejecido fatal. ¿Y qué? Lo preocupante sería que el mundo no hubiera cambiado en los veinte años que han pasado desde entonces. King y Darren Star, el creador ya desvinculado desde la tercera temporada de la comedia, eran guionistas, no lectores del tarot

"A pesar de que la televisión ha evolucionado mucho en el retrato de la mujer en los diez años que han pasado desde que vimos a los personajes por última vez, Hollywood sigue sin estar muy interesado en contar las vivencias de las señoras (benditas señoras)."

Independientemente de si sus razones son emocionales, creativas o económicas, Kim Cattrall tiene todo el derecho del mundo a no querer seguir siendo Samantha Jones. El mismo que tiene Sarah Jessica Parker para volver al personaje que la convirtió en icono. Aunque se echará de menos a la deslenguada y sexual publicista, muchas series continuaron sin sus protagonistas: Cheers siguió siendo Cheers sin Diane y Aida no necesitó que Carmen Machi estuviera en la serie para mantener audiencias millonarias durante años. Samantha era una parte integral de una serie que, ante todo, hablaba de la amistad femenina. Pero la verdad es que incluso en la vida real las amigas también dejan de serlo. 

Los guiones tendrán que encontrar la forma de devolver el sexo a Sexo en Nueva York sin el personaje que englobaba muchas de las razones que habían convertido la serie en un icono. No se sabe qué pasará con Samantha: si la relación se habrá terminado, si su funeral es la razón por la que se reúnen las viejas amigas o si incluso si otra actriz es fichada para sustituir a Cattrall en el personaje (por favor no, no estamos hablando de la tía Viv de El príncipe de Bel Air). 

Prefiero dejar de lado lo que perderemos para centrarme en lo bueno que pueda traernos And Just Like That…. Esta continuación es una oportunidad para retratar las preocupaciones, pulsiones y miserias de un grupo de mujeres que ya han dejado atrás los 50 años. A pesar de que la televisión ha evolucionado mucho en el retrato de la mujer en los diez años que han pasado desde que vimos a los personajes por última vez, Hollywood sigue sin estar muy interesado en contar las vivencias de las señoras (benditas señoras). Yo no puedo decir que no a un cruce de El club de las primeras esposas y Sexo en Nueva York. Puede que no tengamos a Kim Cattrall, pero es pensar en posibles fichajes como Sharon Stone, Jane Krakowski, Marisa Tomei, Angela Basset, Salma Hayek o Vanessa Williams… y empezar a salivar. Elijo creer.

EN CONTRA

Javier Zurro: Nostalgia, aparta tus sucias manos de ‘Sexo en Nueva York’

'Sexo en Nueva York' lo fue todo en su momento.

'Sexo en Nueva York' lo fue todo en su momento. HBO

Basta de nostalgia. Estamos enfermos de ella. No somos capaces de dar un paso adelante sin pensar que cualquier tiempo anterior fue mejor. Y claro, al final pasa lo que pasa, que estamos intentando recrear el pasado de cualquier forma posible. El cine vio el filón a la nostalgia hace años, y empezó a rescatar sagas y éxitos de los 80 y 90 para darles una ‘vuelta’. Entiéndase vuelta como exprimir la gallina de los huevos de oro hasta que no quede ninguno más.

Por la máquina de la nostalgia pasaron Parque Jurásico, Los cazafantasmas, Los vigilantes de la playa, el año que viene llegará Top Gun… hasta Jóvenes y Brujas tuvo un intento de sacar provecho de esta moda. Que le digan a J.J. Abrams si la nostalgia vende, que lleva aprovechándose de ellas en películas como Súper 8 y en sus capítulos de la saga Star Wars. En la televisión tardaron un poco más, pero ahora están que lo tiran. Primero fue el éxito de Stranger Things, una serie que se aprovecha con muy poco disimulo de cualquier éxito ochentero para rascar espectadores. Ahora toca recuperar series ya acabadas intentando juntar al reparto original.

Salvados por la campana, Friends, Punky Brewster, El príncipe de Bel Air… todas ellas ya habían anunciado que tendrían continuación décadas después. Cada uno con una aproximación diferente. La primera como ficción que recupera a los personajes originales, con la gracia de ver a Zack Morris y Kelly Kapowski volviendo a pisar los pasillos de del instituto Bayside. La última como reunión de los actores que ya se ha vendido como lacrimógeno homenaje al inicio de la carrera de Will Smith. La moda no se ha saltado nuestro país, donde después del reencuentro de Física o Química ya preparan el de Los protegidos.

Quienes pensaba que se librarían de esta moda serían precisamente ellas, Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte, las chicas de Sexo en Nueva York. Y no porque ninguna plataforma tuviera ganas, sino porque pensé que habían escarmentado después de esas dos infames continuaciones en forma de películas que casi acaban con el legado de una de las ficciones más importantes de la historia de la televisión.

"Ahora mismo esas cuatro pijazas quejándose de amoríos son hasta reaccionarias. Las coge la Michaela Coel de Podría destruirte y les mete un sopapo que las espabila rápidamente."

Le pese a quien le pese Sexo en Nueva York fue de esas series que hizo historia e influyó en muchas que vinieron después. Nunca habíamos visto a cuatro mujeres hablar de sexo como lo hacían ellas. Cuatro mujeres empoderadas que se atrevían a darle la vuelta a muchos roles de la ficción. Sí, al final todas buscaban el amor de su vida y el desenlace dio la razón a sus detractores, pero no nos engañemos, lo que hicieron fue radical. Todavía ahora cuesta encontrar series tan frescas y desprejuiciadas. Encima era divertidísima.

Parece que Sarah Jessica Parker y Michael Patrick King no piensan igual que yo, y han decidido volver a exprimir la franquicia un poco más, a ver si ya consiguen que deje de dar jugo. Una apuesta que no viene a cuento, que nadie pedía y que sólo servirá para terminar de hundir el recuerdo. Porque, aunque entonces fueran revolucionarias, ahora mismo esas cuatro pijazas quejándose de amoríos son hasta reaccionarias. Las coge la Michaela Coel de Podría destruirte y les mete un sopapo que las espabila rápidamente.

Si ya de por sí el proyecto es poco atractivo, sumen que no va a estar el personaje más importante y feminista de todos: Samantha Jones. Las peleas de Kim Catrall y Sarah Jessica Parker se habían resuelto otras veces a golpe de talonario, pero esta vez ni el dinero ha hecho posible que Katrall vuelva al único personaje que podría dar un poquito de aire a esta continuación innecesaria. Miedo da pensar qué se les ocurre para sustituirla. Esta moda tiene que parar. Nostalgia, aparta tus sucias manos de mis series favoritas o no me quedará ninguna.

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