Las ausencias imperdonables de las nominaciones a los Premios Goya
Nunca llueve a gusto de todos, y las nominaciones a los premios de cine siempre dejan a alguien en el camino... estos son los olvidados de este año.
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Los premios nunca dejan a todo el mundo contento. Es muy difícil acertar al 100%, y por esos después de las nominaciones a los Goya siempre salen a la palestra las ausencias más imperdonables de cada edición. En un año como el que acabamos de dejar atrás todo podía pasar. La pandemia hizo que muchas películas retrasaran su estreno y sólo las valientes apostaron por las salas o por estrenar online en medio del confinamiento.
Quizás por eso se esperaba que estas nominaciones a los Goya fueran diferentes y apostaran por otro tipo de cine, como años antes habían demostrado nominado a filmes más autorales como Lo que arde o Entre dos aguas. Aunque sí hubo sorpresas agradables, como la presencia de Ane a Mejor película o la primera nominación de Mario Casas, también hubo ausencias imperdonables. Las enumeramos.
'El año del descubrimiento'
Cuando Ana Belén y Dani Rovira anunciaron que el documental de Luis López Carrasco estaba nominado a mejor montaje -un reconocimiento maravilloso a una labor dificilísima- muchos dieron por hecho que la película favorita de la crítica, El año del descubrimiento, estaría en las categorías principales como ocurrió en los Feroz. No fue así. Es la ausencia más sangrante, ya que hablamos de una obra importante, de las que marcan. La Academia ha perdido la oportunidad de hacer historia y nominar, por primera vez, un documental en la categoría de Mejor película.
Raúl Arévalo, por 'Los europeos'
La película de Víctor García León merecía más suerte en estas candidaturas. Podría haber estado perfectamente en el quinteto de Mejor filme, y su fotografía merecía también ser finalista, pero entre todas sus ausencias la más sorprendente es la de Raúl Arévalo, magnífico en esta adaptación de la novela de Rafael Azcona que sabe transmitir con su mirada todo el viaje de su personaje, desde la inocencia a la pérdida total en esa escena final demoledora. Una pena.
'Historias lamentables'
Es una pena que cuando Fesser ha vuelto a ser Fesser no se le haya prestado atención. Sí, han nominado a su guion y a Janick como secundario, pero su trabajo en la dirección merecía más atención, igual que la merecían las interpretaciones de Chani Martín y Laura Gómez-Lacueva, ambos fantásticos y que hubieran sido dos nominados magníficos. ¿Habrá sido su estreno en Amazon una losa para sus aspiraciones?
Macarena García y Pedro Collantes
Había muy buenas óperas primas este año, pero entre las cuatro finalistas debería haber estado El arte de volver, la intimista película de Pedro Collantes que se pudo ver en el Festival de Venecia y que marca el debut de una mirada personal y a la que habrá que seguir. Duele igual que los académicos se hayan olvidado de su protagonista, Macarena García, que consigue su mejor interpretación hasta el momento.
'Orígenes secretos'
Otro cine es posible en España, y ya nuestros directores se atreven con el cine de superhéroes. Es una pena que una propuesta tan fresca y diferente como Orígenes secretos se quede con sólo tres nominaciones: guion adaptado, efectos especiales y Maquillaje y peluquería. Podía haber arrasado en las categorías técnicas y nadie hubiera protestado si su director, David Galán Galindo, hubiera optado a Mejor dirección novel.
'Courtroom 3H'
Igual que en dirección novel, en película documental la competencia era feroz. Dos se daban por seguras -El año del descubrimiento y My mexican bretzel- pero en las otras dos podría haber entrado cualquiera. Una de esas plazas debería haber sido del documental de Méndez Esparza sobre un tribunal de menores en EEUU que supone un relato transparente y sin artificios del sistema judicial del país y un bofetón al sueño americano.
Pablo Molinero
Sí, vale, nadie esperaba que El verano que vivimos estuviera en los Goya, pero esta película también tiene a un actor que cada vez que sale es un soplo de aire fresco y que se merece más papeles en cine. A Pablo Molinero le vimos en La peste, pero este era su primer papel en cine. Este año también estaba magnífico en La mort de Guillem. Esperemos que tenga muchas más oportunidades.