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Otros años a estas alturas de carrera por el Oscar ya se habrían dado los Globos de Oro y las cosas empezarían a aclararse de cara a quién es la favorita por el premio de la Academia de Hollywood. Por hacer memoria, hace un año, tras unos primeros compases en los que la crítica se inclinaba por parásitos, los Globos de Oro dieron un golpe en la mesa y pusieron a Sam Mendes en la conversación como un ganador casi seguro… hasta el día de la ceremonia en la que el director coreano hizo historia dejando las quinielas del revés.

A estas alturas, con una industria afectada por el coronavirus en la que se han estrenado menos películas y muchas de ellas han ido directamente a las plataformas, la situación es radicalmente diferente. Casi todos los estrenos ‘gordos’ que sonaban a principio de temporada para los Oscar huyeron de este año maldito y pusieron su mirada en la primavera de 2021, lo que automáticamente les hace competir en la edición del año siguiente. Aunque la Academia intentó que aquellas con opciones no huyeran retrasando la gala y ampliando al primer trimestre de este año el plazo para estrenar las películas, casi todas escaparon.

Eso provocó que las favoritas se redujeran, y también que una quedara a la cabeza rápidamente. Ya era una de las que más sonaba antes del confinamiento, pero toda esta situación la ha colocado en una posición que hace que muchos gurús piensen que ya podemos asegurar con bastante certeza quién ganará el Oscar a la Mejor película. Se trata de Nomadland, la nueva película de Chloé Zhao, directora de The Rider, y que ha dirigido esta adaptación de la novela de Jessica Bruder sobre la comunidad ‘nómada’ de EEUU que vive en caravanas por culpa de la precariedad laboral y un mercado inmobiliario imposible.

Tráiler de Nomadland.

El proyecto llegó de manos de Frances McDormand, productora y protagonista del filme, que buscaba una directora para adaptar el libro y tras ver The Rider tuvo claro que Zhao era la elección perfecta. McDormand también suena para el que sería su tercer Oscar, y sólo el hecho de que haya ganado en dos ocasiones y una muy cercana en el tiempo nublan esa posibilidad. Su categoría está más abierta, pero en cuanto a Mejor película -e incluso Mejor dirección, donde sería la segunda mujer en ganarlo- todos los indicadores señalan a Nomadland.

La primera señal llegó en el Festival de Venecia, certamen donde otros años se presentaban las apuestas gordas para el Oscar y en el que ella fue la única película de Hollywood a concurso. Aquí se presentaron con éxito Gravity, La La Land o Joker. El caso de Nomadland fue más claro. Tras su pase de prensa en los últimos compases de festival nadie dudó de que sería la ganadora. Así fue, el jurado presidido por Cate Blanchett le dio el preciado León de Oro. Poco después se llevaba el premio del público del Festival de Toronto. La crítica y el público se unían, y eso suele ser fundamental.

Lo que ha llegado después ha sido el paso triunfal de la película por las primeras asociaciones de críticos que han dado sus premios. Es cierto que falló en los dos más grandes, Nueva York y Los Ángeles, en ambos se llevó los de mejor dirección, y en Los Ángeles quedó en segundo puesto en mejor película Su derrota, además, era contra películas con las que nadie cuenta en la carrera por el Oscar. En Nueva York venció First Cow, de Kelly Reichardt, un filme demasiado autoral que no parece que no aparece en ninguna quiniela, y en Los Ángeles frente a la antología Small Axe de Steve McQueen, cinco películas hechas para la BBC que no pueden optar a los premios de la Academia. A niveles prácticos fue la gran vencedora, ya que ninguna de sus rivales superó sus logros.

Nomadland.

Nomadland también ha arrasado en casi todas las asociaciones de críticos. No son tan importantes, pero se está marcando una carrera casi perfecta en todos los estados y en los premios Gotham. Por si fuera poco sus rivales empiezan a mostrar debilidad. Todos daban por hecho que Mank, el regreso de David Fincher a la dirección de la mano de Netflix será el rival más fuerte e incluso el favorito para Mejor dirección, pero mientras que fuera la película gustaba, en EEUU ha dejado fría a la crítica. Su nombre casi no aparece en los premios dados hasta ahora y tendrá que esperar a ver si los Globos de Oro y los premios de los Sindicatos rescatan el filme.

Ahora queda lo importante. Los premios que vengan ahora empezarán a resolver dudas, pero Nomadland tiene todo a favor y muy poco en contra para arrasar. Por si fuera poco sus rivales más fuertes son todos de Netflix, y ninguno de ellos ha conseguido el consenso que otros años tuvieron Roma o El irlandés. La Academia no parece dispuesta a abrir la mano y premiar a la plataforma, a pesar de que han sido ellos los que han rescatado a muchos títulos en estos meses y se convirtieron en la ventana de la ficción en los meses de encierro. Sólo un cambio radical en la partida evitará el Oscar de Nomadland.

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