Crítica: 'Perdiendo a Alice', un adictivo thriller psicológico lleno de giros y dobles lecturas
Ayelet Zurer y Lihi Kornowski protagonizan la miniserie de ocho episodios de Apple TV+, un thriller sobre la obsesión, la inspiración y la feminidad marcado por la relación entre dos mujeres.
Dos personas desconocidas se conocen en un tren. Una es una joven y bella seguidora de la otra, una mujer de mediana edad que se encuentra sumida en una crisis profesional y personal. A partir de entonces, una inquietante y obsesiva relación surge entre ellas. No pasa nada si leyendo el detonante de Perdiendo a Alice, la nueva serie de Apple TV+, han pasado por tu mente clásicos como Extraños en un tren, de Alfred Hitchcock, y Eva al desnudo, de Joseph L. Mankiewicz. La directora y guionista israelí Sigal Avin lo sabe. Y además sabe que tú lo sabes.
La plataforma de streaming compró esta miniserie de ocho episodios de una hora para su estreno mundial después de su puesta de largo en el festival internacional Canneseries (una cita de prestigio que sirvió también como casilla salida de la Vida perfecta de Leticia Dolera) y un exitoso pase por la televisión de su país. Perdiendo a Alice es una miniserie de ocho episodios de una hora que bebe de grandes referentes del noir clásico (del director de Psicosis a otros nombres como Paul Verhoeven, David Lynch y Roman Polanski) para crear su propio thriller psicológico, la historia de una directora de cine sumida en una crisis profesional y personal que descubre en una mujer más joven un arma de doble filo: la seductora Sophie es, a la vez, una oportunidad de recuperar la vida que tanto ansía y una amenaza que le recuerda que su tiempo quizás ya ha pasado.
La estupenda interpretación de Ayelet Zurer (una actriz vista en Munich, la versión original de En terapia o como la madre de Superman en El hombre de acero) es la mejor aliada de Avin para retratar el descenso a los infiernos de una mujer de éxito que se siente perdida en la vida. En manos de la ansiosa, pero nunca desesperada aproximación de la estrella israelí al personaje, Alice es una mujer teme que sus mejores momentos profesionales ya hayan quedado atrás y que todo lo que quede de ella sea una abnegada madre y esposa que vive a la sombra de su marido, una popular estrella de cine por la que el paso del tiempo no parece pasar.
Esa deriva hacia lo doméstico es uno de los giros más interesantes de una miniserie que va más allá de los (juguetones y siempre disfrutables) lugares comunes del noir y el thriller psicológico. Perdiendo a Alice funciona también como mordaz análisis de una familia que en realidad es mucho menos liberal de lo que pretende y aparenta (el papel de su controladora y chapada a la antigua suegra o el desigual reparto de roles en la familia refuerzan esta idea) y como retrato de los avatares que se puede encontrar una mujer en una industria que, a pesar del surgimiento de movimientos como el #MeToo y el Time’s Up, sigue estando dominada por hombres.
Lo que más engancha de la propuesta, sin embargo, es el magnético enfrentamiento entre dos mujeres que empiezan su relación ocupando roles de maestra y aprendiz hasta que la personalidad destructiva, seductora e irresistible de la joven guionista (una arrebatadora Lihi Kornowski) pone patas arriba las dinámicas de su relación y convierte a la mentora en una figura dominada por la curiosidad y el morbo malsano incluso cuando descubre detalles de la joven que deberían hacerla huir. Con el paso del tiempo, Alice y Sophie se ven atrapadas en un juego de presa y cazadora, aunque al final del relato las tornas vuelven e invertirse y no termina de quedar claro qué lugar ocupa cada una.
En uno de los jugosos detalles metanarrativos que deja la serie por el camino, un personaje secundario habla del “mal del lector”, refiriéndose a lo que pasa cuando el oyente, lector o espectador da demasiada importancia a conocer todos los detalles de una historia, obsesionándose en el cómo y el porqué de las cosas. Esa misma moraleja parece quedar al final de los ocho capítulos (alguno más de los que quizás necesite la historia) que forman Perdiendo a Alice: tenemos un final cerrado y damos respuesta a algunos de los misterios que nos han ido presentando a lo largo de la historia, pero no a todos. Cada uno deberá sacar sus propias conclusiones. La nuestra es que merece la pena sumergirse en la mente de Alice.
Los tres primeros episodios de ‘Perdiendo a Alice’ ya están disponibles en Apple TV+.
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