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La dramática desaparición de ejemplares de lobo ibérico en España en los años 70 supuso una emergencia medioambiental que llevó a la implantación de estrictas medidas de conservación. En septiembre de este mismo año se incluirá esta especie en el Régimen de Protección Especial (Lespre), un estatus que restringirá su caza y protección y que atiza un debate que mantiene en jaque al noroeste de España.

Desde hace años, grupos ecologistas, gobierno y ganaderos se enfrentan por la supervivencia de la cabaña ganadera, mermada y en constante peligro por los cada vez más habituales ataques de lobos, así como por el control y la protección de una especie que ha estado a punto de desaparecer totalmente de nuestro país: el lobo ibérico. 

Con esta problemática en mente, Alex Galán se embarcó junto con la productora Nunatak en un proceso de más de dos años, documentando el problema del lobo en España. Una lucha encarnizada entre distintos grupos animalistas, autoridades, pastores y furtivos, con el lobo siempre en el centro, invisible y huidizo para todos ellos. 

Tráiler SALVAJES from Nunatak producciones on Vimeo.

Así nació Salvajes, un documental que pretende retratar a aquellos 'indígenas' que aún pueblan la península, quienes se toman la justicia por su cuenta y defienden por todos los medios su forma de vida. Desde aquellos que se enfrentan a todo por proteger al lobo ibérico, hasta los que plantan cara a esta especie, matando o envenenando si es necesario con tal de proteger a sus rebaños. 

El cuento del lobo

Salvajes arranca con el testimonio de Pepe Mier, uno de los pastores que pueblan los picos de Europa. Un hombre anciano, acostumbrado a la soledad y que no duda en ofrecer a los cámaras una comida caliente en su cabaña. A la luz de la estufa, Mier habla del lobo como un animal contra el que es imposible luchar y que de hacerlo: "Te extermina". 

Pepe no es el único pastor que habla francamente del problema del lobo, en las apartadas cumbres de los Picos de Europa encontramos también a Nel y José Luis, dos jóvenes pastores que representan el futuro de un oficio abocado a morir. Es su generación la que ha convivido más tiempo con los lobos, con aquellas manadas con las que sus padres y abuelos no tuvieron que lidiar por el bajo número de especímenes en Asturias y que les permitía, como apuntan ellos mismos, darle el mejor pasto a sus animales: "La libertad". 

Un ataque una muerte 

Es la ganadería extensiva, aquella que pace en libertad, la más perjudicada por la presencia de estos depredadores. Acostumbrados a vivir en un monte sin lobos, ahora deben enfrentarse a una crisis, que según las asociaciones ganaderas, le cuesta a cada pastor más de cien ejemplares al año.

Así, mientras los pastores reclaman una mayor autonomía en la defensa de sus animales, la capacidad de responder con armas de fuego a los ataques a sus rebaños es un habitual en el debate. La máxima es simple: "Un ataque, una muerte". 

Las generaciones más jóvenes de pastores toman el relevo de los mayores Nunatak Producciones

Salvajes nos pone frente a frente también con quienes aprovechan lo remoto de la zona para tomarse la justicia por su cuenta. Así Alex Galán y su equipo nos acercan hasta una cacería nocturna en la que los furtivos, pertrechados con petardos, se disponen a "despertar a los lobos" para poder dispararles. 

La caza del lobo ha sido una realidad durante años en los pueblos del noroeste de España. Los cazadores, que veían jugosas recompensas con cada ejemplar que era abatido, ahora se enfrentan a multas y penas de cárcel por matar a un solo ejemplar de lobo ibérico. 

En 2016 saltaba la noticia de cabezas y cuerpos de lobos que se exponían de forma macabra en los lindes de algunas carreteras comarcales asturianas. Un aviso de los furtivos para aquellos que se intentasen interponer entre el lobo y sus intereses.

Un negocio lucrativo

Galán también nos acerca a aquellos que intentan preservar la especie y denunciar a quienes pretende destruir al lobo en su hábitat. El guarda ambiental Xurde Gayol fue expedientado en 2017 por criticar la gestión del lobo en Asturias y la impunidad de la que gozaban los furtivos. Un vídeo en redes sociales fue suficiente para encender una llama que atrajo amenazas de muerte de cazadores y ganaderos, así como una suspensión de empleo y sueldo de un mes.

Gayol señaló las irregularidades en los pagos por denuncias de ataques de lobos a rebaños y el "gatillo fácil" de aquellos compañeros de profesión que disparaban contra los lobos. Desde asociaciones ecologistas se denuncia desde hace años la corrupción entre guardas forestales y ganaderos. Los primeros, presionados para aceptar las reclamaciones de pagos por los ataques al ganado; los segundos por falsificar ataques a reses con el objetivo de obtener reparaciones económicas de la Administración. 

Xurde Gayol no duda en defender al lobo como un animal imprescindible para el mantenimiento del ecosistema, el control de población de los animales en su cadena trófica y la lucha contra la deforestación que los rumiantes provocan a su paso. "Los ganaderos quieren el campo solo para ellos" explica el guarda, apuntando al problema que la cabaña ganadera también ha generado en el hábitat del lobo. 

Un wéstern asturiano

Alex Galán saltó a los tabloides a principios de mes cuando el cráneo de una vaca llegó hasta el despacho de Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación. Lo que al principio fue interpretado por las fuerzas de seguridad como una amenaza de grupos de cazadores y ganaderos por la inclusión del lobo en el listado de animales protegidos, resultó ser parte de la campaña de promoción del documental. 

El productor escribía en sus redes sociales: "Sabes que una película es buena cuando sin haberla visto ya se respira tensión en todo un país". Es de esa tensión de la que bebe Salvajes durante sus 90 minutos de metraje, presentando a sus personajes como protagonistas de un wéstern, personas fuera y dentro de la ley en una misma lucha sin cuartel por la supervivencia. 

Un retrato brutal aderezado con la banda sonora de Moonshine Wagon, Dead Bronco o Redneck Surfers entre otros. Un documental en el que Galán brinda un altavoz a los habitantes de un lugar inhóspito, para hacernos llegar un resquicio de vida salvaje que todavía late en pleno siglo XXI. 

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