Penélope Cruz en Jamón Jamón.

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Penélope Cruz, el triunfo de la actriz que aprendió a actuar en la peluquería de su madre

La actriz ha hecho historia al convertirse en la primera española en ganar la Copa Volpi a la Mejor actriz por 'Madres Paralelas'.

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Cuenta Penélope Cruz que decidió ser actriz cuando consiguió ver Átame. Era 1989, tenía 15 años y tuvo que mentir con su edad para poder ver la película. Allí descubrió otro mundo, el de Pedro Almodóvar. Un mundo lleno de color, con mujeres fuertes. Eso le hizo soñar con que ella podría ser una chica Almodóvar. Quién le iba a decir que iba a ser con aquel director, que dejó un pueblo de la Mancha para hacer películas, con quien consiguiera todo. Él vio en ella algo más que una cara bonita. Vio a una actriz llena de registros, de recursos. Unos ojos capaz de emocionar. Vio en ella a Janis, la protagonista de Madres Paralelas con la que Penélope Cruz se ha convertido en la primera española en ganar la Copa Volpi a la Mejor actriz en el Festival de Cine de Venecia.

Un premio con el que ha hecho historia otra vez. Porque también fue la primera actriz española en ganar el premio de interpretación en Cannes, de nuevo en un filme de Almodóvar -Volver- y junto al resto de actrices del filme en una decisión que remarcaba el trabajo del director con esas mujeres para las que escribe papeles únicos.

Todo empezó cuando vio Átame, pero Penélope ya se había fijado en Pedro, como reconocía hace poco en un encuentro en Venecia al que acudía EL ESPAÑOL: “Es que es alguien que entra en tu vida y te da tanto como amigo, como maestro de tantas cosas, como inspiración… mi referente político desde que era una niña era él. No era ningún político. ¡Pedro for president! Yo decía: mira, las cosas pueden ser de otra manera. Yo decía, por ahí es por donde hay que ir, y no me refiero a la movida, sino a su mensaje. Me movía muchas cosas por dentro, decía: esa persona tiene que estar en mi vida”.

Penélope Cruz con su copa Volpi a la mejor actriz por 'Madres Paralelas'.

Penélope Cruz con su copa Volpi a la mejor actriz por 'Madres Paralelas'. GTres

Pero lo que ahora vemos en su madurez como actriz se forjó en otro sitio. Antes de la Escuela de Cristina Rota, y antes de todos los cursos de interpretación, Penélope aprendió en la peluquería que regentaba su madre, Encarna Sánchez. "Me acuerdo tantas veces de aquellas mujeres y con tantos personajes... es que allí desfilaba de todo, imagínate. Yo me escondía detrás de los libros y las espiaba, a ellas y la relación que tenían con mi madre. Fue mi primera escuela de interpretación, porque veía lo que se contaban y lo que no contaban y pasaba horas y horas escuchando", decía la actriz a EL ESPAÑOL con la Copa Volpi en la mano tras ganar en Venecia.

Allí soñaba con muchas cosas, entre ellas algunas que parecían imposibles. “Crecí en un lugar llamado Alcobendas, donde esto no era un sueño muy realista”, dijo emocionada en su discurso cuando recogió el Oscar a la Mejor actriz secundaria por Vicky Cristina Barcelona. Poco a poco aquellos sueños se han cumplido uno a uno, también esta Copa Volpi, uno de los reconocimientos más importantes en el mundo del cine. Un reconocimiento que, además, también tiene su pareja, Javier Bardem. Son los dos únicos españoles que lo tienen.

Me escondía detrás de los libros y me ponía a espiar a esas mujeres. No era sólo lo que decían, sino lo que no decían, cómo se relacionaban. Fue mi primera escuela de interpretación

En aquella peluquería aprendió, pero la frescura la traía de casa. Es emocionante ver las imágenes del estreno de Jamón Jamón, donde Penélope Cruz debutaba en el cine derrochando energía y carisma. Cómo se movía, cómo defendía su personaje con una magia que se contagiaba. Aquella película cambió su vida. Profesional y personal. La puso en el foco de toda la industria del cine español. También le presentó al padre de sus hijos. De hecho, ambos visitaron Venecia con aquella película por la que Bigas Luna ganó aquí, como recordaba en la rueda de prensa tras conocer su premio.

Desde entonces han pasado décadas, papeles, su debut en Hollywood, su Oscar, pero siempre con una constante: Almodóvar. A él vuelve siempre. “Yo puedo hacer lo que él me pida porque sé que él está ahí, es mi red de salvación. Me puedo tirar a la piscina porque lo ve todo”, decía hace sólo diez días. Le agradecía haber pensado en ella, “haberme imaginado”. Pedro Almodóvar le contestaba dejando claro que todo lo que él vio ya estaba ahí: “Todo eso eras tú. Son tus ojos, son tus lágrimas, es tu cuerpo, tu canalillo…”.

Llegar a este momento ha sido todo construido de su mano. También de otros directores que me han dado oportunidades, pero lo que tengo con él… no puedo hablar de lo que he hecho yo. Yo sólo he intentado estar a la altura, darte mi 100%. Me siento muy afortunada”, le decía entonces Cruz a Almodóvar. Le dio el 100% y se notó. Lo notó el jurado. Lo notan los espectadores. Y a pesar de este gran momento, de esta nueva madurez, hay algo en ella que sigue recordando a aquella niña que observaba entre cardados y mechas. Algo que hace que siempre nos la creamos y que siga haciendo historia.