¿Quién es Almudena Amor? Así es la actriz española de la que todo el mundo habla
Esta joven de 27 años es la gran revelación de año. Estrena dos de las películas españolas más esperadas: 'El gran patrón' y 'La abuela'.
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En el Festival de Cine de San Sebastián hubo cuatro películas españolas a concurso. Dos de ellas estaban protagonizadas por la misma persona. No se trataba de un peso pesado de nuestra industria. Ni de la típica estrella que ha triunfado en Instagram y se pone de moda durante un periodo corto de tiempo. Era un rostro magnético, desconocido para el gran público, y que debutaba en el cine con dos de los títulos más esperados del año. Su nombre es Almudena Amor, y es la joven intérprete que ha conquistado a Paco Plaza y a Fernando León de Aranoa, que la ficharon sin dudarlo y sin apenas experiencia en largometrajes para sus últimas obras, La abuela y El buen patrón.
El filme de Aranoa se estrena este viernes, y en él da vida a una joven becaria de una familia adinerada y enamorada del ‘patrón’ al que da vida de forma apabullante Javier Bardem. Un título que la semana pasada daba la sorpresa venciendo a Madres Paralelas y siendo la elegida para representar a España en los próximos Oscar. Pocas horas después de esta elección, EL ESPAÑOL habló con Almudena Amor, que contaba con “mucha emoción” como se enteró de la noticia tras salir de una prueba. “Iba a casa de un amigo y yo me oriento súper bien, se dónde está todo, soy una friki de los mapas, bueno pues me confundí tres veces de camino,no sabía ni donde iba de la emoción”, cuenta.
De repente, esta recién llegada se plantó en el festival más importante de España con dos películas y una naturalidad desbordante. Parecía que llevara años en esto, pero ella lo vivió con la inocencia de quien descubre todo. “Fue muy emocionante. Lo he vivido con mucha naturalidad, porque todo lo que estaba haciendo era la primera vez que lo hacía, así que estaba ese punto inocente, pero por otro lado me sentía muy a gusto. Me decía que estoy donde tengo que estar, defendiendo mi trabajo, que además eran películas que estaban gustando, que es una serte. Fue muy bonito, pero es verdad que tampoco tengo experiencias previas, pero fue tan guay, me trataron tan bien, fue tan acogedor que fue como si llevase toda la vida”, cuenta sobre sus recuerdas de esa ‘primera vez’.
A pesar del ruido mediático, de las críticas y de la prensa, ella no quiere confiarse. Prefiere vivir todo “día a día”. “Si lo pienso desde fuera me entra vértigo, así que mejor vivirlo así, disfrutarlo y no preocuparme. Me he dicho: sé tu misma, di la verdad y disfruta este momento, porque esto no te lo puede quitar nadie. Y eso es lo que estoy haciendo, disfrutar el momento, aunque también hago mis cosas para relajar, para poner los pies en la tierra”, asegura. De momento esa entrada tan apabullante ha provocado más llamadas: “El trabajo llama al trabajo, y ahora sí que hay más pruebas y todo se mueve más, y yo encantada porque me encanta rodar. Parece que si te ven, entras en el imaginario y te tienen más en cuenta”.
Eso pasa ahora, pero cuando antes de la pandemia Paco Plaza le dio el papel protagonista de La abuela, ella no estaba en ese imaginario. Apenas había hecho un corto, y aquella prueba fue una de las primeras que hacía. Pasó los castings y acabó en uno de las películas más esperadas. Para Fernando León el proceso fue todavía más simple. “Fernando me vio en una noticia del rodaje de la peli de Paco y tuvo alguna intención y me llamaron para hacer una prueba directamente con él, fue muy fuerte. Desde que leí la separata hubo mucha conexión, había algo en mí que me decía que podía contar esa historia”.
De hecho, hace poco Fernando León escribía en este periódico un texto dedicado a Almudena Amor en el que explicaba cómo fue su mirada la que le dejó claro que debía estar en El buen patrón. “Los ojos no mienten”, contaba el director parafraseando a Chicho Ibáñez Serrador, y los ojos de Almudena traspasaron hasta las mascarillas y los impedimentos de la pandemia. La actriz se ruboriza un poco ante las palabras del director, pero reconoce que esa sinceridad sí que la define. “Sí que me define, yo me pongo roja cuando tengo vergüenza, no lo puedo ocultar, y no me escondo, se me ve claramente cómo me voy sintiendo. Y me gusta, forma parte de mí, así que en vez de luchar contra ello pues lo cojo. No hay que tenerle miedo a que se vea lo que uno siente. Es bonito ser tú mismo”, opina.
Aunque siempre sintió la pasión de la interpretación, estudió Publicidad, pero cuando acabó la carrera, con 22 años, tuvo claro que esa no era su pasión. Que lo que ella quería era vivir lo mismo que sentía cuando con 15 años hacía teatro. Ahí nació un miedo a no poder vivir de lo que deseaba, pero “cuando estaba entre la espada y la pared fui valiente y me dije, ‘voy a intentarlo y a estudiar teatro’”. Luego se cambió el apellido. “Mi primero es ‘Parejo’ y el segundo ‘Amor’, y como nunca dejé de actuar a pequeña escala, una vez se confundieron y pusieron ‘Almudena Amor’. Primero me rechinó, pero luego dije: me representa y me gusta. A partir de ahí ‘Parejo’ quedó para la burocracia y ‘Amor’ para el arte”.
Uno de los retos de El buen patrón es actuar al lado de una bestia llamada Javier Bardem y no achantarse. Almudena Amor confirma que Bardem, de primeras, “impone”. “Físicamente, su voz… es que además es Javier Bardem, y yo le admiro, pero es una persona muy llana. He estado muy a gusto con él, hubo muchísima confianza y se creó una relación muy guay de compañeros, muy horizontal. No era ‘Javier Bardem’, sino que en el trato éramos simplemente dos compañeros”, recuerda la actriz que, además, aprendió a su lado. “Vi cómo él busca todo el rato el personaje, y me di cuenta de que todos lo estamos haciendo, y eso es bonito, porque este trabajo es una búsqueda, nadie tiene el personaje agarrado”.
Dos semanas después del estreno de El buen patrón, el 29 de octubre, llegará La abuela, donde es la absoluta protagonista y donde aborda un tema que le interesa, la obsesión por la belleza y el cuerpo como cárcel: “De más joven trabajé de forma esporádica como modelo y tuve un punto donde el físico era importante y acabé rechazando mucho eso. Lo de totalmente. Como actriz el físico no es tan importante, sino la historia y cómo la cuentas a través del cuerpo. Me he reconciliado con esa parte y eso me interesaba mucho, en las generaciones jóvenes, pero también en toda la sociedad está esa obsesión por permanecer joven, porque no pasé la vida por ti. Eso al final es una cárcel, el cuerpo al fina se convierte en una cárcel”.