Netflix cambiará su controvertido sistema de audiencias, pero no es suficiente
Hasta ahora, el criterio público de la plataforma era que sus clientes hubieran visto únicamente dos minutos de su contenido. En adelante se tendrán en cuenta el número de horas consumidas.
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Netflix ha escuchado las demandas de la industria. Más o menos. Durante los próximos meses, el servicio de streaming abandonará su sistema actual de medición de audiencias para valorar únicamente el número de horas vistas de sus series y películas. Desde 2019 hasta ahora, la única cifra que publicaba la empresa dirigida por Ted Sarandos era el número de cuentas que habían visto dos o más minutos de sus contenidos durante sus primeros 28 días en la plataforma. El nuevo sistema, que mantendrá el número de días a tener en cuenta, sigue sin despejar todas las dudas de la industria.
El codirector ejecutivo y director de contenido de Netflix aprovechó la presentación de resultados del tercer trimestre de 2021 para comunicar y explicar la decisión de la compañía. "Hay alguna diferencia en los rankings, pero creemos que el medir el interés de la audiencia según las horas de visionado es un indicador ligeramente mejor para determinar el éxito global de nuestros títulos y la satisfacción de los usuarios. También coincide con la forma que otros servicios miden el consumo de televisión y reconoce de forma adecuada el revisionado".
Sarandos también prometió que en el futuro habría una mayor transparencia sobre el consumo de sus contenidos “para que nuestros trabajadores y la industria puedan medir mejor el éxito en el mundo del streaming”. El movimiento de Netflix es un paso adelante después de que desde los despachos de las estrellas, los productores y sus representantes y las redacciones de la prensa especializada se hayan lamentado durante años de la falta de información de sus propias series.
Los cambios en la práctica
Cuando los cambios se hagan oficiales, habrá alteraciones en la lista de los contenidos más vistos en la historia de Netflix. A ciegas, el thriller postapocalíptico con Sandra Bullock, arrebatará a Tyler Rake el honor de ser la película más popular de Netflix. Otras grandes beneficiadas en la clasificación cinematográfica son El irlandés, la obra cumbre de Martin Scorsese que superaba las tres horas y medias de duración, y el fenómeno adolescente Mi primer beso 2.
Entre las series, Lupin desaparecerá de los diez primeros puestos a pesar de que en el listado anunciado el mes pasado estaba en el segundo puesto, por detrás únicamente de Los Bridgerton. El castigo a las temporadas cortas o que se dividan en dos partes de menos episodios es otra de las consecuencias del nuevo cambio. Por 13 razones, un clásico de la plataforma con episodios de una hora y temporadas de 13 capítulos, es una de las beneficiadas.
Una medida fácilmente mejorable
El cambio ha sido bienvenido inicialmente por la industria y la prensa especializada, pero la incertidumbre no ha desaparecido. Ni mucho menos. El nuevo sistema de medición de audiencias obliga a los expertos en la materia a hacer matemáticas para saber realmente qué ha sido un éxito y qué no. El número de cuentas que ha visto un contenido era una cifra mucho más transparente. El problema no era ese, sino que el criterio a tener en cuenta para dar un contenido por visto era haber visto únicamente dos minutos de la serie o película en cuestión.
La nueva métrica favorecerá a los fenómenos con tendencia al revisionado y, sobre todo, a las series y películas de larga duración. A partir de ahora será más difícil descubrir el impacto de productos más breves como la serie Emily in Paris (cuyos episodios de 30 minutos difícilmente pueden competir con los dramas que le doblan en metraje) o la película Culpable (las proyecciones apuntan a que el thriller de Jake Gyllenhaal, con una duración que no llega a los 80 minutos, será visto en sus primeros 28 días en Netflix por 69 millones de personas).
Las consecuencias pueden ser peores desde un punto de vista narrativo. Si a partir de ahora el éxito se mide en función de las horas consumidas de contenido, ¿caerán los creadores en la tentación de hacer series y películas más largas sin que sea la historia lo que lo demande? Si ya existía una sensación de que algunas producciones de Netflix estaban más alargadas de la cuenta (particularmente, los true crime) para generar un mayor consumo en la audiencia, esta medida es potencialmente más problemática.
De los fracasos o las decepciones seguirá sin haber noticias. En el mismo evento donde se anunció el nuevo sistema de audiencias se comunicaron los nuevos datos de consumo de La casa de papel, Sex Education o la revelación de La asistenta. Sin embargo, no hubo dato alguno sobre los estrenos de Misa de medianoche y La directora, dos títulos que parecen haber cuajado más entre los críticos que entre la audiencia de Netflix.
Es difícil no ser escéptico ante el nuevo movimiento de la compañía días después de que una filtración de Bloomberg confirmara un secreto a veces. Netflix, como el resto de plataformas que se libran de estas críticas por ir a la zaga de la líder del sector, tiene datos mucho más precisos sobre el consumo de sus productos de los que hace llegar al público. No hacerlos públicos es una elección deliberada, pero la compañía aún tiene una oportunidad de hacer real esa transparencia a la que, teóricamente, aspira: revelar tanto las horas consumidas como el número de cuentas que ha visto cada contenido. Los datos están ahí, solo tiene que hacerlos públicos.
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