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Tenía 12 años cuando sus ojos azules y sus orejas de soplillo robaron el corazón de todo el mundo. Un niño que se comía las escenas a bocados y que hacía palidecer al mismísimo Johnny Depp en Descubriendo nunca jamás. El cine descubría a Freddie Highmore, y no quería dejarlo escapar. Aquella película y aquella interpretación le convirtieron en el niño de moda. Charlie y la fábrica de chocolate, Arthur y los Minimoys, Las crónicas de Spiderwick… cualquier película familiar tenía a aquel joven británico como protagonista. Nadie dudaba que sería la nueva estrella infantil. Una etiqueta peligrosa con un legado que asusta.

Pero Freddie Highmore decidió que no quería tomar el camino fácil. De la noche a la mañana, la estrella infantil desapareció. Regresó años después, convertido ya en un joven que mantenía esa inocencia en su cara y que se apuntaba al difícil reto de hacer de un Norman Bates antes de convertirse en el villano de Psicosis. Su papel en la serie Bates Motel fue su vuelva a una industria de la que prefirió tomarse un descanso para ser un chico normal. Más que normal, lo que es realmente es una caja de sorpresas. Estudió filología hispánica en Cambridge, habla cinco idiomas, planea dirigir, vivió en nuestro país una temporada… Y encima es un tipo encantador.

Ahora estrena Way Down, una superproducción de Telecinco que lleva guardada en un cajón desde hace un año por culpa del covid y que llega este viernes a las salas dispuesta a despertar una taquilla adormecida. Un thriller muy entretenido y juguetón dirigido por Jaume Balagueró donde Highmore interpreta a un genio de la ingeniería al que reclutan para un golpe imposible: robar el Banco de España. Para ello sólo hay una oportunidad, hacerlo en la final del Mundial de Sudáfrica que ganó la selección en 2010. Un filme con ritmo de partido de fútbol, prórroga y gol de Iniesta incluidos.

Highmore hace una pausa en el rodaje de The Good Doctor, la serie que revienta las audiencias ahora mismo, y se planta en Madrid para una jornada intensiva de promoción que coincide con el Festivo de la Almudena, así que pide perdón a los periodistas y les da las gracias por venir. También decide responder en español, “tengo que practicar”. Una amabilidad y cercanía cada vez más rara en los mundos promocionales de las estrellas internacionales.

Way Down parecía escrito para él. “Había una conexión con Tom en cuanto a que está en una encrucijada al principio. No sabe qué hacer con si vida, y creo que todos nos identificamos con ese momento de terminar los estudios y tomar decisiones por uno mismo en vez de hacer lo que alguien te dice que debes hacer”, cuenta a EL ESPAÑOL Freddie Highmore. Pero más allá de esa conexión vital, había otras mucho más evidentes.

“En 2010 estaba aquí, en España, durante el mundial. No en la final, pero sí estuve cuando volvió la selección para celebrarlo, así que hay muchas cosas de esta película que son como revivir mis tiempos españoles, mi juventud… bueno, soy joven todavía, mi juventud en España”, dice y añade un dato que suena ya a profecía, las entrevistas que está realizando en la sede de Sony, la distribuidora de la película, son en el mismo edificio de oficinas donde hizo prácticas en un bufete de abogados en 2012.

Es verdad que los dos son referencias diferentes, que se salen de lo normal en cuanto a cómo representan otra masculinidad. No son superhéroes, no son hombres alfa, y eso me gusta

Por si fuera poco, además es futbolero, “así que podía fingir, realmente estaba viviendo las experiencias de la selección española como si fuera español, porque con Inglaterra no lo hemos hecho nada bien”, dice entre risas y reconoce que “me hubiera gustado jugar al fútbol de manera profesional, pero no era para mí”. ¿Su equipo? El Arsenal, del que tienen un abono y con el que recuerda la final de la Champions de 2006 cuando su equipo perdió con el Barça: “estuve allí y lloré mucho”.

Highmore no tienen ningún problema en hablar de qué le hizo decidir estudiar en vez de ser una estrella, y cree que influyó que su madre fuera representante de actores, pero sobre todo el “haber estado en Londres”. “Había cierta distancia con Hollywood y Los Ángeles, y había una vida. He tenido oportunidades increíbles, pero tenía mi vida norma en Londres, iba a la escuela, e ir a la Universidad me parecía lo normal y el proceso normal. Me identifiqué más con el estudiante que tenía la oportunidad de ir a la universidad con sus amigos en vez de otra cosa. Y quería que fuera una decisión activa. Actuar como adulto. No quería continuar lo que estaba haciendo de niño y ahora, con 29 años decir, ‘ay, hubiera podido hacer otra cosa pero no tuve la oportunidad’. No soy abogado, pero tengo la oportunidad”, dice con franqueza.

'Way Down'.

Muchos pensarán que entre su personaje de The good doctor y el de Way Down hay muchas cosas en común. Dos personajes inteligentes, soñadores y algo naif, pero Freddie Highmore asegura que siempre quiere “hacer cosas distintas, porque si no sería aburrido para las personas, verme siempre en el mismo personaje. “Creo que hay suficientes diferencias entre los personajes, pero sí que es verdad que los dos son referencias diferentes, que se salen de lo normal en cuanto a cómo representan otra masculinidad. No son superhéroes, no son hombres alfa, y eso me gusta. Me gustó hacer una película en la que el personaje principal no es James Bond, que me encanta, pero esto es otra cosa”, explica.

En la elección de sus papeles siempre hay un motivo, algo que vaya más allá de “la narrativa”, y en Way Down le gustó que hacer un thriller como este era “una celebración del cine europeo, y más específicamente del cine español. Muchos thrillers o pelis de acción son el modelo estadounidense que funciona muy bien y me gusta, pero esto es hacerlo de otra forma distinta, celebrar nuestra identidad como europeos y demostrar que podemos hacer nuestra versión de ese tipo de películas”.

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