Crítica: ‘Venga Juan’, la mejor comedia española de los últimos años se despide por todo lo alto
HBO Max estrena la tercera temporada de la serie el 28 de noviembre con un pletórico Javier Cámara como protagonista.
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La política es una buena materia prima para la comedia. Los políticos hacen el ridículo prácticamente todos los días. Están tan obsesionados con los ‘zascas’, los ‘hashtags’, ‘la viralidad’ y el ‘trending topic’, que están más pendientes de ir al Hormiguero que de solucionar los problemas de la gente. La política ha cambiado mucho en los últimos diez años, y hemos visto también un conflicto generacional entre la nueva generación y aquellos que se negaban a dejar paso e intentaban reconvertirse a golpe de asesores en posibles candidatos en una generación que iba a un ritmo diferente al suyo.
En España vamos sobrados de ejemplos. El flujo de memes de políticos diciendo y haciendo tonterías es constante, y si a eso sumamos la corrupción que ha asolado este país tenemos un caldo de cultivo que es oro para un guionista. Sin embargo, mientras fuera se ríen de sus políticos sin prejuicios y con mucha mala baba (Parlament, Veep, Yes, minister…), en España se seguía sin producir la gran serie sobre nuestra política. Al menos hasta que llegó la serie que comenzó con Vota Juan, continúo con Vamos Juan y que ahora cierra su trilogía con Vamos Juan.
Diego San José cogió a la clase política española, le quitó las siglas y creó uno de los personajes más importantes de la ficción reciente, Juan Carrasco, un político cuñado lleno de ambición y que intenta hacerse el moderno para sobrevivir ante políticos guapos, carismáticos y con pelo. Cada una de sus temporadas gravitaron sobre un tema. La primera fue la ambición, la segunda el rencor, y si habla de política en España tenía que cerrarla con la corrupción.
Con su cierre se confirma que la trilogía de Juan Carrasco es la mejor comedia de los últimos años. Esta tercera temporada mantiene el nivel en cuanto a ironía, mala leche y carcajadas. Es mordaz, ágil, actual y cierra de forma perfecta el arco del personaje al que hemos visto crecer. La corrupción como tema le da, además, un punto de actualidad que el equipo de guionistas aprovecha a la perfección. Así, la trama de Juan Carrasco, implicado en la aparición de unos papeles de contabilidad B, permite introducir frases como ‘sé fuerte’, bromas sobre quién será ‘J. Carrasco’ y guiños tan actuales que asustan, como esa maravillosa frase en la que el protagonista propone subir la factura de la luz para recaudar y acabar con el problema.
Su retrato de la corrupción es brillante mostrándola no como algo fino y astuto, sino como algo patético, chusco y chapucero. Algo que implica al político de Logroño y al de Madrid, que sólo se diferencian en una cosa, si les pillan o no les pillan. Como siempre en la comedia de San José, las risas tienen detrás un poso de comedia triste, con un Juan Carrasco que en su patetismo muestra las heridas de un personaje capaz de provocar asco y ternura en una misma escena.
Venga Juan tiene lo más importante de todo, un guion estupendo, pero no estaría en el nivel que está si no tuviera a Javier Cámara entregado a un papel que ya le acompañará toda su vida. Cada temporada está mejor, más suelto, más confiado y llenando de detalles y matices un personaje que en otras manos hubiera sido sólo una caricatura. Él es capaz de dotar de humanidad a este cuñado en una sola mirada. Es divertido, cutre, chusco, pero también frágil.
Por si fuera poco, Cámara ha demostrado con esta serie que no sólo es uno de nuestros mejores actores, sino también un director más que prometedor. Suyo fue el mejor capítulo de la serie, aquel mítico Estambul de la segunda temporada. Un episodio embotellado donde la comedia dejó paso a la sonrisa triste en ese encuentro en un hotel entre Cámara y Anna Castillo. Aquí repiten la misma fórmula y se saca de la maga otro capítulo para el recuerdo, aquel en el que pide asilo al embajador argentino interpretado por Eduardo Blanco. Parece una fórmula matemática, pero el guion de Pablo Remón y la dirección de Javier Cámara vuelven a producir 30 de los mejores minutos de la ficción española de 2021. Es una pena despedirse de Juan Carrasco, pero también un goce hacerlo así, dejando a la serie y al personaje por todo lo alto.
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