Udo Kier: “'Swan Song' me hizo viajar al pasado, tengo amigos que murieron de SIDA”
El mítico actor alemán, que ha trabajado con Fassbinder o Wenders, ofrece una de sus mejores interpretaciones en 'Swan Song', una película que estrena Filmin en España.
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Mirar la lista de películas, series o cortos donde ha estado Udo Kier da vértigo. Según la biblia cinéfila IMDB son más de 270 y subiendo. A sus 77 años, este director nacido en Berlín al fina de la Segunda Guerra Mundial está recibiendo sus mejores críticas e infinidad de premios por su trabajo en la conmovedora Swan Song, un filme de Todd Stephens donde interpreta a Pat Pitsenbarger, un excéntrico peluquero gay ya retirado que se escapa del asilo en el que está ingresado para cumplir con un último encargo: peinar y maquillar a una antigua celebridad, amiga y clienta que ha fallecido, para que esté perfecta en su velatorio.
Los inmensos ojos azules de Kier iluminan la pantalla desde su primer fotograma y la crítica se ha quedado rendido a los pies de un intérprete que ha trabajado en todo. En filmes de serie Z, en títulos de culto y con los mejores directores alemanes de las últimas décadas como Werner Herzog, Wim Wenders o Fassbinder, que fue uno de sus mejores amigos. Hablamos con él de este ‘resucitar’ en Hollywood tardío y de este maravilloso papel.
¿Cómo le llega este personaje?
Me llegó el guion por el director, me lo mandó, y lo leí dos veces. Luego le llamé y le dije, me gustaría que vengas a Palm Springs, que es donde vivo, y que vengas a mi casa, donde tengo una colección de arte modernista, muy estilo Tàpies. Y vino para conocernos y ver si estábamos en el mismo punto para hacer la película. Llegó, pasó una tarde conmigo y me gustó su actitud y el motivo por el que escribió esta película, porque el conocía la historia real de Pat, que es una persona de verdad que vivía en un pueblo de Ohio y le llegó a conocer. Era muy conocido en su pequeña ciudad. Luego se puso malo y le metieron en un asilo, y estuvo durante años. Y un día, el abogado de una celebridad de la ciudad a la que Pat había peinado fue a verle y le ofreció 25.000 dólares y él dijo que no porque tenía un pelo muy malo. Y no me lo podía creer. Le dije que necesitaba irme dos días, antes de rodar, yo sólo a una residencia. Sin cámaras. Quería vivir allí, tomar café, echarme mis siestas y vivir esa experiencia antes de rodar la película.
¿Por qué ha sido importante rodar Swan Song para usted?
Estando en la residencia regresé al pasado, y eso fue muy importante para mí para hacerla. Porque mi generación, yo nací en el 42, al final de la Segunda Guerra Mundial… fue fundamental ver a mi generación. Yo he nacido en Alemania, y me hizo actor y he trabajado con Wenders, Herzog, y sobre todo con Fassbinder, que éramos amigos, y muchos actores y amigos míos murieron de sida, y volver a esta historia era volver al pasado y ver todo lo que ha cambiado, y eso me tocó. Esta película fue un viaje al pasado, a ese bar donde nadie te conocía y te inventabas una historia… volver atrás en el tiempo. Para mí era importante.
He hecho muchísimas películas, algunas son malas, también unas cuantas con las que me he divertido y hay algunas que son muy buenas. Así que creo que soy un hombre afortunado
Es curioso que ha trabajado con los mejores directores en grandes películas, pero está recibiendo ahora sus mejores críticas.
Siempre he tenido buenas críticas, especialmente en Europa. He hecho Drácula, Frankenstein, todas las películas de Lars Von Trier… pero en EE. UU., para ellos este es mi primer protagonista en una película, y la película empieza con mis ojos abiertos y creo que les ha gustado y por eso me están dando tantos premios por todo el mundo, y es un sentimiento muy bonito. Estoy haciendo entrevistas por todo el mundo, hoy en España, mañana en Suiza… aunque todavía no en Alemania.
Soy un hombre afortunado, siempre lo he dicho. De hecho, ahora acabo porque de hacer una serie que también vas a poder ver este año que es la continuación de Hunters, con Al Pacino y donde estoy en seis episodios de ocho e interpreto a un señor alemán muy desagradable -dará vida a Adolf Hitler-. Todavía no he visto nada de la serie, porque hay muchos actores que quieren estar todo el rato en los monitores viéndose constantemente y repitiendo cada toma porque no se ven bien, pero yo no soy así, yo confío en el director, y si confío en él no veo mis ‘partes’, la primera vez espero a verla en pantalla grande, con público, pero no antes. Por supuesto, como actor, he hecho muchísimas películas, algunas son malas, pero hay también unas cuantas con las que me he divertido con un vaso de vino, y también hay algunas que son muy buenas. Así que creo que soy un hombre afortunado.
Creo que le gusta mucho Pedro Almodóvar.
Sí, le conocí en la inauguración de una librería de Taschen, que son amigos míos, y se lo dije, que me encantan sus películas y que siento que te conozco desde hace mucho tiempo. Y él me dijo que claro que me conocía. Me encanta. Además conozco a Geraldine Chaplin, he hecho tres películas con ella. Además, suelo ir a Barcelona, porque conocía a Ricardo Bofill. Uno de mis festivales de cine favoritos es el de Sitges, donde me dieron un premio a toda mi carrera. Es un festival maravilloso, es precioso. La última vez que estuve allí me dieron un premio honorífico y me dijeron que estaba Guillermo del Toro y que me estaba esperando en Barcelona porque quería invitarme a cenar, y fui con él y pasamos una velada increíble y nos hicimos amigos. Ahora le veo de vez en cuando en Los Ángeles. Soy un hombre afortunado, nunca he forzado conocer un director. Por ejemplo les he conocido en un avión, una vez, volando a Roma me saludaron, le conté que yo era actor y él me apuntó su teléfono en la parte de atrás del pasaporte, yo le pregunte que quién era él, y me dijo: soy Paul Morrissey.
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