Conciliar la vida laboral y la personal es uno de los retos de la vida moderna. No llevar las preocupaciones del trabajo a casa ni dejar que los problemas familiares afecten el rendimiento profesional es complicado, porque desconectar no es tan fácil como apagar un interruptor. Y esto sin entrar en los desafíos particulares del teletrabajo. Pero ¿y si pudiéramos separar ambas facetas con cirugía cerebral? Esto es lo que propone Separación (Severance), la nueva serie de Apple TV+, un intrigante thriller de ciencia ficción que también funciona como sátira de la cultura corporativista y capitalista.
Mark, Irving, Dylan y Helly son unos de los empleados de Lumen que han accedido voluntariamente al proceso de separación, un procedimiento quirúrgico por el cual su cerebro divide de forma radical sus vidas en la oficina y fuera de ella. De nueve a cinco no tienen ni idea de quiénes son o cómo es el mundo fuera de las antisépticas y laberínticas instalaciones de la empresa. Sus únicas experiencias y conocimientos son las que han vivido y aprendido allí, solo existen en y para el trabajo. Y cuando salen de allí, no conservan ningún recuerdo de lo que han hecho ahí dentro, ni son capaces de reconocer en el aparcamiento a los compañeros con los que comparten cubículo todo el día.
Estos cuatro personajes trabajan en el departamento de gestión de macrodatos de Lumen en una tarea repetitiva sin sentido aparente. Cada uno es un arquetipo clásico de cualquier dinámica de grupo, ya sea laboral, familiar o escolar. Tenemos a la rebelde, el empollón, el obediente y el payaso. Y no es casual que sean estereotipos andantes, después de todo, son personas en construcción. No han existido antes de la "separación", son como niños sin ninguna experiencia vital habitando cuerpos de adultos. Y como tal los trata el peculiar y retorcido sistema de recompensas y castigos de la empresa.
A través de Heley (Britt Lower), a quien conoceremos en su primer día como "separada", la serie nos introducirá hábilmente en su vasta y sugerente mitología. Y con Mark (Adam Scott) veremos cómo es la vida de los "separados" dentro y fuera de la oficina. Con todos sus matices, desde algo tan simple como no poder explicar (ni recordar) por qué tiene una tirita en la frente salir de la oficina, a descubrir la razón por la que aceptó someterse a la "separación". O qué piensa su familia o la opinión pública del procedimiento, porque no es un secreto que la tecnología existe y está siendo usada.
El primer episodio es magnífico. No solo cumple presentando a su protagonista y un universo que está a la altura de su premisa high concept; su tono y atmósfera inquietantes nos atrapan inmediatamente en su red de misterios, por lo que será difícil resistirse a ver el segundo. Con eso ya hay más trabajo hecho que en muchos primeros episodios de la mayoría de las series que se estrenan cada semana, pero su otra gran baza está en su singular propuesta estética.
Ben Stiller se pone al mando de una dirección sofisticada, sugerente y estilizada que aprovecha las laberínticas y asépticas instalaciones de Lumen -con sus luces fluorescentes cegadoras, y sin ninguna ventana-, para seguir a los personajes en ese mundo irreal y surreal a partes iguales. Un contraste con la vida exterior que se palpa desde el momento en el que Mark entra en el ascensor, con una transición acentuada por el cambio de aspect ratio y una sutil e inmediata transformación en la expresión de Scott.
A las versiones "separadas", personajes que sobre el papel no tienen conflicto ni motivación, los calificaríamos de unidimensionales o planos en cualquier otra ficción, pero son realmente fascinantes. Su limitada existencia es tan cruel, que tiene algo muy bello verlos evolucionar como una inteligencia artificial primitiva que poco a poco va adquiriendo consciencia. Con ellos, la serie aborda varios de sus temas más interesantes, como la cultura corporativa llevada al nivel de secta, la identidad, la búsqueda de la humanidad y el despertar de la curiosidad.
La primera temporada es un viaje estimulante que alcanza su clímax en un último (noveno) episodio realmente espectacular. Debo advertir que este no resuelve todas las preguntas, pero las puertas que abre son tan excitantes, que el resultado es totalmente satisfactorio. Aún no está renovada oficialmente, pero no pondría en duda su continuidad. Es una serie irresistible.
Los nuevos episodios de 'Separación' se estrenan los viernes en Apple TV+.
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