Cómo se hizo 'Roar', la antología de fábulas feministas de Apple TV+
Liz Flahive, cocreadora de la serie, y las actrices Cynthia Erivo, Alison Brie, Merritt Wever y Fiwel Stewart nos cuentan detalles sobre la producción, que les atrajo del proyecto y las obras que inspiraron su estilo visual.
Apple TV+ ya tiene un Oscar a la Mejor Película y muchas posibilidades en los premios Emmy con Separación, que es, por ahora, la mejor serie nueva que nos ha dejado este 2022, pero continúa haciendo de su catálogo uno de los más atractivos de los servicios de streaming. Su último estreno es Roar, una antología episódica de relatos feministas protagonizados por un reparto espectacular, y firmada por las creadoras de Glow.
Una temporada compuesta por ocho historias independientes de media hora basadas en la colección de historias de Cecelia Ahern, que exploran los retos que implica ser mujer hoy en contextos personales, profesionales, familiares o de pareja. Los episodios, con títulos tan sugerentes como La mujer que resolvió su propio asesinato o La mujer que comía fotografías, están protagonizados por actrices como Nicole Kidman (que también ejerce como productora ejecutiva), Betty Gilpin o Issa Rae. Y cada uno de ellos se mueve en un género o combinación de estos, pero manteniendo siempre una dosis de realismo mágico o fantasía.
SERIES & MÁS tuvo la oportunidad de asistir a la rueda de prensa internacional de la serie, en la que estuvieron presentes Liz Fahive, cocreadora (junto a Carly Mensch), y las actrices Cynthia Erivo, Alison Brie, Merritt Wever y Fivel Stewart, quienes nos contaron algunos detalles sobre la producción de la serie, qué les atrajo del proyecto y qué obras sirvieron de inspiración para el estilo visual.
Un equipo de mujeres delante y detrás de cámaras
Roar no solo tiene protagonistas femeninas, todos sus episodios están escritos y dirigidos por mujeres como Rashida Jones, Anya Adams (La extraordinaria playlist de Zoey) o So Yong Kim (Lovesong). Ellas también son las jefes de departamento, como Quyen Tran (La asistenta), directora de fotografía, o Isobel Waller-Bridge (Fleabag, Emma), compositora de la música original.
Liz Flahive, que también dirige por primera vez en la serie, destacó la importancia del talento femenino delante y detrás de cámaras en un proyecto como este, algo de lo que están "muy orgullosas", pero también aprovechó para señalar que es algo que debe dejar de ser novedad: "esperamos es que la presencia de mujeres detrás de la cámara se convierta en la norma y no en algo de lo que tengamos que destacar como algo especial".
Sobre el libro en el que se basa la serie
Roar es un libro de 30 relatos de entre tres y doce páginas que arrojan luz sobre la experiencia femenina navegando el mundo contemporáneo. Fue la productora Bruna Papandrea quien le sugirió a Flahive y Mensch que lo leyeran y se plantearan hacer una adaptación. Inmediatamente conectaron con las historias y con el abanico de posibilidades que se abría ante ellas, porque al ser relatos independientes permitía que cada guionista le diera su propio giro.
Lo que más le gustó a Alison Brie (La mujer que resolvió su propio asesinato, 1x06) al leerlo fue la variedad en el tono y géneros, "son relatos conmovedores, divertidos, perspicaces, arriesgados. Hay mucho autodescubrimiento dentro de cada historia, porque no solo analiza cómo son tratadas las mujeres por la sociedad, sino también como las afectas sus propios comportamientos, defectos, miedos y ansiedades".
Lo que más le atrajo a las actrices de sus personajes
Como ocurre con Nicole Kidman, a quien podemos escuchar en su episodio La mujer que comía fotografías hablando en su acento australiano nativo, Roar también le permitió a Cynthia Erivo (La mujer que se encontró marcas de mordiscos en la piel, 1x06) interpretar con su acento natural británico sin tener que fingir el estadounidense.
Esto fue algo positivo, pero lo que más le atrajo de su personaje fue representar físicamente la sensación de que la culpa la está comiendo viva: "Creo que muchas mujeres tienen que lidiar con la culpa de no ser capaz de hacer todo a la vez cuando, realmente, nadie debería tener que hacerlo todo por su cuenta".
También destaca el hecho de que los retos de la maternidad y la vida laboral no suelen explorarse en la ficción desde la perspectiva de una mujer negra, "así como la desatención que sufren por la comunidad médica debido a prejuicios raciales", añade. Para Fivel Stewart (La chica que amaba a los caballos, 1x08) su raza también jugó un papel importante, pero de forma muy diferente: "Siempre había querido trabajar en una serie o película de época y nunca había tenido la oportunidad. Ni había imaginado que fuera posible porque soy asiático-americana. Eso fue un sueño hecho realidad", explicó emocionada.
Con fan a título personal de las series de detectives, a Alison Brie le llamó la atención que antes de leer el relato en el que se basa su episodio, nunca se había planteado cómo podría ser la historia si se contara través de los ojos de la chica muerta. "Es un tropo del género que la chica muerta sea la Madonna o la puta. Mi personaje no era ni una ni otra, era una mujer muy básica, que se preocupaba por su apariencia, le gustaba usar maquillaje, le gustaba mirar Instagram, ¿eso hace que su vida sea menos valiosa? No, es una mujer que intenta encontrar su propia voz y la usa después de su muerte", aclara vehemente.
Para Merritt Weber (que había trabajado antes con las creadoras en Nurse Jackie), en cambio, no fue su personaje ni la historia en sí lo que la atrajeron, sino el desafío que suponía hacer sentir real su extraordinaria historia (La mujer que fue alimentada por un pato, 1x05), en la que la protagonista establece una relación romántica y tóxica con un animal que le manexplica las cosas: "Me siento muy culpable al escuchar a mis compañeras, porque no me atrajo mi personaje, me intrigó el pato", explica graciosa.
Las obras que inspiraron el estilo de la serie
Que las historias se movieran en un género y tono diferente, y estuvieran a cargo de una nueva directora cada vez, hizo que las inspiraciones fueran libres y variadas. Así lo explica Liz Flahive: "Para el episodio de Cynthia, miramos La semilla del diablo y The Babadook, por ejemplo. Para La mujer que es alimentada por un pato, revisamos un montón de comedias románticas que nos han marcado. En La chica que amaba a los caballos nos fijamos en los relatos clásicos del viejo oeste, pero poniendo a la mujer en el papel de los vaqueros. Y para el episodio de Alison Brie tomamos como referencia True Detective, pero con tono de humor".
Algunos retos del realismo mágico de las historias
En el episodio de Merritt Wever, como podían esperar, el mayor desafío fue trabajar con el pato. Tenían un animal real, pero conociendo los retos que implica trabajar con animales, también tenían un pato falso que luego trabajarían en posproducción.
Este plan B, sin embargo, fue descartado rápidamente. Wever no se sentía cómoda con él, a pesar de que tenía como compañero de escena, pero fuera de plano, a Justin Kirk, el actor que le presta la voz al animal: "muy generosamente estuvo en el set todos los días, escena tras escena toma tras toma, interpretando cada escena conmigo. Pero me gustaba trabajar con el pato de verdad, porque no sabía si iba a volar o a empezar a hablar, y tenía que mantener su atención, seducirlo, convencerlo de que se quedara conmigo".
Aunque Flahive reconoce que cada episodio planteó sus propios desafíos, recuerda especialmente lo complicado que fue encontrar el material adecuado para imprimir las fotografías del episodio de Nicole Kidman: "Tenía que dar el pego, pero también era importante que se pudiera comer. El papel de arroz era genial, pero hacía un sonido muy crujiente y la tinta empezaba a mancharle la lengua inmediatamente, por lo que teníamos que parar después de cada foto para limpiarle la boca. Al final usamos mazapán y papel de arroz, pero el verdadero truco de magia de este episodio es la interpretación de Nicole".
'Roar' está disponible en Apple TV+.
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