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Atlanta, creada y protagonizada por Donald Glover, es una propuesta inclasificable en el panorama televisivo actual. Es también una de las series más estimulantes de la última década, y en su tercera temporada, recién llegada a Disney+, regresa más segura que nunca. Después de cuatro años de parón, volvió con un episodio autoconclusivo en el que no aparecía ninguno de sus protagonistas, que como otros de esta entrega está basado en casos reales.

No es la primera vez que Glover experimenta en lo narrativo o lo formal, pero en esta nueva entrega dio un paso más allá jugando con la estructura, al intercalar episodios independientes con la trama de los cuatro amigos que seguimos desde un inicio. Esta decisión le permitió explorar algunos temas inspirados en la realidad que encajan en extraña armonía con el espíritu de surrealismo mágico de su serie.

Moviéndose en el estrecho límite entre ficción y realidad, en el episodio New Jazz, el mejor de esta tercera temporada (nominado al Emmy a mejor dirección), vimos un cameo de Liam Neeson, en el que el actor interpreta una versión de sí mismo y revisita la polémica racista que protagonizó hace unos años.

Brian Tyree Henry y Liam Neeson en el episodio 3x08 de 'Atlanta'

En una entrevista promocional de la película Cold Pursuit en 2019, Neeson dijo que hubo una época en la que estuvo buscando a "cualquier negro bastardo al azar para matarlo", después de enterarse de que una amiga había sido violada por un hombre negro. En Atlanta, coincide con Paper Boi en un bar llamado Cancel Club, y habla con detalle sobre aquel hecho y cómo se siente ahora.

Aprovechando que Atlanta camina en una suerte de universo paralelo (y como ya hizo Watchmen), el episodio The Big Payback (3x04), nos muestra su versión de la materialización de las reparaciones, las compensaciones gubernamentales que algunos reclaman como justas para los descendientes de esclavos, para subsanar los siglos de opresión, explotación, discriminación y maltrato que han instaurado una desigualdad sistémica de la que es imposible escapar. 

Esos son dos ejemplos, pero a continuación os hablaremos de los tres hechos reales más increíbles que han inspirado esta tercera temporada. Omitiremos los detalles sobre las tramas, por si acaso aún no habéis visto los episodios, para que la realidad no arruine la ficción.

La leyenda del lago Lanier (3x01)

El lago Lanier en Georgia (Estados Unidos).

Con una superficie de 150 km2, el lago Lanier, ubicado en el noroeste de Atlanta (en el estado de Georgia), es un lugar popular para la navegación recreativa y los deportes acuáticos, pero las leyendas urbanas lo consideran un lugar maldito. Y las más de 200 personas que han muerto en accidentes desde los 90 alimentan esta oscura historia.

Es un lago artificial que fue creado en la década de los 50 sobre el río Chattahoochee. Se creó al inundar las comunidades que habitaban el valle en la que también estaba un cementerio. Antes de la construcción del embalse, la ciudad de Oscarville ocupaba una parte de la ubicación actual del lago.

Oscarville era una comunidad pequeña y el lugar donde se produjo un linchamiento en 1912, que provocó el desplazamiento de más de 1000 negros del condado de Forsyth. El nombre del lago se le dio en honor a Sidney Lanier, un poeta y soldado en la guerra civil en el bando confederado. 

La foto viral del abrazo de un niño negro y un policía (3x01)

Devonte Hart en una protesta contra la brutalidad policial de 2014. Align Entertainment, Sharkeye Productions

Una imagen vale más que mil palabras, pero cuando desconocemos el contexto vemos solo lo que queremos ver y les otorgamos un significado arbitrario. Esta fotografía fue tomada por Johnny Nguyen en las protestas por el asesinato del joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco en 2014 y le dio la vuelta al mundo.

Fue erigida como símbolo de reconciliación y esperanzaa por unos, y como propaganda por aquellos que prefieren que no se hable del conflicto racial, porque si un niño negro podría abrazar con ese sentimiento a un policía blanco en esa manifestación, es señal de que todo está solucionado y es mejor no hablar del pasado.

El nombre del niño es Devonte Hart y ese día llevaba un cartel de abrazos gratis. Lo que no se supo hasta años después, es que Devonte había sido adoptado por Jennifer y Sarah Hart, una pareja de mujeres blancas que entre 2006 y 2010 adoptó a seis niños negros de diferentes familias cuyos padres habían perdido su custodia. y que su vida no era el idilio interracial que ellas pintaban en Facebook. 

Y no os puedo contar nada más hasta que veáis el episodio. Allí encontraréis más detalles de esta trágica historia. Cuando lo acabéis, buscad en Internet el caso real de la familia Hart.

Tarrare, el espía francés con apetito patológico insaciable (3x10)

Tarrare

Este nombre es mencionado, como si del Coco se tratara, en el último episodio de la temporada, en el que seguimos a Van en una estrambótica aventura por París, y su historia es la más increíble que habréis escuchado en mucho tiempo.

Nacido en Lyon en 1772, era un niño que estaba constantemente hambriento, por lo que de adolescente, incapaces de mantenerlo, sus padres lo echaron de casa. Después de viajar por Francia en compañía de una banda de ladrones y prostitutas que lo acogió, Tarrare se convirtió en un artista callejero en cuyo espectáculo se tragaba cualquier cosa, desde piedras a animales vivos.

En 1792, se unió al Ejército Revolucionario Francés. Como las raciones militares no podían satisfacer su apetito, comía cualquier cosa que encontrara en las alcantarillas y la basura, pero cuanto más comía, más empeoraba el hambre. Después de ser hospitalizado, se convirtió en sujeto de experimentos médicos en los que, entre otras cosas, comía de una sentada lo que podían ingerir 15 personas y todo tipo de animales vivos. A pesar de todo lo que comía nunca engordaba. 

Uno de los generales del ejército decidió usar esta habilidad en sus filas y lo contrató como mensajero. El objetivo era que el espía Tarrare se tragara documentos enteros y después de cruzar las líneas enemigas los recuperara de sus deposiciones. Fue capturado por el ejército prusiano en su primera misión y torturado antes de ser enviado de vuelta a líneas francesas.

Decidió regresar entonces como sujeto de la comunidad médica y accedió a someterse a cualquier experimento que quisieron hacer con él. Todos los métodos con los que intentaron curarlo fracasaron. Además de basura de todo tipo, en algunas ocasiones intentó beber la sangre de otros pacientes del hospital y de comer los cadáveres de la morgue.

Un día las sospechas apuntaron a que se había comido a un niño pequeño y lo echaron de allí para siempre. Años después murió de tuberculosis y una diarrea aguda. La autopsia reveló que su anatomía interna era diferente, pero os voy a ahorrar los detalles porque no quiero acabar con una nota tan desagradable. Si los queréis conocer, están en la Wikipedia. 

'Atlanta' está disponible en Disney+.

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