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No sé en qué categoría de espectadores estáis vosotros, pero mi interés por Westworld fue cuesta abajo y sin frenos a partir de la mitad de la segunda temporada. Para cuando acabó la tercera ya no quedaba nada, solo agotamiento, frustración y decepción. Sin embargo, y a pesar de que no tenía disposición alguna de abrirle nuevamente las puertas, los screeners de los cuatro primeros episodios de esta cuarta entrega me devolvieron la fe en la serie.

Viéndola semana a semana recuerdo, por ejemplo, que el quinto me sorprendió cuando descubrimos que lo que pensábamos podía ser el clímax de la temporada (que Hale ganara la guerra) ya había ocurrido. Seguí cada episodio sin perder la fe ni las ganas, a pesar de sus altibajos, hasta que llegamos al desenlace para confirmar, una vez más, que todos sus personajes viven en un bucle. Y nosotros también.

Nunca he sido la fan más apasionada de elaborar teorías cuando veo una serie. No sé si es porque no se me da bien anticiparme a lo que va a ocurrir, porque la realidad nunca está a la altura de las películas que nos montamos o por ambas opciones, pero sí disfruto mucho leyendo y escuchando las de otros. Y las de esta temporada fueron ambiciosas, sobre todo, en lo relacionado con Christine, que era el mayor enigma de esta entrega.

Christine/Dolores.

Lisa Joy aseguró en varias entrevistas que la Dolores que nosotros habíamos conocido ya no existía. Tanta insistencia por su parte era pertinente en un universo en el que ninguna muerte es definitiva, porque las consciencias siempre resultan estar almacenadas en alguna perla, tableta o en lo Sublime. Siempre disponibles para hacer una copia, si es necesario.

Aunque no sabemos a ciencia cierta si la Christine/Dolores actual es una versión que se fusionó con Rehoboam en lugar de borrarse, si es una copia que creó Hale tal como la recordaba, o si era alguna de las unidades de control que sacó Dolores del parque al final de la segunda temporada que no fue eliminada, lo cierto es que una versión de Dolores seguía existiendo en la simulación del mundo real. No solo eso, estaba esperando ser despertada por las proyecciones de sí misma que había creado con ese propósito. Cuándo y cómo no sé si llegaremos a descubrirlo alguna vez, digamos que es una paradoja.

Es tan relativa la mortalidad en Westworld, que si nos dejamos guiar por la voz en off de Dolores al final de la temporada, la continuación de la existencia de un humano o anfitrión solo depende de que ella le recuerde. Así es imposible preocuparse por el destino de sus personajes. Joy también mintió cuando afirmó que Christine era humana, lo que llevó a algunos a pensar que su trama estaba en el pasado y que ella era la persona en cuya imagen se habían basado para crear a la ranchera Abernathy. Como teoría era muy estimulante. 

Bienvenidos a Westworld. Otra vez, pero ahora con peluca morena.

Está claro que es mejor no teorizar, ya tenemos bastante con intentar llevar la cuenta de quiénes son anfitrinones y humanos o qué conciencia está instalada en qué cuerpo, cuáles son originales, cuáles copias y cuántas hay. Ha llegado un punto en el que somos los espectadores lo que dotamos de sentido a la serie y nos hacemos preguntas filosóficas y existencialistas que la serie no parece plantearse. No conformes con hacerlas, intentamos resolverlas. La verdad es que llegados a este punto, no estoy segura de cuál es la tesis de Westworld. Ni siquiera estoy segura de que tenga alguna. 

Y aquí estamos en lo que será el inicio de un nuevo bucle, otra de las miles de simulaciones que viviremos sin miedo a las consecuencias porque siempre se puede volver a resetear de alguna forma, aunque cada nuevo inicio suene como un disco rayado. Creo que los verdaderos sujetos del test de fidelidad creado por Delos somos nosotros y nuestra paciencia. 

Quizá para cuando acabe la quinta temporada seremos capaces de entender por fin adónde querían ir con todo esto, de qué es lo que quiere decir la serie sobre la humanidad más allá de lo obvio. Si es que realmente tenían algo que decir. Eso si no nos dejan en un bucle perpetuo, porque la renovación oficial aún no ha llegado por parte de HBO. 

'Westworld' está disponible en HBO Max.

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