Paolo Vasile, de no querer producir películas por culpa de Fellini a cambiar para siempre el cine español
Cintas como 'Lo imposible', 'Ocho apellidos vascos' o 'Un monstruo viene a verme' han conseguido cambiar la iamgen que se tenía de nuestra industria.
La que para algunos es una de las mejores películas de Federico Fellini, Roma, para el todavía consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, es un mal recuerdo. No es de extrañar teniendo en cuenta que su padre, Turi Vasile, se arruinó con aquella producción.
El italiano apostó todo su patrimonio por esa gran obra cinematográfica. Sin embargo, la taquilla no correspondió y los acreedores destriparon al productor. A pesar de ello, después conseguiría producir Pan y Chocolate, de Franco Brusatti, para Paolo la mejor cinta que produjo su progenitor.
De ahí que, años después de abandonar el séptimo arte por la televisión, Vasile hijo, que esta semana ha confirmado que abandona Mediaset España tras 23 años al frente del grupo, no viera con buenos ojos que el Gobierno obligara a las televisiones comerciales a dedicar el 5% de sus ingresos a producir cine español.
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Vasile ha sido uno de los más críticos con esta ley. Pero, consciente de que tenía la guerra perdida, optó por apostar por un modelo mixto en el que rodar una superproducción al año con la que crear un gran evento y varias cintas de menor presupuesto, principalmente comedias.
“Yo soy hijo de un productor que murió pobre. El productor decide arruinarse como quiere, como le pasó a mi padre con la Roma de Fellini. Nosotros nos decidimos a hacer sólo las películas que tienen un riesgo limitado”, explicaba a BLUPER hace unos años.
Y todo ello aprovechando toda la maquinaria promocional del grupo Mediaset España. "Os recuerdo que ya se ha estrenado en los cines de nuestro país la comedia Operación Camarón. Una producción de Telecinco Cinema que cuenta con la colaboración de Mediaset España, en su apoyo a la cultura europea", repetía de manera insistente Manu Carreño durante la Eurocopa 2020.
Prueba y error
No obstante, este modelo se ha ido consolidando a lo largo de los años a base de prueba y error. Y es que todavía se recuerdan por los despachos de Fuencarral los fracasos que supusieron Alatriste y Ágora. "Vasile nos obliga a que tengamos que tener dos tercios de la financiación asegurada, que alguien nos respalde a nivel internacional, que el riesgo lo asuma otro operador", explicaba a BLUPER Ghislais Barrois, el consejero delegado de Telecinco Cinema.
"Producir ocho películas es estrenar ocho películas con todo lo que ello conlleva. Así que si queremos cumplir con la obligación tenemos que hacer una película más grande y en inglés una vez cada dos años”, comentaba. Eso sí, teniendo claro “las películas que no debemos hacer como cintas de 50 millones de euros basadas en filósofas griegas”, en clara referencia a Ágora.
La cinta de Amenábar, que llegaba precedido del éxito internacional de Los Otros, no consiguió recuperar en taquilla la inversión. Los distintos pases que se hicieron de la cinta dejaron a los espectadores fríos y a los distribuidores americanos recelosos de hacerse con los derechos para estrenarla al otro lado del Atlántico, sobre todo tras la caída de Lehman Brothers.
Lo posible
Y así llegaríamos hasta Lo imposible, la segunda película española más taquillera de la historia en nuestro país con 42,4 millones de euros y también a nivel mundial con 180 millones de euros, sólo superada por Los Otros (209 millones).
Su gran olfato, el mismo que le hizo comprar sobre guión la italiana Perfectos desconocidos, llevó a Vasile a ver en José Antonio Bayona un gran talento. Y después de apostar por él con El Orfanato, que recaudó casi 80 millones de euros a nivel mundial, puso a su disposición un gran presupuesto (30 millones) para contar la trágica experiencia de la doctora española María Belón y su familia en el tsunami del océano Índico de 2004.
No sería el único gran éxito de aquel año. La cinta de animación Las aventuras de Tadeo Jones también arrasaron a nivel mundial consiguiendo recaudar 61 millones de euros, lo que ha llevado a la productora a producir dos cintas más con la que ha recaudado 40 millones más.
A pesar de ello, en su Informe Anual 2013, Telecinco Cinema reconoció unos beneficios de 3.759.000 euros en el año 2012 debido a que el Estado se lleva el 21% a través del IVA, las exhibidoras entre un 45% y 55%, los autores e intérpretes y ejecutantes un 2% y el distribuidor entre un 15% y 30%, dependiendo de lo que arriesgue o no en los gastos de copias y publicidad.
Ocho apellidos vascos
Unos beneficios que se dispararían en 2014 con Ocho apellidos vascos, la cinta española más taquillera de la historia en nuestro país con 56 millones. Lo mejor de todo es que, para la propia Mediaset España, la comedia dirigida por Emilio Martínez-Lázaro no era uno de sus grandes títulos de la temporada, título que se lo reservó para El Niño. Unas semanas después se convertiría en su mayor tesoro.
Y es que, donde Telecinco suele cerrar grandes salas de cine en el centro de Madrid para sus estrenos, la cinta protagonizada por Dani Rovira y Clara Lago no tuvo preestreno alguno en la Gran Vía madrileña. Nadie imaginaba que se convertiría en la película española más taquillera de la historia.
Una semana después del estreno todo el mundo hablaba de Ocho apellidos vascos. Tanto que la cinta logró mejorar la taquilla de su estreno, algo que no suele pasar con los estrenos. Mediaset España tuvo que introducir la cinta en más salas de las esperadas. El boca oreja era imparable y todos los medios de comunicación hablaban de este éxito viral. Ya nadie se podía quedar sin ver la película. El que se quedase fuera de la burbuja era el rarito del grupo.
Después, su primer pase en televisión lograría 8,2 millones de espectadores en su emisión en simultáneo en Telecinco y Cuatro. Se convertía así en la película más vista del milenio y en la novena más vista de la historia de la televisión. Una muestra más de que Vasile había acertado con su modelo.
También lo han dicho desde el ICAA. Según el organismo, a lo largo de estos años se ha podido comprobar que, desde un punto de vista económico, "el papel de las televisiones en la producción cinematográfica es una pieza de vital importancia, que representa un montante global de financiación superior al de las subvenciones estatales y mayor que los resultados de taquilla”. Tanto es así que 11 de las 20 obras más taquilleras de nuestra industria llevan el sello de Telecinco Cinema.
“En España no hay una verdadera industria del cine. En otros países nuestros actores y directores tendrían más éxito del que tienen aquí. No hemos creado una estructura, no hay un esqueleto. No hay una identidad del cine español, aunque por suerte sí que la tienen sus autores”, decía Vasile hace unos años.
Sin embargo, lo cierto es que en una década, la imagen del cine español ha cambiado para bien. Y en gran medida ha sido por cintas como Lo imposible, Ocho apellidos vascos, Un monstruo viene a verme o Waydown. Gracias a ellas y a tantas otras de Atresmedia Cine, hemos pasado de un porcentaje de taquilla de películas españolas del 12% en 2010 a un 17,5% en 2018, con picos de un 25% en 2014, un 19% en 2015 o un 18,5% en 2016.
Lo paradójico del asunto es que ese modelo tan criticado de televisión, el de Sálvame y Gran Hermano, el de la polémica y la rentabilidad, ha sido el que ha permitido precisamente que vieran luz todas esas películas y que los españoles hayan acudido a las salas de cine en masa sin importales quién era el productor que estaba detrás. Ci vediamo per sempre, Vasile.