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Arranca un nuevo curso escolar en Las Encinas y Élite lo ha empezado intentando llevar sus asignaturas al día. Han pasado cuatro años desde que se estrenó su primera temporada y ahora que llega la sexta a Netflix -que se estrena el 18 de noviembre-, la serie cambia de ciclo, adentrándose en una fase mucho más madura de la pubertad que pretende retratar.

Su sexta temporada se vuelve más adulta y además de ofrecerle a sus fans nuevos rostros con los que familiarizarse y poder forrar sus carpetas, también aprovecha para bajar a la tierra y dejar de lado su faceta más sexual -que era la que curiosamente se destacaba en el primer avance de la temporada-, priorizando un realismo muy innovador.

Los primeros tres episodios que se han visto -de los ocho que incluye la temporada- adoptan un tono y lenguaje distinto, dejando caer que Élite puede superarse a sí misma y aprender de algunos de los errores que venía arrastrando en sus últimos capítulos. Este cambio de imagen aporta cierta frescura de primeras, pero sigue siendo insuficiente para convencer a los que se cansaron de subirse de nuevo a este barco.

Desde el primer momento, la serie quiso definir su identidad a través de Las Encinas, quitándole importancia a los personajes y renovando constantemente su plantilla, que ya no incluye a ningún protagonista del inicio de la producción. Sin embargo, esta base inicial no sería nada sin los actores que interpretan a los personajes, que en realidad son los que han sostenido el fenómeno de Élite hasta ahora. 

Nico en la nueva temporada de 'Élite'. Netflix

Por esta razón, la ficción aprovecha su sexta entrega y sus cuatro años de aprendizaje para arriesgarse más que nunca, adentrándose de lleno en un terreno pantanoso con el que compensar su exceso de superficialidad. Pasando de un extremo a otro, Élite responde a las críticas que ha recibido, llevando por bandera que la representación importa, pero sin dejar de ser un escaparate de cuerpos normativos.

Había dejado tanto de lado el mundo real que aprovechará su regreso para meterse en varios jardines al mismo tiempo. Las consecuencias de la agresión sexual que sufrió Isadora en el último episodio; la llegada de Nico a la escuela y cómo la transfobia derrumba su poca autoestima; e incluso una trama posterior relacionada con la violencia de género, todas tienen cabida en el regreso de Élite, que por fin es consciente del altavoz que posee para dirigirse al público más joven.

Isadora es una de las grandes protagonistas en los nuevos episodios de 'Élite'. Netflix

Es digno de agradecer que se aborden estos temas en Élite y aunque se tarde cuatro años en hacerlo, mejor tarde que nunca. Porque sigue haciendo falta que se hable de la violencia de género y porque las personas trans también necesitan encontrar su hueco para ser visibles. 

Élite se ha propuesto llevar todo al día y no descuida los temas que quiere tratar -al menos en sus primeros episodios-, pero al centrarse tanto en alzar su voz quejándose de la realidad que había ignorado hasta ahora, se acaba olvidando del disfrute, la tensión y el drama que había en su narración.

Aunque habrá que ver si el resto de episodios acaban de encarrilar su sexta temporada, puede que su lado protestón vuelva a conquistar a su público. Ojalá no pasen otros cuatro años antes de que Élite se asome de nuevo a observar el mundo y la realidad que le rodean.

La sexta temporada de 'Élite' se estrena el 18 de noviembre en Netflix.