‘La monja guerrera’: así es la obsesión y el éxito más reciente de Netflix que se rodó en España

‘La monja guerrera’: así es la obsesión y el éxito más reciente de Netflix que se rodó en España

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‘La monja guerrera’: así es la última obsesión sáfica, un éxito para Netflix rodado en España

La ficción fue todo un éxito cuando se estrenó y su segunda temporada se ha colado entre lo más visto de la plataforma.

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Medir el éxito de una serie de Netflix no depende de la promoción que hace la plataforma de sus series y películas. Ejemplo de ello son algunos de sus últimos fenómenos, como el caso de La monja guerrera, una serie que sin que la plataforma hiciera publicidad del estreno de su segunda temporada, ha vuelto a posicionarse entre las series más vistas de habla inglesa.

Sus primeros episodios llegaron a Netflix en 2020 y después de convertirse en un fenómeno, la segunda temporada aterrizó hace casi un mes en el catálogo y llegó a estar hasta tres semanas en el Top 10 de lo más visto. 

La serie está basada en el cómic homónimo de Ben Dunn y está escrita y dirigida por Simon Barry. En ella se cuenta la historia de Ava Silva, una joven huérfana que se une a una antigua orden de monjas guerreras cuando se da cuenta de que tiene habilidades sobrenaturales. 

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Toda una sensación

La monja guerrera ha generado entre sus espectadores un ejército de fans muy fiel y aunque es cierto que el confinamiento pudo dar pie a un mayor consumo de la ficción en streaming, la serie ha logrado ganarse el corazón de su audiencia hasta hoy con una historia única, giros de guion sorprendentes y, especialmente, a través de la pareja que forman Ava (Alba Bapista) y Beatrice (Kristina Tonteri-Young), que desprenden una química arrolladora y que sostiene en gran medida el peso de la serie.

La evolución de su historia de amor cae en algunas estructuras y tropos narrativos ya vistos antes, pero también se aleja del cliché de una forma muy especial y natural, permitiendo que el vínculo que comparten también les ayude a desarrollarse como personajes independientes.

Y esto mismo podría servir de ejemplo para otras ficciones, porque La monja guerrera no tiene miedo de cuidar a sus personajes y a su historia y no permitiría que la historia tan bonita que comparten Ava y Beatrice quedara reducida al hecho de que sean "dos mitades de un todo".

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La evolución es natural

Ava y Beatrice en 'La monja guerrera'.

Ava y Beatrice en 'La monja guerrera'. Netflix

"Estaba en las páginas del guion de la primera temporada antes de estrenarse la serie que Beatrice y Ava iban a ser... Bueno, se podría decir que el trasfondo de algo más que la amistad iba a estar ahí, entre ambas. Definitivamente teníamos eso en mente. Y creo que en la ejecución de la primera temporada, vimos que era mucho mejor que lo que escribimos gracias a los actores. Y por el matiz que le aportan Kristina y Alba a la historia", explicó el creador de la serie Simon Barry sobre lo que surge entre Ava y Beatrice.

Esto se vuelve incluso más palpable en la segunda temporada, donde los espectadores podrán ver cómo evoluciona la relación entre ambas de manera progresiva y creíble, sin intentar convencer a la audiencia de que se han enamorado en el transcurso de dos días.

Y esto se ha logrado construyendo a ambos personajes de forma independiente y dejando que el flechazo accidental se vuelva así más efectivo, tanto delante de las cámaras como a través de la pantalla, ya que Ava y Beatrice -y el gran trabajo que hacen las actrices que las interpretan- son en parte la razón por la que el público se acerca a la serie y se queda a verla.

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Se rodó en España

El Templo de Debod, uno de los escenarios de 'La monja guerrera'.

El Templo de Debod, uno de los escenarios de 'La monja guerrera'. Netflix

Una de las cosas que llamará la atención del espectador a la hora de ver La monja guerrera serán los escenarios en los que ha sido rodada, porque la mayoría de ellos están en España.

La primera entrega se rodó íntegramente en Andalucía, concretamente en lugares como Málaga o Ronda, de la que se reconocerán rápidamente sus emblemáticos puentes y alrededores rocosos. Y la producción de la segunda ha tenido lugar principalmente en Madrid, por lo que se verán en pantalla lugares tan reconocibles como la zona de los Austrias, el Cementerio de La Almudena, el Museo del Prado o el Cine Doré, entre muchos otros.

Además, la segunda temporada también se ha rodado en los jardines, escaleras y biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, El Convento San Francisco en Guadalajara, la Finca Quinta de Mirabel, el Palacio de Galiana, el Hospital Tavera y la Nave Borox de Toledo, o incluso el Monasterio de Uclés de Cuenca.   

Los fans piden la renovación

Fotograma de 'La monja guerrera'.

Fotograma de 'La monja guerrera'. Netflix

Durante su primera semana en el catálogo de Netflix, la temporada 2 de La monja guerrera se convirtió en una de las series más vistas a pesar de la ausencia de promoción y logró hacerse con una puntuación del 100% en Rotten Tomatoes. Ahora, los fans de la serie piden a la plataforma la renovación de la serie, de la que aún no se ha confirmado el posible regreso por una tercera tanda de capítulos.

Habrá que esperar para conocer cuál será el destino de los personajes, algo que preocupa al público más leal, especialmente después de la larga lista de series que han sido canceladas y que, casualmente, incluían a protagonistas sáficas.

Teniendo en cuenta que el final de la segunda entrega es abierto y que aún quedan algunas cuestiones sin resolver, el regreso de la serie por una tercera temporada es posible, pero aún falta la confirmación de Netflix, que suele tener más en cuenta las cifras de audiencia de los episodios. 

'La monja guerrera' está disponible en Netflix.