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Llegó la escena clave. El momento que a la mayoría de los seguidores de The Last of Us, y a los propios creadores, les viene a la cabeza cuando les preguntan por su secuencia favorita en el videojuego. Y, al igual que el sexto episodio de la temporada, no decepcionó.

Joel y Ellie ponen todas las cartas sobre la mesa. Ella pretende seguir con él, se siente protegida y tendría miedo sin su nueva figura paterna. Él no quiere o no puede acompañarla. El recuerdo de su hija fallecida es demasiado doloroso.

Pedro Pascal y Bella Ramsey han entendido a los personajes y los han hecho suyos. Es algo que queda patente en esa conversación tan icónica y perfectamente recreada añadiendo identidad propia.

Ellie saca el tema de Sarah y empuja literal y metafóricamente a Joel. Y ese golpe tiene consecuencias. Primero, el contrabandista pone un muro entre ambos para protegerse y la aleja de él. Después, el impacto le hace rebotar y, finalmente, aceptar la verdad: para Joel, Ellie es ya como una hija.

El camino para llegar allí y derrumbar esa coraza no ha sido corto ni sencillo. Tres meses suceden desde la muerte de Sam y Henry, que la serie recupera antes de pasar a un fundido a negro y un salto temporal

Un poco de luz

El vínculo y cariño creciente entre los dos protagonistas va a más. Es algo que queda explicado y representado en ese avance del tiempo, al igual que en muchas de las imágenes que este episodio brinda dedicadas a hacer sentir el viaje de ambos. Es ese recorrido por unos Estados Unidos desolados lo que les va uniendo.

Entremedias, más dicotomía. Nuevos momentos más ligeros que sirven para aliviar el peso de todo lo demás. Como ejemplo, una pareja que vive en medio de la nada para mantenerse apartados del mundo y que no parece tomarse muy en serio las amenazas ni las técnicas de interrogatorio de Joel. La conversación del contrabandista y Ellie con ambos es casi humorística.

También hay oportunidad de recrear una de las piezas de arte más famosas del juego, que nunca se vio reproducida en el juego original. Joel y la joven inmune simplemente charlan frente a una hoguera. Ella revela que le gustaría ser astronauta. Él, que estaría tranquilo viviendo en una granja con las ovejas. 

Esa misma noche Ellie demuestra que ha aprendido mucho de él. Se ocupa de la seguridad de ambos mientras que él se queda dormido. Que Joel no sea alguien perfecto es algo que tiene mucha presencia en este episodio.

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Durante varias escenas se ve cómo sufre de lo que parecen problemas de corazón. Una vieja idea que rescatan los creadores ya que estaba en los bocetos de la historia que acabó siendo el juego pero que hasta ahora no se había materializado.

De hecho, tan gris colorean a este personaje que nunca se le pretende mostrar siquiera como una buena persona. Así se lo deja claro Maria a Ellie, líder de Jackson, una vez llegan allí. Y el propio Tommy también le recuerda a la cara lo que hicieron hace años. Matar a gente, aunque fuera para sobrevivir, todavía le angustia.

Comunismo y felicidad

Jackson es una comuna que sirve como refugio y como emulación de lo que la vida fue alguna vez. En este capítulo Ellie recibe lecciones sobre silbidos, fútbol americano, modales... Todo ello otorga una visión diferente a la del espectador. La de la inocencia y de la persona que se sorprende puesto que no ha conocido el mundo que el espectador da por hecho. Por eso, conocer este pueblo desde su perspectiva es especialmente interesante.

El Joel más vulnerable queda expuesto en la conversación con su hermano, con el que por fin se reencuentra. Tras una discusión, el protagonista le pide a Tommy, entre lágrimas, que se encargue de escolar a Ellie hacia donde se encuentran los Luciérnagas.

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Su primera respuesta es no, ya que va a ser padre junto a Maria. Pero al enterarse de la inmunidad de la joven y de lo afectado que está su hermano, cede. En ese diálogo se ve a un Joel muy humano, con miedo, arrepentido, triste e incluso débil.

Paralelamente, la charla que Joel tiene con Ellie, actúa como bautismo para ambos. Exteriorizan todos sus sentimientos, miedos e inseguridades. La discusión no acaba bien pero no es más que un paso atrás para dar dos adelante. Gracias a ello, y a la magia de la Navidad que inunda Jackson, de allí resurgen como padre e hija.

Pasado y futuro

Ahora Joel puede permitirse hablar sobre su pasado, y contar a qué se dedicaba antes de que el mundo se descompusiera. A cuento de ello, cambia su primera respuesta sobre aquello que le gustaría hacer con su vida. De pequeño quería ser cantante, así que ese es su deseo. Esta segunda contestación es muy diferente a la que le dio de primeras. Ahora, gracias a aceptar a Ellie, se permite soñar.

Así, continúa su viaje. Y finalmente, encuentran la base de los Luciérnagas o la que antiguamente lo fue. Ahora está abandonada y no quedan allí más que unos monos. Por no haber, no hay ni infectados. Orro capítulo donde no hay "zombis". Una vez la pareja descubre que Salt Lake City es el nuevo destino de la banda que buscan un grupo misterioso les ataca.

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Salen vivos pero no ilesos. Joel tiene una herida grave en el torso y acaba en el suelo perdiendo la consciencia. Ahora todo depende de Ellie y de lo que haya absorbido de Joel. Para cerrar el capítulo suena en forma de versión Never Let Me Down Again de Depeche Mode. Como dejaron claro en el primer episodio, eso significa que se avecinan problemas.

'The Last of Us' se puede ver en HBO Max.