Crítica: 'FUBAR' es todo lo que le podíamos pedir a una serie de Arnold Schwarzenegger en Netflix

Arnold Schwarzenegger es una de las grandes estrellas del cine de acción de todos los tiempos. El actor que dio vida a Conan, Terminator o el Sr. Frío, se une ahora al club de Jean-Claude Van Damme y Sylvester Stallone, iconos del género que han saltado a la televisión en los últimos años con la divertidísima Jean-Claude Van Johnson (2016) y la reivindicable Tulsa King (2022), respectivamente. A sus 75 años, Schwarzenegger se enfrenta a interpretar su primer protagónico en una serie de televisión tras haber pasado antes con pequeños papeles por Historia de la cripta, Dos hombres y medio y Superhero Kindergarten. 

Se trata de FUBAR, un thriller de espías creado por Nick Santoro (Scorpion, Reacher) que ha estrenado Netflix. Arnold Schwarzenegger encarna en la función a Luke Brunner, un veterano agente de la CIA que se ve obligado a llevar a cabo una última misión antes de su ansiado y paradisiaco retiro en un barco, para el que ya tiene todos los planes hechos. Pero en un tropo del género, el de "la última misión", le llevará a descubrir que su hija (Monica Barbaro) también es una agente encubierta de la agencia, lo que dará al traste con sus planes.

Brunner ha ocultado a su familia durante los últimos 40 años su verdadera profesión utilizando una tapadera, lo que le costó el matrimonio y su escasa relación con su hija Emma. Luke debería haber estado en casa cuidando a su familia, pero en lugar de ello decidió viajar por el mundo para salvar a Estados Unidos.

Ahora, en una misión a miles de kilómetros de casa, Luke y Emma han descubierto que son unos verdaderos desconocidos el uno para el otro. Que sus vidas han estado llenas de mentiras. Que lo que saben el uno del otro, solo es un mundo de sombras. Pero a la vez, nunca han estado tan cerca. Hacerse con un maletín de un villano megalómano y superdotado que guarda un pasado con Brunner y que contiene un arma de destrucción masiva, será el macguffin de la serie para que todo estalle por los aires y los dos protagonistas traten de resolver sus problemas personales.

La mayor baza de FUBAR es que es tremendamente honesta con el espectador y muy consciente del tipo de serie que es. Sin pretensiones. Simplemente aspira a ser un thriller de espías entretenido y cargado de comedia, con corazón, sirviéndose del carisma y la vis cómica que Arnold Schwarzenegger ya demostró en películas como Los gemelos golpean dos veces (1988) junto a Danny DeVito o Mentiras arriesgadas (1994) de James Cameron. Un pasatiempos para maratonear en Netflix que va a lo seguro. Y eso, lo consigue a la perfección.

Por contrapartida, no intenten encontrarle demasiado sentido a la historia -porque no lo tiene-, profundas reflexiones existenciales -menos- ni grandes personajes -no pasan del cliché, aunque la dinámica entre ambos funciona como un tiro gracias a sus interpretaciones-. Aquí hemos venido a jugar, a pasarlo bien sin calentarnos la cabeza, a ver grandes explosiones, escuchar chistes fáciles, tramas previsibles con unos cuantos clichés del género sembrados y mucho cliffhanger. Siempre que estemos dispuestos a comprarles la propuesta.