Para conseguir uno de los momentos más espectaculares de toda su filmografía, en Oppenheimer, Christopher Nolan recreó con su equipo la primera detonación de un arma nuclear sin usar ningún efecto digital: "Recrear la prueba Trinity sin la ayuda de un ordenador fue un gran desafío", explicó el cineasta en una entrevista en Total Film antes del estreno de la película.
Desde el principio no cabía ninguna duda de que Nolan haría la escena con efectos prácticos y delante de la cámara, pero esta negativa no era únicamente producto de su espíritu purista como defensor del cine analógico, su objetivo era preservar la calidad del negativo.
Oppenheimer está filmada con una combinación de IMAX® de 70 mm que incluye, por primera vez en la historia, imágenes analógicas IMAX® en blanco y negro, un negativo que Kodak desarrolló especialmente para esta producción.
"Nos encanta la profundidad de resolución absoluta que nos ofrece IMAX", dice Hoyte van Hoytema (Interstellar, Nop, Tenet, Dunkerque), director de fotografía de la película, en una entrevista en Variety. "Pero cuando vas a postproducción con efectos digitales, tienes que escanear la imagen, y en el momento en que haces eso, pierde la mitad de su resolución".
Experimentos científicos y trucos prácticos
La secuencia de diez minutos que capta la primera detonación con éxito de una bomba atómica fue el resultado de muchos experimentos. "Obviamente, no podíamos hacer una explosión del tamaño de la real, así que utilizamos trucos", explica van Hoytema.
A pesar de no utilizar efectos digitales, Nolan y van Hoytema trabajaron estrechamente con el supervisor de efectos especiales Scott Fisher (Tenet, Top Gun: Maverick) y el supervisor de efectos visuales Andrew Jackson (Tenet, Mad Max: Fury Road) en una serie de experimentos para ver cómo podía desarrollarse la escena.
"Creamos experimentos científicos", explica el director de fotografía. "Construimos acuarios con energía. Dejamos caer partículas de plata en su interior. Hicimos globos metálicos moldeados que se iluminaban desde dentro. Hicimos que las cosas se golpearan y chocaran entre sí, como pelotas de ping-pong, o simplemente que los objetos giraran".
Con cada experimento, Nolan y van Hoytema comprobaban cómo quedaba la combinación en la pantalla. "Hicimos pruebas con velocidades de obturación largas, cortas, color negativo amplio, sobreexposición negativa, subexposición. Era como un patio de recreo gigante para todos nosotros", recuerda van Hoytema.
"La Prueba Trinity fue algo que se hizo y se improvisó a partir de las miniaturas de ese experimento científico, bajo la dirección de Chris y la mía, que empujamos lentamente en ciertas direcciones para que cumplieran funciones específicas en estas secuencias", afirma.
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En total, la secuencia tardó varias semanas en filmarse. "La construcción fue fragmentada. Hay muchos cortes transversales y gente haciendo cosas diferentes antes de que culmine", explica el director de fotografía. "Es este inmenso grupo de personas de todo el país que juntan la energía de sus cabezas y, bajo la dirección de Oppenheimer, conducen este proyecto hasta ese estallido final."
Conocido por sus tomas panorámicas, van Hoytema dice que su tarea esta vez era captar la intimidad, ya que la historia se contaba desde el punto de vista de Oppenheimer. Van Hoytema explica: "Se trataba en gran medida de lo que pasaba por su cabeza, lo que piensa y lo que podemos leer en sus ojos, por lo que realmente necesitábamos estar allí con él y progresar a lo largo de la historia".
Por qué rodó en blanco y negro
Para la otra parte de la historia, rodada en blanco y negro, Nolan y Hoytema optaron por integrarla de esta manera porque "era una forma de separar la experiencia de Lewis Strauss del material en color", dice el director de fotografía.
Como no existía negativo IMAX en blanco y negro en 70 mm, Van Hoytema fue a Kodak y preguntó si el proveedor de películas podía fabricar el material. "Nos enviaron rollos de prueba para que los pasáramos por la cámara. Tuvimos que rediseñar un poco nuestras cámaras, rehacer las placas de presión y reajustar el trabajo de laboratorio". Lo que pensaba que iba a ser muy sencillo se convirtió en una "gran hazaña de ingeniería de una cadena de trabajo desde la preproducción a la producción y luego a la postproducción".
Pero valió la pena el esfuerzo: "Recuerdo cuando Chris y yo estábamos sentados en el cine viendo los resultados de nuestra primera prueba en blanco y negro y era sencillamente increíble. Nunca habíamos visto nada igual", añade.