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A falta de unos días para decir adiós al asfixiante calor del verano, Netflix invita a los fans del terror a disfrutar de El club de los lectores criminales, un slasher basado en la novela homónima de Carlos García Miranda que se estrena en la plataforma el próximo 25 de agosto.

En ella, ocho jóvenes estudiantes universitarios se reúnen cada semana en un club de lectura para compartir su pasión por la literatura de terror. Tras ser cómplices de una broma de disfraces que termina en fatídico accidente y en un pacto de silencio, el grupo de jóvenes se verá amenazado por un escritor anónimo que desea desvelar su oscuro secreto.

Su acosador amenaza con publicar en las redes sociales una sangrienta novela de terror basada en ellos. A cada capítulo uno de ellos morirá. Mientras desconfían unos de otros, el grupo de jóvenes empezará una lucha por la supervivencia en pleno campus universitario. Cualquiera de ellos podría ser la próxima víctima... o el asesino.

A lo largo del filme, los fans del cine de terror y, en particular, del slasher se darán cuenta de que bebe de algunas de las mejores películas del género e incluso de alguna serie. Repasamos las fuentes de inspiración y referencias más llamativas del largometraje.

'El club de la medianoche' (1991-2000)

Los protagonistas de 'El club de la medianoche'.

Entre todas las referencias que podrían destacarse dentro de El club de los lectores criminales, destaca especialmente la que se hace a El club de la medianoche, una serie de terror canadiense que fue muy popular en los años noventa y llegó a emitir hasta siete temporadas. 

Al igual que en la película de Netflix, está protagonizada por un grupo de jóvenes que se reúnen alrededor de una hoguera en un enclave secreto en medio del bosque para contar historias de terror

Saga 'Destino final'

'Destino final'.

Como en cualquier otro slasher, en El club de los lectores criminales también encontramos persecuciones y escenas de muertes muy sangrientas. Estas podrían recordar al estilo cinematográfico de las películas de la saga Destino Final -las dos primeras partes y la quinta disponibles en HBO Max-, con la que James Wang se consagró como uno de los grandes nombres de cineastas del género. 

Las cinco películas de la franquicia siguen una estructura similar y siguen a un pequeño grupo de personas que consiguen escapar de una muerte inminente después del aviso de uno de los protagonistas, que tiene una premonición sobre lo que va a suceder. Sin embargo, no podrán huir de la muerte, que les persigue y acaba con los personajes uno por uno en extrañas circunstancias.

'Scream' y 'Sé lo que hicisteis el último verano'

Ghostface, el asesino de la saga 'Scream'.

Y, por último, las dos grandes fuentes de inspiración son la saga Scream -disponibles en Movistar Plus+ y SkyShowtime-y, especialmente el clásico Sé lo que hicisteis el último verano (1997) -disponible en Filmin-. Se hace referencia a la primera imitando algunos planos y escenas, que nos recuerdan a las primeras películas de la franquicia (de los años 1996 y 1997), y de la segunda película se toma prestada prácticamente toda la idea.

En concreto, Sé lo que hicisteis el último verano se sitúa en la noche de fin de curso, después de la celebración, cuando cuatro jóvenes atropellan a un desconocido en la tortuosa carretera de la costa. Temerosos de un escándalo que podría estropearles su brillante futuro, los chicos deciden echar al mar el cadáver y guardar el secreto para siempre. Sin embargo aunque crean que el secreto se hunde con él, se equivocan. 

'Sé lo que hicisteis el último verano'.

Desde ese instante sus vidas se tornan en una permanente pesadilla. Alguien que conoce la verdad de lo que ocurrió, y que se hace pasar por un ser sobrenatural, está dispuesto a hacerles pagar por aquello. Uno tras otro, verán sus vidas y las de quienes les rodean amenazadas de muerte por la misteriosa figura de un hombre vestido con chubasquero de pescador y que usa un gran garfio.

La película fue el segundo gran éxito del guionista Kevin Williamson, que saltó a la fama con la primera entrega de la saga Scream y que sentó las bases de un nuevo cine de terror, en el que no faltaba el humor y donde los protagonistas son jóvenes adolescentes y universitarios.