Con motivo del estreno de la serie documental Las últimas horas de Mario Biondo, y las insinuaciones sobre su supuesta participación en la producción, Raquel Sánchez Silva ha declarado pública y oficialmente que "no ha intervenido de modo alguno en el planteamiento, grabación y producción de la mencionada serie, ni ha facilitado información ni contenido alguno para su elaboración".
Según recoge el comunicado escrito por su despacho de abogados, Sánchez Silva "no sólo rechazó cualquier forma de participación y/o intervención en aquella serie, sino que manifestó expresa y reiteradamente, tanto al Sr. Guillermo Gómez Sancha como a los directivos de Netflix, su frontal oposición a la producción y emisión de ninguna serie o programa sobre el fallecimiento del Sr. Biondo".
El propósito de Las últimas horas de Mario Biondo, según afirmaron sus responsables, era "ofrecer una visión retrospectiva y reflexiva sobre uno de los sucesos más mediáticos de la historia de España". Un trabajo que es fruto de una labor de investigación "llevada a cabo entre 2021 y 2023, y que ha incluido más de 200 horas de grabación, una veintena de entrevistas, y la revisión de multitud de fuentes bibliográficas".
El suceso al que se refiere es la muerte de Mario Biondo, cámara italiano y marido de la presentadora de televisión Raquel Sánchez-Silva, quien fue hallado muerto en el salón del piso de ambos en Madrid en extrañas circunstancias en mayo de 2013.
La docuserie dirigida por María Pulido, y producida por Guillermo Gómez Sancha, exagente de Sánchez-Silva (y una de las personas que da su testimonio ante cámara) no intenta resolver el misterio, ni exponer tesis o evidencias que confirmen o desmientan si se había suicidado -como sostiene la policía española- o si por el contrario, había sido asesinado -como defiende la familia Biondo-.
Si bien la serie documental permite a la familia Biondo exponer su caso sin que parezca haber censura, y demuestra cierta empatía al demostrar que ellos también han sido víctima de los medios, este, como todos los documentales tienen un punto de vista, y el de este es: durante diez años se ha acosado sistemáticamente a Raquel Sánchez-Silva convirtiéndola en sospechosa sin pruebas.
Este punto de vista, y la participación del exagente de Sánchez Silva como productor, puede llevar a la conclusión de que el objetivo del material es "blanquear" a la presentadora y desprestigiar a la familia Biondo, y por tanto, que la presentadora ha dado su visto bueno a todo lo que aparece en la pantalla.
Fue precisamente el conflicto por la negativa de Sánchez Silva a participar en Las últimas horas de Mario Biondo, según afirma el comunicado, lo que derivó en la ruptura pública de la relación profesional con Gómez Sancha en noviembre del año pasado. Sánchez Silva solicita expresamente que no se la relacione de ninguna manera con la citada serie documental de Netflix "dada su absoluta desvinculación con la misma".
Este es el texto íntegro del comunicado: