One Piece es conocida por muchas cosas. Se trata de una de las historias más populares y con una de las bases de fans más grandes en todo el mundo, y también es uno de los mangas y animes más longevos de la historia, con más de mil capítulos y episodios respectivamente. El remake que se estrenó el pasado viernes en Netflix no llegará a tanto, pero sí que será recordado para evocar el mismo espíritu del manga y el anime originales.

Aquellos que estén familiarizados con los primeros 45 episodios del anime o los primeros 95 capítulos del manga ya conocen la historia. Todo comienza cuando los marines arrestan al famoso pirata Gold Roger, condenado a muerte. Antes de morir, le preguntan dónde guardaba su fortuna, y él revela que lo escondió en las aguas más peligrosas de los cuatro mares. 

Se trata del One Piece, un tesoro que, según la leyenda, promete coronar al que lo encuentre como Rey de los Piratas. Y el marinero que más ganas tiene de encontrarlo es  Monkey D. Luffy (Iñaki Godoy), que fue criado por uno de los mejores piratas de todos los tiempos y que además puede estirar su cuerpo cuanto quiera gracias a una misteriosa fruta que se comió de pequeño.

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Sin embargo, para poder cumplir su objetivo, necesitará reunir a una tripulación y encontrar un barco con el que surcar los peligrosos mares. Y tampoco se lo pondrán nada fácil los enemigos que se vayan encontrando por el camino.

Lo ocurrido hasta ahora

Al principio de la serie, Luffy conoce a Zoro (Mackenyu), un cazarrecompensas que empuña tres espadas, y a Nami (Emily Rudd), una estafadora muy inteligente con un gran talento para dibujar mapas. Zoro es arrestado por una pelea en un bar, pero Luffy y Nami logran hacerse con el mapa del Grand Line, la peligrosa ruta a seguir por el océano para encontrar el tesoro de Gold Roger.

Los tres consiguen derrota al capitán de la Marina Morgan (Langley Kirkwood), pero Zoro y Nami siguen sin estar del todo convencidos del concepto "tripulación pirata". Después, los tres son secuestrados por Buggy el Payaso (Jeff Ward), que también quiere el mapa. Aunque pronto consiguen escapar.

El siguiente objetivo de los protagonistas será encontrar el barco perfecto, que acaba siendo el Going Merry, una embarcación que acabarán consiguiendo gracias a Usopp (Jacob Romero), el nuevo miembro del grupo y amigo de Kaya (Celeste Loots), que hasta ahora había sido la dueña del Going Merry.

Y a cuyo mayordomo también tendrán que enfrentarse para poder retomar la búsqueda del tesoro. Poco después se unirá a los Piratas del Sombrero de Paja Sanji (Taz Skylar), un cocinero que también tiene dominio en el campo de batalla.

Y también veremos a Zoro enfrentarse a Dracule Mihawk (Steven Ward), el mejor espadachín del mundo, y a Nami tratando de rendir cuentas con Arlong (McKinley Belcher III), un gyojin que sometió a su pueblo y al que prometió servir para sobrevivir. Por otro lado, otra de las tramas principales de la serie estará protgonizada por el vicealmirante Garp (Vincent Regan), que pronto se revela como el abuelo de Luffy. 

A lo largo de One Piece se dedicará a perseguir a su nieto junto a Kobi (Morgan Davies) y Helmeppo (Aidan Scott), sin asumir que este quiera dedicar su vida a cumplir su sueño de ser pirata. Aunque al final acaba permitiéndole navegar junto a su tripulación, dándose cuenta de que Luffy tiene lo que hace falta para ser un gran marinero.

Aunque no podrán continuar el viaje hasta que no derroten a Arlong, que será el que acabe haciendo de Luffy uno de los piratas más buscados del East Blue.

Un final a lo grande

En el último episodio, los Piratas del Sombrero de Paja llegan al pueblo en el que creció Nami, que viven bajo el control de Arlong. Nami se ve obligada a volver a extorsionar a sus antiguos vecinos para pedirles dinero y acabamos descubriendo que ha estado reuniendo más en secreto, para pagarle a Arlong y salvar su aldea.

Aunque las cosas no le salen como a ella le gustaría, Luffy le promete a Nami que los del Sombrero de Paja la ayudarán y acaban derrotando a Arlong justo antes de que lleguen los marines. 

Al principio, Garp quiere arrestar a Luffy, pero el joven pirata se niega a renunciar a su sueño. Garp le derrota en una pelea justa, pero el joven Kobi le insiste en que deje marchar a Luffy, que acaba marchándose y ganándose su propio cartel de 'se busca'. A partir de ahora, será perseguido por el gobierno, que le dará a quien lo encuentre 30.000.000 de bayas.

Y uno de sus nuevos enemigos será el que aparece quemando ese mismo cartel antes de que aparezcan en pantalla los créditos finales. Y al que los fans reconocerán por sus guantes de cuero marrón y sus mangas adornadas con piel.

Se trata de Smoker, el capitán de los Marines en Loguetown, que abandona su puesto para perseguir a Luffy. Sabemos de él que se comió la fruta del diablo humo-humo, adquiriendo la capacidad de convertir las partes de su cuerpo en humo y poder controlarlo. También usa un arma especial llamada Jitte, que está hecha de piedra marina y es capaz de anular las habilidades de sus enemigos.

El futuro viaje de los piratas

La presentación del Capitán Smoker implica que la temporada 2 de One Piece adaptará la saga Arabasta, en la que aparecerá de nuevo Baroque Works, una organización criminal secreta liderada por un pirata llamado Crocodile, que tiene la misión de controlar el reino de Arabasta. Todo ello antes de que lleguen los Piratas de Sombrero de Paja, que están dispuestos a salvarla.

Cuando Nami se confunde al final del capítulo 8 y descubre el río que aparece en su mapa, acaba revelando la existencia de la famosa Montaña Invertida, un lugar clave y que marcará cómo los protagonistas dejan atrás el East Blue y se trasladan a Grand Line en busca del One Piece.