Woody Allen ('Golpe de suerte'): "Nunca pensé en mis películas desde una perspectiva masculina"
SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL habló con el cineasta sobre el impacto de su película número 50 en su carrera y los temas que se explora.
Woody Allen tiene muy claro que no quiere seguir persiguiendo a las oportunidades para poder seguir rodando películas. Para él, conseguir la financiación es cada vez más complicado y cree que Golpe de suerte podría ser una película ideal para despedirse como director de cine. Un largometraje que, tras su aclamado paso por el Festival de Venecia, se estrenará en cines el 29 de septiembre.
En esta película se presenta a Fanny (Lou de Laâge) y a Jean (Melvil Poupaud) como el matrimonio ideal: ambos tienen éxito profesional, viven en un magnífico apartamento en un exclusivo barrio de París y parecen estar tan enamorados como el primer día. Pero cuando Fanny se topa accidentalmente con Alain (Niels Schneider), un ex compañero de instituto, se queda sorprendida. Pronto se vuelven a ver y se acercan cada vez más...
Después de su estancia en Venecia, el director del largometraje -que ya es el número 50 de su carrera-, viajó hasta Barcelona. Allí compartió en una mesa redonda, donde participó SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL, qué supone Golpe de suerte en su larga carrera y qué tipo de relación tiene con sus películas.
El paso del tiempo
La conversación grupal con Woody Allen arrancó con una mirada retrospectiva, donde el cineasta recordó cómo ha sido su trayectoria. "Me siento insatisfecho y siempre quiero una vida distinta. Y si tuviera una vida distinta, querría otra vida diferente. Forma parte de mi naturaleza estar insatisfecho con todo, siempre lo estoy. Es difícil de saber, pero si tuviera que volver a vivir mi vida, probablemente me dedicaría a otra cosa", reconoció sin dudar.
A continuación, al preguntarle sobre cómo percibe su evolución, quiso recalcar que "Esta es mi película número 50" y que "es una cifra bonita para parar". También explicó que sus "películas han seguido direcciones muy distintas" y que la era del streaming ha supuesto un gran cambio en la industria.
"Las películas ya no se proyectan tanto en el cine. Enseguida pasan de la pantalla del cine a la televisión y al streaming, y eso ya no es tan emocionante para los directores del cine", expresó, tajante, y justo antes de reclamar, una vez más, lo complicado que resulta para él conseguir la financiación para hacer cine.
"Siempre es muy pesado y difícil conseguirla y creo que no voy a seguir intentándolo. Si alguien viene, lo propone de repente y me entrega el dinero para hacer una película, seguro que me sentíría tentado para hacer una película más. Pero quitando esa posibillidad, yo no voy a perseguirlo", aseguró.
La suerte
Después de mirar atrás en el tiempo, Woody Allen habló también de la suerte, uno de los temas centrales de su nueva película. "Ninguno de nosotros creamos nuestra propia suerte, todos dependemos de ella", comenzó.
"Yo siempre he tenido mucha suerte. Vengo de una buena familia y siempre he tenido salud. No me he puesto nunca enfermo, mis padres vivieron hasta una edad avanzada -mi padre vivió hasta los cien años-, y he tenido una buena vida, he podido hacer muchas películas. Se puede decir que estamos en el lugar adecuado en el momento adecuado".
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"Cuando estaba haciendo cada película, las películas eran importantes para el lugar en los que las hacía. Sencillamene, he tenido una suerte tremenda en todos estos lugares, porque he tenido una familia maravillosa, una mujer maravillosa, unos hijos maravillosos. Y eso forma una parte importante de la vida de muchas personas", agregó.
"A la gente le gusta pensar que son ellos los que provocan su suerte, pero te has de esforzar. En cierto modo sí que provocas tu propia suerte, pero no lo suficiente, ni de lejos, ni tanto como a uno le gustaría creer", quiso concluir. "Está bien hacerse todas estas preguntas, pero no esperes encontrar todas las respuestas".
Su primera película en francés
Otra de las cuestiones que se abordaron en la entrevista fue la perspectiva que tiene el cineasta de sí mismo, ya que muchas personas le perciben como un director de cine europeo. "La verdad es que siempre quise ser un cineasta europeo", expresó, dándose cuenta de que Golpe de suerte es un ejemplo de esta descripción.
"Me di cuenta que por qué no hacerme a mí mismo en este regalo y hacer la película en francés. Sé que la verán menos personas fuera de Francia, porque está subtitulada y a la gente no le gusta leer los subtítulos, pero me da igual. Ha sido muy fácil trabajar en otro idioma. La gente piensa que es difícil, pero no lo es. Solamente mirando a los actores ya sabes si lo están haciendo bien, no hace falta entenderles", reconoció.
También pensó en la posibilidad de regresar a su Nueva York natal para despedirse, pero rápidamente admitió: "no significa nada para mí, no soy sentimental". "No tengo copias de mis películas, no guardo ninguna memorabilia en casa ni mis guiones. Esto no significa nada para mí. Hago una película y disfruto viéndola. Y una vez acaba la peli, ya no vuelvo a verla otra vez. Paso a la siguiente película".
La masculinidad en 'Golpe de suerte'
Además de la suerte, el tema central por excelencia del largometraje es la masculinidad y cómo esta se manifiesta de diferentes maneras dependiendo del personaje. Aunque quizá no fuese la intención de Woody Allen, que cree que escribe los personajes teniendo en cuenta otros criterios y no quiso hacer del todo referencia a esto en la entrevista.
"La gente siempre me dice que escribo bien para las mujeres y es por casualidad, no es algo intencionado. Cuando empecé a hacer películas, era uno de los protagonistas, o sea que he estado escribiendo para mí siempre", respondió.
"También, el escribir para otros hombres es aprender que cuando empecé a escribir historias en las que yo no participaba eran guiones para otras personas, y siempre estaba escribiendo la parte de la mujer. Siempre he trabajado con grandes actrices y con pocos hombres, y nunca pensé en mis películas desde una perspectiva masculina".
Quizá no quisiera responder de forma explícita a esta representación de la masculinidad en Golpe de suerte, pero Woody Allen sí que reconoció que la toxicidad de la misma es algo que engancha en el cine. "Muchos de los hombres que aparecen en mis películas son débiles o deshonestos y creo que eso es lo que hace que las historias sean interesantes. Y además, tienes que exagerar esas características para que la historia sea emocionante", añadió.