Pasillos que se estrechan y música que suena como un ataque de ansiedad: así se hizo 'Juego limpio'

Pasillos que se estrechan y música que "suena como un ataque de ansiedad": así se hizo 'Juego limpio'

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Pasillos que se estrechan y música que "suena como un ataque de ansiedad": así se hizo 'Juego limpio'

La directora y guionista del thriller psicológico de Netflix y su equipo técnico explican cómo construyeron la tensión en cada capa de su obra.

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Chloe Domont reconoce haber empezado a escribir el guion de Juego limpio (Fair Play), su primera película, como una especie de ajuste de cuentas. Según explica, la génesis de esta historia surgió del sentimiento de un momento de su vida en el que que el éxito no le parecía una victoria, sino una derrota. 

El porqué, tal como le ocurre a la protagonista de este relato, estaba en una relación con alguien que se sintió amenazado por sus logros. Y Domont, tal como Emily con Luke, empezó a empequeñecerse en "un intento desesperado por salvar la relación. Pero eso no la salvó. Y yo seguí repitiendo el ciclo con otras parejas", confiesa. 

En Juego limpio, cuando surge un ascenso muy codiciado en una despiadada empresa financiera, la relación entre Emily (Phoebe Dynevor) y Luke (Alden Ehrenreich) empieza a agriarse y toma un cariz siniestro. El equilibrio de poder en su relación va cambiando y la pareja debe enfrentarse al verdadero precio del éxito.

A Domont le llevó años atacar esta experiencia de frente, pero cuando se sentó frente a la página en blanco supo lo que quería decir y cómo quería decirlo. "Me interesaba hablar de cuánto poder siguen teniendo sobre nosotros los roles de género. Qué difícil es para los hombres sentirse valiosos en este nuevo tablero, lo atrapadas que se sienten las mujeres por su éxito, y cuánto miedo nos da hablar de ello". 

En su primer largometraje, la guionista y directora Chloe Domont teje un tenso thriller psicológico en el que cada elemento de la producción está al servicio de la tensión y atmósfera malsana que quería construir. Así lo hizo.

Chloe Domont tras las cámaras de 'Juego limpio'

Chloe Domont tras las cámaras de 'Juego limpio'

Paredes que se cierran

Para crear la atmósfera de ansiedad de este thriller psicológico, Domont decidió trabajar con Steve Summersgill (Gran Hotel Budapest), el diseñador de producción de la película, y Menno Mans, director de fotografía, dos ideas principales: la sensación de claustrofobia en el apartamento, y la de ser observado permanentemente en la oficina.

"Mi intención era crear dos decorados diferentes en los que pareciera que no hay escapatoria", explica. "En casa, quería que pareciera como si el mundo se cerrara sobre ellos. Y así lo hicimos, literalmente".

Conforme avanzan las escenas, empezaron a acercar las estanterías y las paredes un 10% cada vez que vuelven a casa. "No queríamos que fuera surrealista. No es algo que el público vaya a ver, sólo lo sentirá".

['Juego limpio', esta disección de un frágil ego masculino es una de las películas del año]

Belgrado se convierte en Nueva York

Summersgill estaba familiarizado con el mundo de las finanzas tras haber trabajado en la primera temporada de la serie Industry de HBO, pero este proyecto le pedía algo diferente. "Hicimos varias exploraciones en Belgrado y sus alrededores para buscar edificios que adaptar y lo que descubrimos rápidamente fue que ninguno de ellos cumplía los requisitos", explica.

Con Domont decidieron construir los dos espacios, ya que la acción transcurre casi al completo en esos dos escenarios principales. Según explica, fueron meticulosos en todos los detalles, desde la distancia ficticia entre el apartamento y la oficina hasta cada objeto de las habitaciones.

"La oficina se diseñó al completo con paredes de cristal" señala Summersgil. "Cada uno de los cubículos tenía que ser completamente transparente para las líneas de visión
con el de Emily y también con la sala de conferencias. Luego tienes la oficina de Campbell, así que todo el mundo se mira todo el tiempo. Eso amplifica la presión estresante de este ambiente ".

Para el apartamento, decidieron que aunque Luke y Emily tienen poder adquisitivo, su piso no necesitaba ser lujoso. Tampoco hacía falta una cocina grande y moderna, porque comen todo el tiempo fuera. O elegir muebles o un estilo de decoración, porque "realmente no tienen tiempo para la estética, solo necesitan algo práctico para ir a dormir y guardar sus cosas".

Las oficinas de ¡Juego limpio'

Las oficinas de ¡Juego limpio'

"A la mierda la melodía"

Las directrices que la directora Chloe Domont dio al compositor Brian McOmber (Krisha, It Comes At Night) fueron muy claras: "A la mierda la melodía".

La directora quería crear tensión y necesitaba que la partitura emulara eso. La forma de hacerlo, tal como explica McOmber es "con disonancias en la partitura. Si compones una partitura de notas que se oponen entre sí, se crea esta disonancia que te hace sentir incómodo y no sabes por qué".

Otra de las sensaciones que se transmiten con la banda sonora es que la "música suene como si se estuviera rompiendo, tal como la relación entre Emily y Luke". Lo que quería Domont exactamente es "que sonara como un ataque de ansiedad que se cuece lentamente".

Para conseguir esa sensación de incomodidad, McOmber se apoyó mucho en la percusión. "Chloe mencionó la idea de una bomba de relojería", dice. "Todo va muy rápido en el mundo de las finanzas. Así que lo más importante para mí fueron los tempos. Se trataba de texturas. Quería acertar con los timbres que molestaban".

Otra cosa que hicieron fue conseguir sonidos usando mal los instrumentos de cuerda. "Los tocamos de formas que normalmente no asociarías con ese instrumento. Usamos mazos para golpear violonchelos. También usaba tarjetas de crédito o trozos de cartón para tocar el violonchelo casi como si fuera un tambor".

Phoebe Dynevor en 'Juego limpio'

Phoebe Dynevor en 'Juego limpio'

La ciudad huele tu miedo

En el diseño de sonido, Ugo Derouard y John Warrin también se centraron en la tensión. Aunque el espectador no lo note conscientemente, sí percibe a algún nivel los ruidos de crujidos en el suelo y en las tuberías, con los que el equipo quiso reflejar las grietas en la relación de la pareja protagonista.

"Grabé los sonidos de la ciudad de Nueva York, los radiadores que chasquean y humean, vecinos gritando o el chirrido agudo del vagón del metro en las vías, y los pasé por sintetizadores para crear texturas sonoras que tienen la agresividad de esos sonidos sin ser siempre iguales", explica Derouard. 

"Les dije: 'Diseñad el sonido de esta película como si fuera de terror'", explica Domont sobre su enfoque. Esta idea nace de su propia experiencia viviendo en Nueva York. "Parece que la ciudad huele tu miedo y te ataca a todos los niveles. Te come", confiesa.

'Juego limpio' está disponible en Netflix.