Alberto G. Palomo
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La lista sigue aumentando. Políticos, productores, actores... Las denuncias por abusos sexuales saltan al primer plano de la actualidad cada poco tiempo. En ocasiones, las repercusiones son inmediatas, con cancelaciones en trabajos pendientes o defenestración popular. En otras, dan lugar a un culebrón de días y terminan en juicios mediáticos. A menudo, la víctima es la que sale peor parada, tanto por la agresión en sí como por la exposición y el acoso popular.

Son nombres y apellidos célebres que saltan a la palestra después de estos presuntos delitos cometidos hace más o menos tiempo. Lo vimos, por poner algunos ejemplos recientes, con Donald Trump, que fue sentenciado a pagar cinco millones de dólares en compensación de daños por abuso sexual y difamación de la excolumnista E. Jean Carroll. O con el actor Russell Brand, de 48 años: cuatro mujeres aseguraron que fueron víctimas de violaciones, agresiones sexuales y maltrato emocional entre 2006 y 2013.

Y este jueves se ha publicado que el actor Jamie Foxx ha sido demandado ante la Corte Suprema de Nueva York por una supuesta agresión sexual ocurrida en la terraza de un restaurante de esa ciudad en 2015. Según ha informado Efe, la víctima acusa a Foxx de haberla tocado sin su consentimiento después de que ella y una de sus amigas se acercaran al actor para pedirle una fotografía mientras se encontraban en el restaurante Catch NYC en agosto de 2015.

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Ha narrado la mujer que después de que Foxx aceptara tomarse una fotografía con ella, la agarró, la apartó del lugar en el que estaban, le tocó un pecho sin su consentimiento y le "metió los dedos" en "la vagina y el ano" hasta que su amiga acudió en su ayuda. Según su versión, uno de los guardaespaldas de la estrella de Hollywood se habría percatado de la situación, pero no hizo nada para detener al actor. "La demandante sufrió lesiones, quedó enferma, dolorida, apenada e incapacitada; y tuvo que someterse a tratamiento y asesoramiento médico", indica la demanda, que también se dirige al propietario del establecimiento.

Esta semana también han saltado a la luz denuncias semejantes a Axl Rose, cantante de Guns N'Roses, o Cuba Gooding Jr, actor de Me llaman radio, entre otros muchos filmes. Y hay quien, sin la oficialidad de un tribunal, se ha atrevido a añadir algunos nombres más, tanto de Hollywood como del panorama nacional (donde, este mismo año, se dio la voz de alarma sobre un productor por acoso durante los premios Feroz).

Si se echa un vistazo rápido a algunos casos que implican a celebridades, el pistoletazo de salida es, sin duda, la caída meteórica del productor Harvey Weinstein, que comenzó después de que The New York Times y The New Yorker publicaran una historia en la que ocho mujeres denunciaban al cineasta de hostigamiento, acoso, violación y pagos sexuales. Tras el reportaje, decenas de mujeres comenzaron a compartir sus historias y Weinstein fue despedido de Weinstein Co., la productora que él mismo cofundó. 

Abrió este caso, además, la brecha. Se formó el movimiento #MeToo y se destaparon secretos ocultos en la meca del cine y otras profesiones. Llegó el caso de Roman Polanski, por ejemplo, que venía de 1977.  El director, de 43 años en ese entonces, drogó y obligó a una menor, de 13, a mantener relaciones sexuales después de una sesión fotográfica, delito por el que fue arrestado. Polanski se declaró culpable y pasó 42 días en la cárcel, pero estando en libertad bajo fianza y ante el temor de tener que volver a prisión para cumplir una condena mucho más severa, huyó de EEUU a finales de 1978. Sus pasos se han reducido y otras dos mujeres le han acusado de agresión.

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Llegó también el asunto Woody Allen. En 2014, Dylan Farrow relató, en una carta dentro de un blog de The New York Times, el abuso sexual que había sufrido cuando tenía siete años por parte de su padre, este cineasta (entonces emparejado con Mia Farrow). "Cuando tenía siete años, Woody Allen me tomó de la mano y me llevó a un oscuro desván en la segunda planta de nuestra casa. Me dijo que me tumbara bocabajo y que jugara con el tren eléctrico de mi hermano. Entonces abusó de mí sexualmente", relató la escritora. El director neoyorquino rechazó las acusaciones y las calificó de "falsas y lamentables", incluso dedicando páginas de sus memorias a esclarecer la historia.

Otro nombre fuerte de estos temas delictivos fue Kevin Spacey. El actor Anthony Rapple le acusó públicamente de acoso sexual, asegurando que el protagonista de House of Cards intentó abusar de él en 1986, cuando tenía 14 años y la estrella, 26. Spacey aseguró que no recuerda haberse comportado de forma inapropiada con Rapp, pero que, si fue así, le debe "la más sincera disculpa". Se sumaron otros testimonios y denuncias parecidas, pero en julio de este año salió absuelto de todas. Mientras, anularon su presencia en series y películas. 

En el mismo saco entra Louis CK, que fue acusado por conducta indebida al masturbarse frente a varias compañeras de oficio. El cómico admitió los hechos, sin que llegaran a condenarle, pero sí cancelando giras y estrenos. Y otro comediante, Bill Cosby, se enfrentará a un nuevo juicio después de haber sido declarado culpable: en total, más de 50 mujeres han acusado al actor. 

Y se pueden incluir dos celebridades más. En 2010, Amanda White, productora de la película I'm Still Here, y la cineasta Magdalena Gorka presentaron una demanda contra el director de la película, Casey Affleck. Acusaban al hermano de Ben Affleck de acoso sexual y de infringirles intencionalmente "angustia emocional". Ambos casos fueron resueltos fuera de la corte. Y otro que fue acusado de conducta inapropiada por Lisa Guerrero, actriz y corresponsal de Inside Edition es Steven Seagal. Según contó, tuvo una serie de incidentes durante su audición y durante el rodaje de la película Fire Down Below.