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Ya lo dijo Christian Dior, quien fue admirador y a la vez rival: “La alta costura es como una orquesta cuyo director es Balenciaga. Los demás modistas somos los músicos que seguimos las indicaciones que él nos da”. Causaba mucha expectación el primer proyecto de Disney+ en España. Aunque la plataforma ya había distribuido títulos de producción española, no se había implicado en su producción hasta el momento. Desde que se anunció que su primera serie española sería sobre la vida y obra de Cristóbal Balenciaga, considerado uno de los iconos imprescindibles de la alta costura, el servicio de vídeo bajo demanda realizaba toda una declaración de intenciones.

La expectación y la declaración de intenciones fueron a más cuando se supo que el trío de cineastas compuesto por Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga se haría cargo tanto de la realización de la ficción como serían cocreadores junto con Lourdes Iglesias. El trío sigue inmerso en las producciones de época, es su tercer proyecto ambientado en el pasado tras ‘Handia’ y ‘La trinchera infinita’ (por la que se llevaron la Palma de Plata a la mejor dirección en el Festival de San Sebastián). Y, tal y como sucedía con los títulos mencionados, también en una producción basada en hechos reales. Ahora bien, también es un retorno a las raíces, dado el origen vasco del modista. Los tres tenían un ambivalente lienzo en blanco.

Y es ambivalente porque la obra de Balenciaga es ampliamente conocida, es uno de los iconos más representativos de la alta costura, con diseños únicos que deslumbraron a la sociedad parisina de los años 30, en pleno apogeo de Coco Chanel y años antes del surgimiento de otros grandes como Christian Dior o Hubert de Givenchy. Dos años después de desembarcar en París, el modista deslumbró con su vestido Infanta. Entre sus diseños están varios muy recordados como la línea Barril o el traje semientallado.

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Admirador del estilo de elegancia de la mujer japonesa, la sensualidad de sus diseños miraba más hacia Oriente. Con diseños que deslumbraban por los pequeños detalles, como los bordados a mano o la pedrería. Su obra ha sido analizada hasta el más mínimo detalle, de ahí su veneración. Sin embargo, todo lo archiconocido de sus diseños es lo opuesto respecto a su vida personal. Envuelto en un halo de misterio, la serie ahonda en quién era el hombre detrás del artista. La serie tiene como punto de partida la entrevista que concedió el modista a la periodista británica Prudence Glynn, tras el funeral de Coco Chanel.

Escena de 'Cristóbal Balenciaga'.

Un cuidado y respetuoso homenaje al modista

Bajo esa mirada retrospectiva, Balenciaga muestra su rostro más desconocido y la ficción aprovecha esas lagunas de su biografía para crear un elegante homenaje al artista. Garaño, Arregi y Goenaga, quienes firman los guiones de los seis episodios junto con Lourdes Iglesias, cuidan hasta el más mínimo la historia del diseñador y saben sacar provecho a los seis capítulos. Un problema que tienen los biopics es que buscan abarcar buena parte de la vida de la persona célebre que retratan o sólo se enfocan en un momento concreto.

La miniserie sabe seleccionar los momentos concretos del modista desde su llegada a París en 1937 hasta su fallecimiento. Lo hace con el mínimo detalle, donde el diseño de vestuario (confeccionado por Bina Daigeler y Pepo Ruiz Dorado) desempeña un papel fundamental. Con un guion que sabe rendir tributo a Balenciaga (cubriendo las sombras y misterios de su vida de manera respetuosa y realizando un estupendo ejercicio de contextualización de los hechos históricos), este se vale de la importancia del vestuario.

Escena de 'Cristóbal Balenciaga'.

Los diseños hablan del cambio de época, tanto en las diferentes colecciones como en cómo visten desde el propio modista a su pareja, su círculo cercano o las mismas costureras. Por supuesto, cada episodio va hacia delante en la historia y aprovecha para tener cierta temática en cada uno de ellos. El primero son los orígenes, el segundo ahonda en el complicado equilibrio de elegir ser neutral en un momento histórico en el que cada gesto tenía una interpretación, el tercero muestra el surgimiento de Dior como su rival, el cuarto explica por qué los más puristas de las reglas consideraron a Balenciaga como un rebelde de alta costura, el quinto cierra el círculo con sus inicios, mientras que el sexto muestra el ocaso de un monarca que nunca dejó de reinar.

Bien podría decirse que la miniserie de Disney+ es la respuesta a lo que Paul Thomas Anderson hizo en El hilo invisible. La cinta se inspiró en el obsesivo perfeccionismo del modista para crear a un diseñador misántropo. En cierta forma, el propio Balenciaga lo era, pero la ficción de Disney+ muestra su lado humano, sus constantes contradicciones y cómo la discreción a la hora de vivir su sexualidad que reivindicada dándole una visibilidad propia de la actualidad.

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Todo cuidado hasta el más mínimo detalle, en el que el vestuario marida a la perfección con el diseño de producción y la escenografía, obra de Mikel Serrano (sumado a localizaciones en lugares tan importantes como San Sebastián, Pamplona, Madrid, París, Burdeos y Toulouse); música que le da esa elegancia y épica propia del cine, firmada por Alberto Iglesias; además de una fotografía muy cuidada, de Javier Agirre, quien ya trabajó con Garaño, Arregi y Goenaga en sus anteriores trabajos.

Escena de 'Cristóbal Balenciaga'.

El legado de Balenciaga, más vivo que nunca

Por supuesto, aplauso más que sonoro para Alberto San Juan. Pocas veces ha podido vérsele en un papel tan opuesto a los que ha solido defender, teniendo ya de por sí una carrera de lo más prolífica. San Juan sabe mimetizarse con la psique del modista, lo comprende y lo miro de igual a igual, mostrando el poder de la moda como arte y de la pasión desmedida que Balenciaga tuvo en sus diseños. No es el único que brilla, toca aplaudir el casting internacional de la miniserie, con Gemma Whelan, Anouk Grinberg y, especialmente, Thomas Coumans. También mención para talento nacional con Belén Cuesta metiéndose en la piel de Fabiola de Bélgica o Josean Bengoetxea como su socio Nicolás Bizkarrondo.

"Un buen couturier debe ser arquitecto de la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida", dijo el afamado modista. Cristóbal Balenciaga vuelve a reivindicar la mirada de Garaño, Arregi y Goenaga como cineastas que saben cuidar hasta el más mínimo detalle, sabiendo retratar la elegancia y la obsesión con la belleza desde un lado íntimo que evoca a Loreak, uno de sus trabajos más aplaudidos. Disney+ debuta por la puerta grande en una producción que ya demuestra que aspira a traer la elegancia y esas producciones cuidadas al milímetro que recuerdan que este tipo de producciones tienen cabida en la pequeña pantalla. A Movistar Plus+ y a RTVE le ha salido un sólido competidor.

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