Crítica: 'El problema de los 3 cuerpos', un apasionante thriller de ciencia ficción a la altura de las expectativas
Había mucho en juego con esta adaptación de la laureada obra de Cixin Liu. Para suerte de todos no decepciona. Texto libre de spoilers.
Cualquiera que sea la opinión que se tenga del final de Juego de tronos, tras ver la serie El problema de los 3 cuerpos en Netflix, será justo reconocer que David Benioff y D.B. Weiss -que aquí colaboran a seis manos con Alexander Woo (El terror: Infamia)- tienen una enorme capacidad para trasladar a la pantalla obras magnas aparentemente inadaptables, complaciendo por igual tanto a conocedores del material original como recién llegados y haciendo televisión de la buena: entretenida.
Antes de continuar, y adelántadome a la posible pregunta diré que no es necesario haber leído antes los libros. Nunca debería serlo, pero en este caso en particular sus tres creadores diseñaron la serie para que tener conocimientos previos de la obra original no fuera un requisito para disfrutarla o entenderla. En mi caso, antes de ver los episodios no había leído siquiera la sinopsis de la serie o la novela, y en ningún momento sentí que me estuviera perdiendo algo.
La serie interconecta tres historias ambientadas con varias décadas de diferencia: la ejecución pública de un científico durante la Revolución Cultural de Mao en los años 60, la decisión que toma una astrofísica en una remota base militar secreta en la China de los años 70, y cómo todo esto afecta al presente, cuando en 2024 los experimentos científicos más importantes del mundo empiezan a fallar.
Y los físicos más brillantes empiezan a morir por suicidio de forma inexplicable.
"La ciencia está rota", dice uno de los personajes, y mientras tanto hay en circulación unos cascos de realidad virtual futuristas, personas que empiezan a ver una cuenta atrás en su campo de visión que nadie más puede percibir, y noches en las que las estrellas parpadean al unísono o dejan de hacerlo como si el firmamento fuera un espectáculo de drones de Disneyland.
Qué está pasando con la ciencia, por qué las fórmulas de la física teórica han dejado de ser fiables, quién está detrás de los suicidios de las mentes más brillantes del planeta... La resolución de estos grandes misterios recae en el detective Clarence Da Shi (Benedict Wong), que trabaja a las órdenes de Thomas Wade (Liam Cunningham), persona a cargo de una operación de inteligencia de élite.
Las primeras pesquisas los llevan hasta un grupo de jóvenes y brillantes científicos que la serie denomina "los cinco de Oxford". Estos personajes que viven en el Reino Unido representan el mayor cambio de la adaptación de Netflix con respecto a la novela de Cixin Liu, en la que sus papeles son desempeñados por un único personaje: un becario de nanotecnología en China.
Esta desviación con respecto a la obra original permite una diversificación étnica del elenco con la que los showrunners querían representar "en la medida de lo posible, a toda la humanidad", explica Benioff en el dossier de prensa de Netflix. "Queríamos gente de todo el mundo para representar la idea de que no se trata solo de la lucha de un país contra esa gran amenaza, sino de una lucha global por sobrevivir".
Además de cubrir ese objetivo de globalización, del que no puede obviarse su interés comercial, y para el que contaron con la absoluta bendición del autor de la trilogía (aunque también pueda calificarse como "whitewashing" por 'occidentalizar' la historia original), les permite cumplir otro mayor, uno narrativo.
Dado que esto es televisión y no literatura, a través de la interacción de estos personajes, la serie puede hablar de forma más orgánica sobre las cuestiones filosóficas y científicas más complicadas del libro usando a sus personajes como avatares de sistemas de creencias y posturas ideológicas con respecto a los dilemas que plantea la historia.
¿Es improbable que todos los miembros de este grupo de amigos estén relacionados con la gran amenaza de la que depende el futuro de la humanidad? Por supuesto, pero siempre podemos elegir ver esta conexión como un homenaje a Perdidos. Los espectadores interesados en una interpretación más literal de la historia de Liu siempre podrán acudir a la minuciosa adaptación china estrenada en 2023, en la que solo encontrarán algunas omisiones debido a la censura.
Y esa gran amenaza que amenaza el futuro del planeta es una invasión alienígena.
Pánico masivo, fervor religioso, negacionismo, posverdad, indiferencia... La crisis existencial que explora la serie y las posibles respuestas del ser humano ante ella se sienten más actuales que nunca después de haber vivido una pandemia gobal. En una época en la que se está haciendo casi imposible saber qué es cierto y qué es falso, y cuando todo puede manipularse con inteligencia artificial, el panorama que plantea la serie es terrorífico.
El problema de los 3 cuerpos de Netflix pudo haber sido muchas cosas, entre ellas una serie muy densa y muy seria, así que se agradece que haya sabido equilibrar los elementos de ciencia ficción con los de un thriller con ritmo, y añadirle algún que otro momento de ligereza. Porque la solemnidad no es sinónimo de prestigio, solo una promesa de aburrimiento. Afortunadamente con esta serie el tedio no es una opción.