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El esperado nuevo álbum de Taylor Swift, The Tortured Poets Department, el undécimo de su carrera, ya está disponible para los fans de la artista, y entre las 31 canciones de esta antología de "poesía torturada" hay una titulada Clara Bow, que ha despertado la curiosidad de los fans.

"Te pareces a Clara Bow bajo esta luz", canta Taylor Swift en la canción número 16 del álbum, titulada como la estrella de cine de los años veinte, cuya carrera terminó a los 28 años, pero que siempre será recordada como la 'It Girl' original.

Los duros comienzos 

Bow nació como Clara Gordon Bow en Brooklyn, Nueva York, el 29 de julio de 1905. Pelirroja y con ropa desgastada, fue objeto de burlas en la escuela por su situación económica y su tendencia a tartamudear. Pero adoptó una personalidad fuerte y se comportaba a la manera de las mujeres que llamaban "marimachos" en su época.

Los chicos de su barrio, sin embargo, la respetaban por ser la corredora más rápida, la mejor lanzadora y la luchadora más dura de su grupo. Reflexionando sobre sus años como "marimacho", Bow recordaba más tarde en una entrevista de 1928 con la revista Photoplay: "Era tan buena en cualquier juego como cualquiera de los chicos. E igual de fuerte. Siempre me aceptaron como si hubiera sido una de ellos... Nunca sentí que hubiera ninguna diferencia entre nosotros".

Cuando tenía 16 años, su madre sufrió un traumatismo craneal y empezó a tener ataques epilépticos y episodios psicóticos. Bow tuvo que hacerse cargo de ella y enfrentar situaciones como despertarse en medio de la noche y encontrar a su madre con un cuchillo de carnicero en su garganta.

"Voy a matarte, Clara", le decía su madre en esos momentos, según recoge la biografía de David Stenn, Clara Bow: Runnin' Wild, publicada en el año 2000.. "Será mejor". Su madre fue enviada finamente a un asilo público, pero la situación de Bow no mejoró por ello, ya que quedó a cargo de su padre alcohólico, por parte de quien sufrió abusos sexuales.

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Bow se refugiaba de las desagradables realidades a las que se enfrentaba en casa y en la escuela escapando al cine cuando podía reunir unos peniques. "Por primera vez en mi vida supe que había belleza en el mundo", contó a Photoplay en una entrevista en 1928.

"Por primera vez vi tierras lejanas, hogares serenos y encantadores, romance, nobleza, glamour. Todo mi corazón ardía y mi amor era el cine. No sólo la gente de la pantalla, sino todo lo que esa mágica lámina de plata podía representar para un niño solitario, hambriento e infeliz". Hipnotizada por las fantasías proyectadas en la pantalla, Bow estaba decidida a convertirse en actriz.

En 1921, un concurso nacional de Fama y fortuna llamó la atención de Bow con la oferta de un papel en una película como primer premio. Envió su fotografía y, para su sorpresa, fue invitada a hacer una prueba de cámara. Le siguió otra prueba. Y luego otra. Finalmente, tras cinco pruebas, Bow fue declarada ganadora del concurso.

Su prometido papel en el cine se quedó en el suelo de la sala de montaje de Más allá del arcoíris (1922). Pero no estaba dispuesta a rendirse. "Me agoté intentando encontrar trabajo, yendo de estudio en estudio, de agencia en agencia, solicitando todos los papeles posibles", declaró a Photoplay. Por fin, consiguió el papel de polizón en Down to the Sea in Ships (1923).

El pequeño papel se basaba en sus duras experiencias infantiles como "una más" en las calles de Brooklyn. Hizo una interpretación enérgica que saltó de la pantalla y convenció a un productor para que la enviara a Hollywood para una prueba de tres meses. En julio de 1923, cuando aún no había cumplido 18 años, Bow se embarcó en un tren rumbo al oeste, a California.

En Hollywood, las actuaciones de Bow no tardaron en llamar la atención. Su exuberante energía y su expresivo rostro iluminaban la pantalla. En diciembre de 1923, la revista Motion Picture informó sobre las muchas compañías cinematográficas que buscaban los servicios de Bow. En una época en la que los estudios producían rápidamente películas para satisfacer la demanda popular, Bow trabajaba sin descanso, a veces actuando con dos o tres compañías cinematográficas diferentes al mismo tiempo.

En muchos de sus papeles, Bow personificó a la emblemática "flapper" de los años veinte: una fiestera amante de la diversión y sexualmente liberada que bebía, fumaba, usaba jerga, se peinaba, se maquillaba y se acortaba las faldas. Al igual que las marimachos que también formaban parte de su repertorio, los papeles de flapper de Bow desafiaban las normas de género convencionales.

La 'It Girl' original

Bow dotaba a sus actuaciones de una seguridad en sí misma y una sensualidad que anunciaban un nuevo modelo de feminidad moderna. "Tenía que hacerme un hueco. Tuve que crearme un personaje", confesó a Photoplay.

Los temas subidos de tono sugeridos por títulos como Daughters of Pleasure (1924), My Lady's Lips (1925) y The Adventurous Sex (1925) culminaron en la película It (1927), la adaptación de una novela de Elinor Glyn.

El concepto que hoy conocemos como "It Girl" surgió de esa película, en la que interpretó a una vendedora cuyo jefe se enamora de ella. Su aspecto en It, una personalidad alegre, labios arqueados y cara de muñeca, se convirtió en la gran tendencia del momento. Ella sin duda tenía el potente "factor It", que puede describirse como una irresistible combinación de encanto carismático y atractivo sexual.

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En los años siguientes, Bow se convirtió en la imagen de los locos años veinte. Llegó a rodar 57 películas en total, 11 de las cuales eran películas sonoras. Fue una de las pocas actrices que saltó con éxito del cine mudo. 

Su película de 1927, Wings, sobre un triángulo amoroso entre Bow y dos pilotos, ganó el primer Oscar a la mejor película. Y el escritor F. Scott Fitzgerald dijo de ella que era "alguien que agitaba todas las pulsaciones de la nación".

Esquizofrenia, electroshock e intentos de suicidio

Tuvo romances con actores como Gary Cooper (su coprotagonista en Hijos del divorcio, de 1927) y directores como Victor Fleming. La prensa sensacionalista escribió sobre ella relatos verdaderamente escandalosos y viles que llegaron a decir que había tenido sexo con su perro. La presión era excesiva.

Bow había tenido problemas de salud mental a lo largo de su vertiginosa carrera, señala Stenn, posiblemente causados por su traumática infancia. "La historia de los símbolos sexuales en el cine es la historia de las mujeres que han sufrido abusos sexuales", afirma.

En 1931, cuando tenía 25 años, Bow ingresó en el sanatorio de Glendale, escribió L.A. Magazine. Al salir se casó con un actor y político llamado Rex Bell, con quien se retiró para tener dos hijos en Nevada y vivir en el rancho The Walking Box, pero sin su trabajo para mantener estabilizados sus problemas mentales, experimentó una espiral.

"Estaba profundamente traumatizada antes de llegar a Hollywood, pero trabajar le proporcionó una salida creativa satisfactoria", dice Stenn. "Estaba muy orgullosa de su carrera. Se llamaba a sí misma 'chica trabajadora' y era una persona hecha a sí misma. Siempre decía que una carrera era más importante para mí que el matrimonio. Entonces no se podía decir eso".

Según el Museo Nacional de Historia Americana, en esa época le diagnosticaron esquizofrenia e intentó suicidarse. En 1949 se sometió a una terapia de electroshock y en 1950 regresó sola a Hollywood, donde se mantuvo alejada de los focos y recibía pocas visitas, dice Stenn. "Era una forma de controlar su vida", explica. "Cuando salía, lo hacía disfrazada.

Alrededor de un tercio de sus películas mudas se han perdido hoy en día, declaró Stenn este año a The Kansas City Star. Sin embargo, recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1960, y una caricatura de Al Hirschfeld se utilizó en un sello de correos de 1994.

Su conexión con Taylor Swift

Bow fue una de las primeras celebridades y símbolos sexuales de Hollywood y puede que la atención extrema que recibió por parte de la prensa haya sido una de las cosas que haya cautivado la imaginación de Swift. Al menos, así lo piensa el biógrafo David Stenn.

"Si tuviera que aventurar una conjetura, diría que lo que le atrajo fue que Clara Bow fue a la vez celebrada y condenada en los medios de comunicación de una manera que las estrellas masculinas nunca fueron", dijo Stenn a Today.

"No creo que ese doble rasero, por desgracia, haya desaparecido. Esta idea de una mujer fuerte e independiente sigue siendo una amenaza para mucha gente en nuestra cultura, sobre todo cuando tiene talento".