Dos años después de que se estrenara la tercera tanda de capítulos y tras haber visto su refrescante spin-off Gen V, por fin ha vuelto The Boys con su temporada 4. Y lo ha hecho pisando muy fuerte, encontrando siempre la forma de hacerse más grande a través del gore y la sangre, el humor más afilado y la crítica social más actual. Sabiendo ahora que se trata de la antesala del final, es posible que los espectadores la reciban con los brazos incluso más abiertos que de costumbre.

La tercera entrega tuvo un final realmente explosivo. Vimos a Patriota (Antony Starr) reaccionando de una forma agresiva contra un fan de Luz Estelar (Erin Moriarty) y todo apuntaba a que estaban buscando la excusa ideal para declarar una guerra. 

Los nuevos episodios retoman la historia meses después de esto, cuando Patriota se prepara para asumir lo que ha hecho. Y rápidamente se traslada hasta el resultado de unas elecciones que pillan a The Boys y los Supers de Vought en extremos opuestos en la línea de pensamiento.

Sabiendo que hasta ahora la serie se ha dedicado a ejercer de espejo de un presente y una realidad dominada por la crispación, lo más lógico era que en su siguiente temporada se planteara lo que ocurre tras esto. Y es por ello por lo que, en medio del desfile de vísceras y la lluvia de sangre, el siguiente paso natural en la serie ha sido plantar en el centro de la narrativa a Patriota y su hijo. Es una forma de mostrar cómo el clima sigue siendo el mismo y cómo parece que nadie se pone de acuerdo para elegir el camino que parece más sencillo para solucionar el problema.

Esta indecisión toma la forma de Ryan (Cameron Crovetti) y es muy interesante de ver cómo se plantea la posible dualidad sobre sus poderes. El joven puede escoger entre inclinarse a favor o en contra de su padre, que ahora está muy centrado en entrenarle y mantenerle bajo control todo lo posible.

Y mientras Patriota manipula a su hijo a su antojo, se enfrenta a un juicio por asesinato en medio de su extraña colaboración con Victoria Neuman (Claudia Doumit), y conoce a las dos miembros nuevas de los Siete, el resto de personajes también tienen tiempo de ocuparse de su familia. Es el caso de Hughie (Jack Quaid), que duda entre seguir participando en las misiones con The Boys o cuidar de su padre enfermo.

Por otro lado, está Annie -también conocida como Luz Estelar-, que compagina el liderazgo de un grupo activista con su colaboración con The Boys. Y también Frenchie (Tomer Capone) y Kimiko (Karen Fukuhara), que tratan de gestionar y lidiar con sus emociones acompañados de Leche Materna (Laz Alonso). No pueden contar con Billy Carnicero (Karl Urban), que les ha traicionado varias veces y, además, está gravemente enfermo por usar el Compuesto V.

A lo largo de sus tres primeros episodios -los que se han estrenado en Prime Video hasta ahora-, la serie no sólo ha vuelto en forma y con una entrega que sacia la sed de los fans, sino que además consigue equilibrar todas sus líneas narrativas y ses atreve a explorar un lado más oscuro. Tanto haciendo uso de su mordaz comedia negra como a través de su estética y mostrando las entrañas más censurables de los personajes. 

Y todo ello en dosis concentradas que, aunque quizá serían más accesibles si tuvieran menos metraje, no dejan de estar a la altura de lo que hemos visto antes. La temporada 4 de The Boys es el destino al que estábamos deseando volver, incluso a sabiendas de que es una serie que nos incomoda y nos enfadan muchísimo. Seguiremos acudiendo a ella porque a veces consigue despertarnos la necesidad de actuar o de hacer lo que podamos para hacer más habitable la hostilidad del mundo en el que vivimos.

Además, aunque sea especialmente conocida por todos los elementos previamente mencionados, en su cuarta temporada, The Boys también sabe sorprendernos con su lado más emocional. Mientras Patrriota sucumbe a las profundidades de la locura y el desquicie más absoluto, es Hughie quien nos regala los momentos más emotivos, demostrando que no sólo está ahí para ser la sombra de Annie y dejar que le salve todo el rato, ni tampoco para que le veamos cubierto de sangre.

En esta cuarta entrega habrá tiempo para el disfrute en todos los sentidos y desde muchos prismas emocionales distintos. Y como ya es costumbre, volverá a trazar un final de los que te dejan al borde del asiento. Habiendo visto esta temporada -y contando con el regreso de Gen V-, podría decirse que el de The Boys es un universo al que siempre merece la pena volver. Y también que será muy triste decirle adiós a la serie original cuando termine.