El crimen que conmocionó a un país: "La historia de Lucrecia Pérez demostró que España no es ajena al racismo"
Los creadores de 'Lucrecia: Un crimen de odio', la docuserie de Disney+, hablaron con EL ESPAÑOL sobre el primer asesinato racista en España.
El asesinato a tiros de una mujer negra e inmigrante en las ruinas de una discoteca de Madrid en 1992 conmociona a la sociedad española y provoca una reacción social sin precedentes. Se trata de Lucrecia Pérez, la protagonista de la nueva serie documental que estrena Disney+.
Lucrecia: Un crimen de odio cuenta cómo, tras la imagen de país moderno y democrático que España ha proyectado al mundo con las Olimpiadas de Barcelona y la Expo’92 celebrada en Sevilla, crece un movimiento inquietante que conecta directamente con la actualidad: los grupos extremistas, el racismo y la violencia.
Tres décadas después, la historia de Lucrecia Pérez se convierte en un viaje a las raíces del odio. Un relato emocionante con material de archivo inédito y testimonios en primera persona del crimen que pasó a la historia como el primer asesinato racista de España.
Aunque hayan pasado más de treinta años de aquel crimen, la discriminación y la xenofobia siguen siendo temas muy actuales. Por eso mismo, esta docuserie llega en un momento muy oportuno, como excusa para recordar un episodio concreto de nuestra historia reciente o para que los que no lo vivieron se animen a descubrirlo.
Sobre cómo se hizo y cómo Lucrecia: Un crimen de odio conecta con nuestro presente hablaron sus creadores David Cabrera (Six Dreams, El Pionero) y Garbiñe Armentia (Muerte en León. Caso Cerrado, Six Dreams) con EL ESPAÑOL | SERIES & MÁS.
¿Cuál es el punto de partida que os anima a iniciar este proceso creativo? ¿Creíais que este era un momento oportuno para recordar este episodio de nuestra historia?
David Cabrera: Verás, es que, en cuanto al punto de partida o si se trataba de una coincidencia con el presente... Resulta que empezamos a trabajar en esto con Disney hace dos años. Después, ha coincidido en el presente con un momento de enorme vigencia, pero no estaba en nuestros cálculos. Aunque sí, cuando empezamos a fijarnos en la historia, ya hace dos años la tenía y ahora sigue teniendo una enorme vigencia. Treinta años después, el asesinato de Lucrecia Pérez no se ha quedado anclado en el pasado. Ha seguido siendo un episodio muy actual.
Y cuando empezamos a buscar en el material de archivo descubrimos que había mucho material. Entendimos que tenía mucho sentido volver a narrar esa historia, profundizar en ella y traerla al presente desde la mirada que nos proporciona que hubiesen pasado 30 años, que a veces no ha pasado el tiempo suficiente con un suceso como para narrarlo. Aquí sí había una distancia de tiempo que permitía una mirada muy interesante.
Garbiñe Armentia: Me acuerdo cuando me propuso la historia David, que mi sensación fue decir: 'Alguien tiene que contar esta historia. No sé si la vamos a contar nosotros, pero alguien tiene que contarla'.
"España como país no es racista, pero sí que tiene un problema con el racismo"
¿Creéis que la sociedad de entonces ha cambiado con respecto a la de ahora? ¿Es España un país racista?
David Cabrera: Vamos a ver, España como país no es racista, en el sentido de que la Constitución Española no dice que España sea un país racista. Sin embargo, otra cosa muy diferente es decir que España sea un país que tenga un problema con el racismo. A mí me parece curioso que 30 años después nos sigamos haciendo la misma pregunta. Si nos la hacemos es porque no asumimos que, socialmente, como sucede en otras sociedades europeas y de todo el mundo, nadie es ajeno al problema del racismo.
Es muy posible que en España vivamos instalados en una certeza de que una parte amplia de la población en España no tiene un problema con el racismo. Pero eso no es un juicio de la sociedad española. Esta historia concreta nos demostró que no éramos un país ajeno o inmune al racismo. Y claro que se puede hablar de vigencia, porque si esto no estuviese vigente hoy, nos parecería una cosa marciana. Y si no lo parece, es actual, porque ese caldo de cultivo sigue siendo parcial.