Qué pasó al final del episodio 2x04 de 'La casa del dragón': dos muertes, una emboscada y una traición
En 'El dragón rojo y el dorado', hemos visto el primer baile de la Danza de dragones y ha sido espectacular, cruel y mortal.
Todos los que se quejaron porque el tercer episodio de La casa del dragón era de relleno o que les habían robado la batalla del Molino ardiente se habrán llevado una grata sorpresa con el de esta semana. Especialmente, con los últimos 20 minutos, repletos de sangre, fuego, muerte y destrucción.
**Si no habéis visto el episodio 2x04, seguid leyendo bajo vuestra propia responsabilidad porque a partir de aquí habrá spoilers de todo tipo**.
"Después de que Rhaenyra se asegurara de que no había otra forma de acabar con este conflicto que no fuera la guerra, los dragones vuelan y la danza comienza". Esa es la sinopsis oficial de HBO del episodio El dragón rojo y el dorado, en el que Daemon charla con Alys Ríos y tiene más visiones; Alicent bebe té de la luna mientras intenta negociar con el error que pudo haber cometido con Aegon y los dragones bailan al ritmo de los tambores de guerra cobrándose las primeras víctimas.
Aunque todas las escenas son comentables (incluida la de Rhaenys con Lord Corlys, que empieza a confirmar en pantalla el origen de los hermanos Alyn y Addam de Hull), es inevitable empezar por el final, un momento esperado por todos, porque aunque en Juego de tronos ya habíamos visto dragones en batalla, la gran diferencia es que allí luchaban en el mismo bando.
La emboscada
En lo que respecta a esta, la primera gran batalla de la temporada, la estrategia fue ideada por Criston Cole, Lord Comandante de la Guardia Real y la nueva Mano del Rey Aegon II Targaryen con la colaboración de Aemond sin consultarlo con nadie más del Consejo.
El plan era sencillo: forzar la sumisión de las casas cercanas de las Tierras de la Corona que estaban aliadas con la reina Rhaenyra Targaryen: los Rosby, los Ryyker y los Darlkyn del Valle Oscuro (Dunkensdale) y en lugar de dirigirse a Harrenhaal, avanzar con esos ejércitos para sitiar el Reposo del Grajo (Rook's Rest) y obligar así a Rhaenyra a enviar a uno de los dragones del bando negro a defender el pequeño, insignificante y débilmente fortificado castillo.
Rhaenyra cayó en la trampa y, tras ser convencida de que no fuera ella misma a lomos de Syrax y de que ella se negara a que acudiera Jace, permitió que Rhaenys volara a Reposo del Grajo con su dragón, Meleys.
Al ver a Meleys surcar los cielos, el ejército dirigido por Criston Cole temió lo peor, y aunque la muerte indiscriminada de muchos fue inevitable, Cole sonrió porque todo formaba parte del plan, y él sabía que Aemond estaba escondido en el bosque con la temida Vhagar esperando su señal.
La muertes
Dirigida con serenidad por su gran jinete, "la reina que nunca fue", Meleys sembró el pánico por un momento incinerando a sus oponentes con fuego de dragón. También lo hizo cuando apareció por sorpresa Aegon a bordo de Fuegosolar, un dragón más pequeño y con un jinete experimentado, un adversario sobre el que podría imponerse con facilidad.
Y así lo hizo.
Por un momento, parecía que el Equipo negro podría sumar esta victoria. Hasta que apareció Vhagar. Aegon agradece a los cielos cuando ve que su hermano llega en su rescate, pero esa tranquilidad repentina pronto se transforma en horror cuando se da cuenta de que Aemond ordena a Vhagar con un Dracarys que queme a ambos dragones indiscriminadamente.
Al ver a Vhagar, Rhaenys comprende que no saldrá viva de ese enfrentamiento. Incluso cuando la batalla ya parece perdida, Rhaenys empuja a Meleys para intentar infligir daño a Vhagar, obligando a la bestia a estrellarse contra el ejército de los Verdes, llevándose por delante varios soldados, antes de ser derrotada. Tanto Meleys como Rhaenys mueren como héroes.
La traición
Con lo que no contaba Criston Cole, que veía complacido cómo su plan marchaba a la perfección, era con que su rey, Aegon II, iba a aparecer de repente a lomos de su propio dragón, borracho y herido por la humillación pública en perfecto valyrio a manos de su hermano menor frente al Consejo verde, y las duras palabras de su madre, que le dijo que de él solo se esperaba que no hiciera "nada".
Ansioso por demostrar su valía como rey Targaryen, Aegon decide unirse a la batalla por su cuenta y poniendo casi en peligro todo el plan. Cole entra en pánico cuando Aegon entra en batalla con los más viejos, grandes y experimentados Meleys y Rhaenys. Algo sobre lo que no tendrá control, porque como rápidamente se dará cuenta, esta guerra se luchará en el aire.
Ni siquiera tiene control sobre Aemond, su aliado en este plan. No sabe a ciencia cierta si fue una tración premeditada, pero desde luego sí que no hizo nada para proteger a su hermano de su propio fuego. Y solo puede imaginar lo que podría haber pasado si no hubiera llegado a tiempo para impedir que se acercara al cuerpo indefenso en un lugar en el que no había testigos.
En Fuego y sangre, el plan de Cole incluye la aparición por sorpresa de Vhagar y Fuegosolar, por lo que los dos hermanos trabajan juntos para derrotar a Rhaenys y eliminar al primer dragón del bando negro del tablero. Las heridas de Aegon y su dragón tambiéns se producen según el libro, pero como un daño colateral durante la lucha de los tres dragones en los cielos.
¿Está muerto Aegon?
El episodio acaba de forma ambigua y deja esa respuesta un poco abierta. Si no quieres saber nada más y esperar a la resolución cuando se emita el quinto episodio no sigas leyendo. Nos vemos la próxima semana.
Según el libro Fuego y sangre, Aegon no muere en esa batalla, pero sí queda gravemente herido por las quemaduras, ya que prácticamente gran parte de su cuerpo se fundió con la armadura de acero valyrio del Conquistador.
Tal como se ve en el tráiler del próximo episodio, sus restos son llevados a Desembarco del rey, donde es recibido con honores por haber "matado" a Meleys y Rhaenys, porque así es como se construyen las narrativas para manipular al pueblo en tiempos de guerra.
Esa no es confirmación de que esté muerto o vivo, y aunque lo más probable es que sí lo esté, lo único que es seguro es que no está en condiciones de sentarse ante la mesa del Consejo y que es su hermano Aemond quien ocupará, al menos temporalmente, su lugar.