Publicada
Actualizada

Apenas hace falta ver un fotograma para identificar a una película con su director. Incluso sin saber o recordar su título, a veces solo basta con ver el encuadre o la gama cromática elegidos para saber de qué cineasta se trata. Ocurre, por ejemplo, con Wes Anderson, un director que se caracteriza por hacer uso de una excéntrica dirección de fotografía, situar sus historias en escenarios llamativos y extravagantes, o por elegir a un reparto icónico para retratar a unos personajes con los que es fácil identificarse.

Utilizando miniaturas repletas de detalles, composiciones simétricas, paletas de colores llamativos y contrastando movimientos de cámara rápidos y lentos, Anderson tiene un estilo de dirección realmente único.

Y dentro de su filmografía, destaca en particular la que quizá sea su mejor película: El Gran Hotel Budapest, que acaba de cumplir diez años desde que se estrenó en 2014. Un filme ideal para descubrir al director que ganó 4 premios Oscar y que está disponible en el catálogo de Disney+.

Lo mejor de Wes Anderson

Tráiler | 'El Gran Hotel Budapest'

Después de veinte años haciendo cine, Wes Anderson estrenó en cines El Gran Hotel Budapest, un filme que sin duda siguió afianzando su carrera como un director respetado capaz de innovar con cada una de sus películas.

En ella seguimos a Monsieur Gustave (Ralph Fiennes) y su protegido Zero (Tony Revolori), que trabajan en el llamado Gran Hotel Budapest. O eso hacían hasta que Gustave es acusado de asesinato.

Esta acusación traerá consigo una reacción en cadena en la que veremos un desfile de personajes irreverentes movidos por el miedo, la traición, los celos, el amor o la lealtad. En medio del caos, Monsieur Gustave y Zero tratarán de hacer justicia.

Uno de los aspectos más destacados de este largometraje es su manera de retratar a sus personajes y los vínculos que se forjan entre ellos. Porque aunque formen parte de un mundo completamente alejado de la realidad, lo cierto es que los protagonistas suelen ser divertidos y tener defectos. Y también facilitan la labor del público a la hora de identificarse o empatizar con ellos.

Representan lo que muchos desean y temen, la soledad y ilusión que muchos sienten, y los éxitos y fracasos que suelen vivir también. Aunque también es cierto que, al final de este camino, suele haber un mensaje esperanzador.

Para aquellos espectadores que busquen sumergirse en un mundo completamente diferente del real, El Gran Hotel Budapest es una película ideal y realmente satisfactoria de ver. Puede resultar emocionante, ligera, inspiradora o todo a la vez. Evoque la sensación que evoque, lo cierto es que es una película inolvidable que permanecerá en la retina tras los créditos finales.