El ritmo desenfrenado al que se estrenan las series en plataformas puede hacer que se nos acaben pasando algunas de las mejores series de los últimos años o que se acumulen en la lista de pendientes. Una de ellas podría ser El día de mañana, la miniserie creada por Mariano Barroso, que logró colarse entre las mejores ficciones de 2018. Está protagonizada por Oriol Pla, que sin duda será uno de los nombres que más sonarán en los próximos meses por su papel en Yo, adicto.

Basada en la novela homónima de Ignacio Martínez de Pisón, El día de mañana sigue a Justo Gil (Oriol Pla), un joven inquieto y lleno de ambiciones que llega como un inmigrante más a la próspera y prometedora Barcelona de los años 60. Allí va a parar sin nada en los bolsillos y dispuesto a convertirse en un hombre de éxito. Todo en una ciudad en pleno ascenso hacia la modernidad que parece ser el lugar ideal para hacerlo.

El protagonista es un hombre que parece gris y que sin embargo esconde muchas capas y las mayores disyuntivas de una época oscura de la historia de España. El franquismo está llegando a su fin y con él termina un régimen conservador, clasista y autoritario que se mantuvo igual de violento y persecutorio hasta en su época más convaleciente.

Y El día de mañana es una ficción que merece la pena no solo por la historia que encierra en apenas seis episodios, sino porque capítulo a capítulo y casi sin sentir, nos introduce en un entramado del que será difícil escapar y recrea una época pasada con cuidado y al milímetro. De esta manera, nos hace partícipes de un universo muy atractivo a nivel visual en el que todo tipo de géneros son capaces de entrelazarse.

El resto de personajes

Además de narrar el ascenso y la evolución de Justo, la serie también nos presenta a otros personajes que se contraponen a él. Uno de ellos es Carme (Aura Garrido), una mujer que evoluciona desde la pasividad y que acaba tomando las riendas de su vida y se libera de todo lo que le oprimía.

Y por otro lado tenemos a Mateo Moreno (Jesús Carroza), un policía de la brigada social que ejerce como simpatizante del sistema en el que viven los protagonistas. Una persona que sigue ciertas órdenes sin cuestionarlas en un principio.

Lo que une a Carme y Mateo con Justo es la orfandad, que les mueve a buscar cierto refugio en una amistad que les ayuda a compensar la falta de ese amor paternal a pesar de sus diferencias irreconciliables. Sin duda alguna, estos tres protagonistas son una razón más por la que echarle un vistazo a esta ficción del creador de otros éxitos como La línea invisible o Los Farad.