B. Prieto
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Algunas de las historias más apasionantes que se han narrado jamás tienen como punto de origen un paisaje concreto. Es el caso de El señor de los anillos y del legendarium que recopila el universo literario de J.R.R. Tolkien, que está estrechamente vinculado a España. De hecho, hubo un paisaje en concreto en el que se inspiró para narrar sus apasionantes historias y al que han regresado los creadores de Los anillos de poder para rodar la segunda temporada de la serie.

Concretamente, el lugar elegido ha sido el archipiélago de las islas Canarias, una localización que se utilizó para narrar cómo Míriel (Cynthia Addai-Robinson), la aspirante al trono de Númenor, decide arriesgarse para salvar a Elendil (Lloyd Owen), enfrentándose a un ritual que implica sumergirse en el mar y enfrentarse a una peligrosa criatura.

Todo ello forma parte de una de las secuencias más emocionantes de la segunda entrega de la serie y que utiliza como escenario el Charco de la Laja, un paraje natural situado en San Juan de la Rambla. Junto a este lugar, el rodaje también se trasladó hasta el Llano de Ucanca, en el Parque Nacional del Teide para situar el paisaje de Rhûn

Qué ocurre en la escena

El Charco de la Laja

En la mencionada secuencia rodada en el paisaje canario, aparece una criatura amenazadora y peligrosa con un papel importante en la historia que además está relacionada con la tradición de los Valar. Su presencia en la serie tiene que ver con la historia de Númenor, en la que ahora hay una batalla por el poder.

Míriel, la hija del anterior rey, es una de los pocos fieles a los Valar que quedan en la ciudad, el pueblo la ha rechazado en favor de Pharazôn (Trystan Gravelle), nombrándole sucesor. La presencia de este monstruo nos recuerda cuál es el papel de Míriel y su deber de reclamar el lugar que le corresponde.

En medio de este conflicto, Elendil será uno de los pocos que apoyen a Míriel, aunque acabarán arrestándole tras negarse a jurar lealtad a Pharazôn. Este último decide castigar a Elendil a la antigua usanza, siguiendo las tradiciones de los Fieles a los que quiere destruir cuando sea rey y en lugar de ejecutarle por rebelión, convoca a este monstruo, planeando arrojar a Elendil al mar para enfrentarse a la bestia. Sin embargo, Míriel ocupa el lugar de Elendil y se sumerge en las aguas.

Aunque Míriel se enfrente cara a cara con la bestia, esta no la ataca y la expulsa, enviándola de nuevo a la superficie. Esto le hace ganarse de nuevo el favor de los habitantes de la ciudad, en una escena emocionante y un momento muy destacado de la serie hasta ahora.