El mismo año que se estrenó El juego del calamar, Netflix nos sorprendió con el lanzamiento de uno de sus mejores proyectos hasta la fecha. En contra de todas las predicciones habidas y por haber, Arcane se coló entre los éxitos del 2021 y aunque hemos tenido que esperar tres años para disfrutar de su regreso, puedo prometer que ha merecido la pena.

La serie de animación basada en el célebre videojuego League of Legends nos ha regalado una gran historia y hemos podido ver evolucionar y empatizar con unos personajes con muchas capas, implicándonos a nivel emocional con ellos mientras la serie nos deleitaba con un estilo de animación magnífico.

Sin apenas necesidad de promoción, Arcane fue todo un éxito y pronto fue descubierto por muchos espectadores que, ajenos al videojuego en el que se basa, supieron apreciar esta serie. Puede que el impacto que ha tenido se deba atribuir a los productores ejecutivos Christian Linke y Alex Lee, que además de ser miembros del equipo creativo de Riot, han sabido plasmar en la ficción su amor por el juego y los personajes.

Y también al fantástico trabajo que realizan los artistas de Studio Fortiche, un estudio de animación conocido por contar con artistas que no dejan que la presión se interponga en su camino ni que influya en sus obras. El sello de calidad que dejaron en los primeros episodios también está presente en los siguientes, llegando incluso a traspasar los límites de la animación 2D y 3D y de la espectacularidad visual y atrapando nuestra mirada con unas secuencias de acción alucinantes repletas de detalles, color y significado.

Retomando la trama donde la dejamos en la temporada 1, Arcane aborda cómo afecta el precario equilibrio a la rica ciudad de Piltover y la sórdida y oprimida Zaun. Y en este contexto, sigue a dos hermanas que se ven obligadas a separarse y tomar caminos muy distintos, presentando además a algunos de los campeones que forman parte del canon de League of Legends, aunque sin obligar al espectador a estar familiarizado con este universo. 

También, y al igual que ocurrió con la anterior entrega, la segunda temporada de Arcane dosificará el entusiasmo y disfrute, estrenando sus capítulos en tandas semanales. En la nueva entrega se contará lo que ocurre después del impactante desenlace de la primera edición, tras aquella impactante y desgarradora secuencia en la que Jinx dispara un cohete hacia la sala del consejo de Piltover.

Tratando de no desvelar muchos más detalles de la trama y después de haber visto los primeros seis episodios de la temporada 2, sí que se puede confirmar que Arcane se ha consagrado con sus últimos capítulos como una de las mejores series de animación de la historia -además de haberse confirmado también como la más cara con un presupuesto de 250 millones de dólares-.

La trama avanza a un ritmo adecuado, desarrollando los diferentes arcos narrativos y aprovecha para plantear su trama de una manera más reflexiva si cabe. Aunque quizá cueste situarse un poco al principio, los espectadores no tendrán problemas en habituarse al ritmo en el regreso de la serie, que aunque pareciese imposible, también da un salto de calidad en todos los aspectos, corriendo más riesgos en todos los niveles y sabiendo caer siempre de pie y deleitarnos con cada uno de sus fotogramas.

Es cierto que las despedidas suelen ser amargas y que costará decir adiós a una de las mejores series que se han estrenado en los últimos años, y también a un verdadero prodigio de la animación, pero lo cierto es que tanto la serie en sí como la estrategia de estreno de Netflix han permitido que sea un desenlace a la altura.

Además, aunque este adiós sea especialmente doloroso para los fans de la serie, pueden estar tranquilos, porque el universo del League of Legends es inabarcable y aún quedan muchas historias, personajes y narrativas diferentes que se pueden explorar. Mientras tanto, podremos paladear semana a semana esta despedida a lo grande, dejándonos envolver por Arcane y seguir emocionándonos y quedándonos embobados con ella. Sin duda será de las series que echaremos de menos.