Felipe VI recibe en Zarzuela a José Antonio Sánchez. Fotografía: Casa Real
Felipe VI recibe a José Antonio Sánchez, Presidente de RTVE
La monarquía y RTVE vuelven a dar un paso en su estrecha relación acercándose una vez más con la llegada de José Antonio Sánchez a la presidencia de la Corporación. El pasado viernes, el rey Felipe VI recibió en el Palacio de la Zarzuela al nuevo mandatario de la televisión y la radio públicas estatales donde mantuvieron una conversación a puerta cerrada de la que no se ha desvelado ningún detalle.
Esta reunión ha tenido lugar tan solo dos semanas después de la llegada de Sánchez a su puesto, lo que deja entrever cuál será su línea de actuación respecto a la institución monárquica durante su mandato en RTVE. El Presidente, que viene después de haber dejado Telemadrid en sus peores momentos, ha tenido a bien como una de sus primeras actuaciones fichar a José Antonio Álvarez Gundín como jefe de informativos, incluyendo así en TVE una pilar muy importante de La Razón, diario cercano a la Corona.
Sánchez plantea así sus primeras actuaciones siguiendo la línea marcada por el anterior Presidente de RTVE. Bajo el mandato de Leopoldo González-Echenique, La 1 estrenó el programa Audiencia abierta, dedicado a defender las actuaciones del Rey y su familia cada sábado por la mañana.
Este programa, estrenado en octubre de 2012 con Juan Carlos I aún como Jefe del Estado, sigue la agenda institucional de Felipe VI y doña Letizia, pero también algunos movimientos de la familia del Rey. Sin ir más lejos, en la última entrega emitida el pasado fin de semana, el programa abordó la imputación de la infanta doña Cristina, pero de una manera muy cercana a la figura de la hermana del monarca.
Aunque no dejó de informar en ningún momento de lo sucedido, dando todos los datos al respecto de la imputación, sí destacó de manera importante la "sorpresa" de su abogado, Miquel Roca, por el mantenimiento de la causa contra doña Cristina en blanqueo fiscal y las vías que aún tiene para poder librarse de sentarse en el banquillo de los acusados, una imagen que haría mucho daño a la institución monárquica.
